Hoy, como si se tratara de una serie de Netflix, pero con el método de Movistar, día a día nos presentan “Afganistán libre contra los Talibán”.
La soledad del abandonado, pidiendo ayuda a las Organizaciones Internaciones, hoy es mucho más cruel al tener el “NODO” permanente en cada televisor de casa.
El mundo occidental, que siempre dice defender los derechos humanos, parece haber tirado la toalla.
Sólo el apoyo aéreo, si fuera posible… pero, cualquier error de cálculo, traería mucho más dolor.
Las interrogantes que se presentan ante cualquier persona que desea conocer y entender podrían ser:
Los intereses económicos derivados de las riquezas naturales como el OPIO, el LITIO
¿Justifica la permisividad de China, primero, y de la Comunidad Internacional, siempre?
Armar a un grupo terrorista e inhumano:
¿Quién lo lleva a cabo?
¿Quiénes lo permiten? Las técnicas militares valen si se aplican ¿Por qué no se estrangulan las comunicaciones? La “Yihad”, la lucha musulmana para que la ley , que ellos dicen divina, reine en la tierra, aunque para ello sea necesario utilizar la violencia:
¿Dónde se encuentran las autoridades religiosas musulmanas?
¿Dónde predican ellos la falsedad de la “Yihad”? El mundo es capaz de llegar donde hace unos años era imposible imaginar. Hoy, Agosto 2021, el gran imperio de EE.UU, la RUSIA todopoderosa y la EUROPA democrática y humanitaria… todos juntos:
¿Pueden justificar ante la humanidad no ser capaces de parar la barbaridad Yihadista de los Talibán? ¿Y la Iglesia Católica? También, debe levantar su voz en todos los templos de todos de los países y con el látigo de su Jesús, implacable con la injustica, salir al encuentro de todos aquellos que no respetan al ser humano. Y ¿Todos los que profesan la santa FE del Islam?... vuestro silencio también puede llegar a ser cómplice.
Dos terribles experiencias han sacudido a la humanidad:
La Primera Guerra Mundial, por todo tipo de intereses económicos.
La Segunda Guerra Mundial, que, con la falsa supremacía de la raza aria, trajo consigo al genocidio del pueblo judío.
Dos terribles experiencias que generaron “reflexión”, pero no “decisión”.
Las “criptomonedas” con todos los intereses también “renombrados” y “universalizados” van absorbiendo la mente humana como si la “planta adormidera” y los “opioides” fueran haciéndonos indiferentes como individuos, como sociedad y como “humanidad”.
Curemos nuestro colchón de sueño pobre pero libre… Cuidemos nuestros recuerdos como geles limpiadores desinfectantes.
¡Que la FE en todos los BUENOS DIOSES, nos haga REFLEXIONAR y DECIDIR!
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