Un nuevo estudio de tadoº, empresa líder en la gestión inteligente del clima, revela que el 52% de los hogares españoles han reducido su consumo de energía durante el mes de marzo, coincidiendo con el inicio de la guerra en Ucrania. Un 71% lo ha hecho debido al aumento de los precios del mercado energético, un 15% para reducir la dependencia del gas ruso y un 14% por motivos medioambientales. El dato a nivel nacional se sitúa ligeramente por debajo del resultado a nivel europeo, en donde el porcentaje de hogares que ha disminuido su consumo se sitúa en un 57%. Los motivos también varían al tomar como muestra el conjunto de países europeos, ya que se sitúa en un 66% la cuota de encuestados que acusa esta reducción a los precios del mercado. El 18% señala la dependencia del gas importado y el 16% el ahorro energético por el impacto medioambiental.
El estudio, en el que se encuestó a más de 15.000 clientes de tado° en toda Europa, analizó el ahorro de energía y si los recientes acontecimientos habían afectado al consumo. Desde que empezó la guerra en Ucrania, los gobiernos, las empresas y los hogares han estado en la búsqueda de fórmulas para reducir su dependencia de la energía importada, especialmente del gas natural. Los resultados demuestran que los europeos se toman en serio la eficiencia energética y están llevando a cabo medidas a nivel individual. Europa y su dependencia del gas ruso
En el caso de España, el gas importado de Rusia en 2021 asciende a un 11%, una cifra muy por debajo de otros países europeos en donde esta circunstancia ha tenido mayor peso a la hora de reducir el consumo doméstico. Por ejemplo, en el caso alemán, la radiografía que muestra la encuesta es bien diferente. El gas utilizado alcanza una cuota del 40%, lo repercute en el porcentaje de personas que decidieron disminuir su gasto energético por ese motivo, ya que representa un 27%, que supone casi el doble del dato nacional.
Según la UE, el 79% de la energía que se consume en un hogar se destina a la calefacción y el agua caliente, que suele ser alimentada por el consumo de gas. Esta dependencia del gas para la calefacción relaciona directamente los recientes acontecimientos políticos con el nivel de confort de los hogares europeos. Los resultados del estudio muestran que los hogares de toda Europa están respondiendo y tratando activamente de reducir su impacto.
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