Breve Presentación
Paco Montalvo es denominado por la crítica internacional como un músico deslumbrante. Este joven cordobés es el creador y máximo exponente del violín flamenco a nivel mundial.
Con tan solo 18 años conquistó la sala principal del Carnegie Hall de Nueva York convirtiéndose en el violinista más joven del siglo XXI en debutar en este mítico teatro. A sus casi treinta años, ha tocado en los principales escenarios de más de una veintena de países europeos; americanos; asiáticos y africanos.
Su música, marca un antes y un después entre el sentir flamenco y la encorsetada música clásica. Hasta la fecha, ha publicado tres trabajos discográficos de estudio: Alma de violín flamenca (2015); Corazón flamenco (2017) y Leyenda (2020).
Entrevista
- ¿Su origen andaluz, donde el flamenco está más arraigado influyó en su deriva musical, del clásico al flamenco? Sin duda, seguro que me influyó muchísimo porque recuerdo que cuando comencé con el violín, para mí todo era como un juego y no lo relacionaba con estudiar, ni con algo académico. Si bien es cierto que mi carrera comenzó siendo clásica, el flamenco ha sido un estilo musical que he escuchado desde bien pequeño, por el hecho de ser andaluz, y cordobés para más señas.
Desde que tengo uso de razón, recuerdo estar con mi abuela en el salón de casa y escuchar a Paco de Lucía; El Pele; Camarón o Vicente Amigo, entre otros tantos flamencos que escuchaba con ella, y reconozco que su influencia ha sido esencial para que hoy en día haga flamenco.
Otro hecho destacable que tengo que reconocer, y agradecer es que mi familia se dedicase plenamente a apoyarme desde chiquitito, y que me llevasen por medio mundo a aprender de los mejores maestros de violín.
Esta fusión, digamos mágica, de ambas circunstancias ha conseguido que desde temprana edad tuviese una técnica y una habilidad con el instrumento a nivel clásico, y por otro lado, un sentir flamenco para llevarlo al escenario, que de otra manera hubiese sido muy difícil.
- ¿Esta transición del clásico al flamenco fue progresiva o abrupta? Fue un proceso largo. No dije “Voy a hacer flamenco”, de un día para otro. Desde pequeño, cuando todavía no hacía flamenco sobre los escenarios, y solamente daba conciertos clásicos, en mi habitación solía tocar por Paco de Lucía.
A lo largo de mi carrera, y a lo largo de mi vida van surgiendo ciertos acontecimientos que me conducen a decantarme profesionalmente hablando por el flamenco. Por ponerte algunos ejemplos:
- En una ocasión me encontraba en Estados Unidos para dar un concierto de Beethoven, y en la cartelera se anunciaba otro concierto de música clásica española, por un artista, que curiosamente era japonés. Este hecho, me llevó a pensar que, como español, me gustaría algún día, ofrecer algún concierto de mi tierra aquí.
- De pequeño, solía pasar largas temporadas fuera de España estudiando, y estando durante algunos meses en una escuela de alto rendimiento de música clásica en Salzburgo, tenía a un compañero, que con toda su ilusión me enseñaba a Paco de Lucía, y eso a mí me llenaba, a partes iguales de orgullo y alegría.
Con quince o dieciséis años, tomé la decisión de incorporar la música española en mis conciertos internacionales, y el principal hándicap con el que me encontré, fue que, concretamente para violín no había un gran repertorio original de música clásica española. Esto me llevó a indagar sobre la música clásica española que me gustaba, principalmente de Albéniz; Granados o Tárrega y comencé haciendo arreglos para violín de piezas de estos compositores.
Posteriormente, estando ya en Córdoba, pasaba mucho tiempo con mi amigo Currito, guitarrista flamenco, - hijo del Curry, al que apodaban el cordobés de la guitarra –, y le pedía que me acompañase con su guitarra en la interpretación de estas obras que iba adaptando con una base rítmica flamenca.
- Paco, de los distintos palos flamencos (alegrías; bulerías; tangos; rumbas...), ¿hay alguno que le resulte más complicado de interpretar al violín? De todos ellos, ¿tiene preferencia por alguno? En mi opinión, lo complicado radica por una parte en la falta de conocimiento, y por otra en la falta de sentimiento. Si bien es cierto que, el conocimiento puede ser lo más sencillo de adquirir, al tratarse de entender cuál es la fórmula rítmica de cada palo del flamenco.
En mi caso, considero que todos los palos, sin distinción, son igual de fáciles o de difíciles, porque teniendo ese conocimiento y ese sentimiento es cuestión de “meterse ahí” y dejarse llevar.
Lógicamente, la práctica y la frecuencia con la que interpretas unos palos u otros también puede ser determinante. En mi caso te podría decir que los que más disfruto, porque los ejecuto de forma intuitiva son las bulerías; los tanguillos de Cádiz; las rondeñas; las alegrías y las rumbas, por aquello de haber nacido aquí y haberlas escuchado toda mi vida.
