Rozando los nueve millones. Es el número de pensionistas que existen en la actualidad en España, de acuerdo a los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Las previsiones indican que este número aumentará hasta los 11,4 millones en 2030, generando un problema en el sistema público de pensiones tal y como lo conocemos. “El difícil sostenimiento del sistema de pensiones hace que la población general, consciente de esta situación, busque cada vez más alternativas privadas”, señala Silvia Escámez, CEO de Finteca. En este sentido, el 10% de los españoles sitúan las pensiones como uno de sus principales problemas.
El motivo por el que esta tendencia está en alza, y por el que cada vez son más los pensionistas que sufren para llegar a final de mes, es la cifra tan baja en la que se sitúa la pensión mínima y en el gran número de personas que dependen de ellas.
En España, según estadísticas oficiales del mes de septiembre, hay 2,2 millones de personas que reciben pensiones contributivas. De todas ellas, casi una de cada cinco necesita un complemento a mínimos para llegar a la pensión mínima, que puede ir desde los 689 euros hasta los 851 euros, en función del caso. Por otro lado, en lo que respecta a las pensiones contributivas, que afectan a cerca de medio millón de españoles, la cantidad mínima es de solo 402 euros al mes. Al problema actual de las bajas pensiones hay que sumar la incertidumbre sobre la viabilidad a futuro de este sistema, y es que, tal y como explica la experta, en España hay un aumento de la población mayor de 65 años, que se situará según las previsiones en el 25% del total, frente a la disminución de la población activa en edad de trabajar, creando una brecha por las menores contribuciones a la seguridad social.
Escámez señala que “poseer una vivienda es una de las grandes garantías para asegurarte una pensión digna” y apunta a las “grandes posibilidades” que los propietarios tienen para complementar su pensión. Una situación común para la mayoría de los mayores en el país, ya que nueve de cada diez mayores de 65 años en España poseen una vivienda. “La vivienda es el principal foco de inversión particular en el país, por lo que no es de extrañar que el ahorro acumulado cristalice en que prácticamente todo el mundo llegue a mayor con una propiedad”, explica la experta. Estos activos, señala Escámez son una garantía para la vejez, ya que “en cualquier momento se pueden vender y recibir una cuantiosa suma de dinero o alquilar y recibir un complemento a la jubilación”.
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