Por el contrario, si me dices ponte a hacer una soleá, necesito más conocimiento, y “empaparme” con los grandes del flamenco, como por ejemplo con El Pele, - que es un libro abierto -, y te das cuenta lo que necesitas conocer para entrar en según qué palos flamencos.
- ¿Qué riesgos tuvo que asumir en su momento, incorporando el violín como instrumento protagonista en un género musical como el flamenco, hasta entonces inédito?, ¿en su opinión, el tiempo le está dando la razón de que la diferenciación es una ventaja competitiva? Sin duda, en su momento creo que fue “tirarme a la piscina”, y que arriesgaba una carrera de concertista clásico, que iba muy bien, pero tenía claro que quería sentirme orgulloso de lo que hacía, y al final necesitaba hacer algo diferente.
La verdad sea dicha, es que encontré la innovación sin buscarla, simplemente me vino así, y me siento muy feliz de ese paso que di en su momento, de llevar lo que tenía en mi mente y mi sentimiento, al escenario, porque sinceramente creo que he logrado hacer algo diferente, y que hasta entonces nadie había hecho.
Ese camino tan amplio que me ha abierto el flamenco, me ha permitido dar muchos conciertos en diferentes países. Ahora que de nuevo estoy en el estudio grabando tengo una sensación muy gratificante de poder continuar agrandando ese camino que comencé hace unos cuantos años.
- ¿De algún modo trata de prevenir las dolencias musculo-esqueléticas propias de su actividad profesional? Desde chiquitito, siempre intentas tener una buena técnica para que estas dolencias se aminoren, porque es cierto que cualquier postura que hagas, repetida en el tiempo, y que no sea natural para tocar un violín, y casi cualquier instrumento, sobre todo cuando pasas muchas horas, te genera como bien dices, ciertas dolencias.
En mi caso, y gracias a esa buena técnica adquirida desde bien joven, trabajando con los mejores maestros de violín, me ha ayudado a no tener grandes molestias. También me cuido, intentando hacer ejercicio siempre que puedo, para mantenerme en forma, pero sin llegar a obsesionarme, y si en algún momento noto que me está doliendo algo en exceso, practico natación, y en contadas ocasiones acudo al fisio.
Aunque de momento, físicamente me encuentro bastante bien, no cabe duda que se van cumpliendo años, y más adelante puedo tener algún problema, de ahí que creo que es fundamental hacer ejercicio, y cuidarme.
- ¿Se considera profeta en tu tierra?, ¿Siente mayor responsabilidad cuando toca en la Ciudad de los Califas para sus paisanos? Puede parecer raro, pero en mi ciudad me siento muy querido, y no puedo estar más feliz. Y digo raro, porque es cierto que tengo amigos y compañeros de profesión, con los que se cumple ese dicho de que nadie es profeta en su tierra.
Cada vez que doy un concierto aquí en Córdoba, me siento arropado por todos los cordobeses, y cuando salgo a caminar, me “llueven” palabras de cariño y agradecimiento. Es algo muy bonito, el sentirme tan querido por todos, y aunque han pasado algunos años desde que no toco en Córdoba, estamos haciendo todo lo posible para regresar este año, y hacerlo a lo grande. Y espero tener pronto buenas noticias para mi tierra, y para mí, porque lo voy a disfrutar un montón.
- El italiano Eros Ramazzotti, en una de sus canciones, define la música como “La amiga que le acompaña cuando se siente solo”. Para Paco Montalvo, música es... Bonita canción. Para mí la música es algo esencial en mi vida. Al final, la música te hace estar mejor en esos momentos delicados por los que todo el mundo pasa alguna vez. A lo largo de nuestra vida, pasan muchas cosas, y no siempre buenas. Sin ir más lejos esta pandemia, que todavía a día de hoy nos golpea, en sus comienzos fue más dura, y para mí la música supuso un alivio total.
Es tan bonito disfrutar de la música, tanto con tus músicos, como solo en la intimidad, que te diría que para mí la música es un estilo de vida, y un bálsamo para esos momentos más duros que cualquiera de nosotros puede tener en algún momento de nuestra vida.
- ¿Están reñidas comodidad y elegancia en el vestir, a la hora de actuar?, ¿qué importancia le otorga a su dresscode asociado a su imagen personal? Para mí es muy importante, porque al final te subes al escenario, y estás solo ante el peligro como se suele decir. Por un lado, está la imagen que transmites por la forma que tienes de vestir, y por otro, que esa vestimenta te haga estar cómodo, porque imagínate estar una hora y media encima de un escenario, con una chaqueta que no te permita casi tocar, el público lo notaría, y yo me sentiría muy incómodo.
En mi caso, te tengo que decirte, que no puedo estar más feliz con Silbon, la marca de ropa que me viste desde el año 2013, una empresa de moda cordobesa, con la que llevo vinculado dos años después de su nacimiento, y tengo la bonita sensación de sentir que hemos crecido juntos.
Sin duda, lo primero que busco en un traje de los que llevo sobre el escenario, es la comodidad, sin olvidar que aporten también la personalidad, que me haga sentir a gusto vistiéndolos en cualquier situación de mi vida, tanto personal como más profesional.
- Son muchos los artistas que se declaran supersticiosos. ¿es este su caso?, ¿suele supeditar el resultado de una actuación a determinadas rutinas previas, o a un vestuario concreto? (Risas) No, la verdad es que no tengo ningún tipo de superstición. Sí tengo mis rutinas, y antes de un concierto intento relajarme tumbado en el sofá del camerino, me suelo vestir tranquilamente, y hablar con mis músicos para transmitirles que después de todo el trabajo previo que llevamos, lo que quiero, es que disfrutemos haciendo música, y que emocionemos y hagamos disfrutar al público.
- Paco, en lo profesional, ¿Tiene en ciernes algún proyecto del que nos pueda adelantar algo? Desde hace unos meses, estoy en el estudio, y aunque no me he propuesto un proyecto tan ambicioso como grabar un disco completo, sí tengo intención de sacar algún single antes de que finalice este año.
Te puedo adelantar que estoy innovando, fusionando el violín flamenco con el tango argentino, y haciendo muchas pruebas, y sobre todo disfrutándolo mucho, y como primicia, no descarto que dentro de la gira Leyenda, y más concretamente en los próximos conciertos del día 10 de junio en Carboneras (Almería), y 11 de junio en Sevilla, en el repertorio incorpore alguna pieza novedosa, para comprobar si tiene aceptación, y al público les gusta esta fusión.
En lo personal
- Para desayunar… Va por épocas. Voy cambiando, y hay rachas en las que me da por desayunar un tazón con cereales, otras en las que solo desayuno fruta, o la actual, en la que las tostadas con tomate, aceite y jamón no fallan.
- Su momento del día más creativo suele ser… Por la noche. Me voy a dormir y de repente empiezo a tener ideas musicales, y alguna vez, me cabreo por lo inoportuno de la idea. Entonces recurro al móvil, para canturrear por encima la idea y grabarla, y al día siguiente trato de plasmar esa idea en el estudio de grabación.
- Su película o serie preferida es… Me gusta mucho el cine, y hay una película que vi hace mucho tiempo, pero que me encanta, que se titula Atrápame si puedes.
- Su grupo musical o solista favorito es… También va por épocas, pero artistas fundamentales y esenciales, que no pueden faltar, por supuesto Paco de Lucía, los violinistas Itzhak Perlman y Alexander Markov, - tal vez no tan conocido, pero al que considero un virtuoso de este siglo -, al que he tenido la suerte de conocer en persona y trabajar con él.
De otros estilos, me gustan por ejemplo los Rolling Stones, que acaban de pasar por Madrid, un clásico que nunca falla son los Beatles, música de los 80 y los 90. La verdad es que disfruto todo tipo de música, incluso del reggaetón, cuando estoy de fiesta con mis amigos, porque este estilo también tiene su mérito, al conseguir mover el mundo.
- En algún vídeo se le ve interpretando algún tema rodeado de caballos, o subido a lomos de alguno, ¿tiene cierta predilección por estos animales? En general soy amante de los animales, y es cierto que los caballos me han gustado muchísimo desde siempre, pero hasta que no conocí a mi amigo Ángel Peralta, es verdad que no me introduje en este mundo de los caballos.
De pequeño, en alguna ocasión monté a caballo, pero con Ángel volví a retomar esta afición de montar a caballo, y lo disfruto mucho. Además, he tenido oportunidad de hacer algún videoclip con él, como el de la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre de Jerez, que fue el último que lanzamos.
- ¿Algún lugar del mundo al que no ha tenido ocasión de viajar, y que le gustaría hacer próximamente? Me apetece ir a Tailandia. Nunca he ido, y me vale, tanto para ir a dar un concierto porque me quedaría unos días, como a nivel más personal para ir con amigos, o con la familia.
- Cuando no está ensayando o componiendo, ¿Qué otras actividades suelen llenar su día a día? Me gusta jugar al ajedrez, hacer un poquito de deporte, también soy muy sociable y me encanta ver a gente a la que quiero, escucho música ... En definitiva, hago un poco de todo lo que le gusta a alguien de mi edad.
- ¿Salmorejo cordobés o flamenquines? Sin duda, me quedo con el salmorejo. Es un plato que me encanta, y que recomiendo tomar en Córdoba, porque fuera de aquí, cuando pides un salmorejo, te suelen poner una especie de gazpacho. El salmorejo es algo más espeso, y es muy importante la textura y el sabor.
Aquí en Córdoba, incluso hay un festival del salmorejo, y hace unos años abrieron una Salmoroteca, en la que innovan, fusionando el salmorejo de la receta original, con otros ingredientes como el aguacate, o la remolacha.
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