La digitalización de las universidades públicas europeas, lleva siendo una meta a conseguir desde hace más de una década. Desde entonces, se han implementado herramientas virtuales que han permitido la colaboración entre docentes y estudiantes, como el popular campus virtual que, incluso, ha permitido formalizar matrículas y otros procedimientos burocráticos online. Sin embargo, la pandemia puso de manifiesto el estancamiento que los centros de enseñanza superior han experimentado en materia de transformación digital, intentando replicar modelos de aprendizaje presenciales en el aula online sin demasiado éxito.
Según un estudio realizado por Sony en 2021, el 49 % de los estudiantes europeos señalan insatisfacción en su experiencia de aprendizaje híbrida, una situación generada por una infraestructura informática pobre. La transformación digital, objetivo para el que el Ministerio de Universidades destinó más de 76 millones de euros el pasado año, tiene como meta que las universidades puedan impulsar proyectos digitales de carácter interuniversitario, así como la formación digital, aumentar los recursos docentes y reducir la brecha digital en el ámbito universitario.
Para poder construir un sistema de aprendizaje híbrido, es esencial fijarse en las tendencias tecnológicas que permitan la anticipación al cambio. Algunas claves residen en la comunicación cloud, la conectividad, la ciberseguridad o la protección de datos. Además, otras tecnologías disruptivas como la Inteligencia Artificial, el Internet de las cosas (IoT) o el Big Data potencian una universidad a la altura de lo que esperan los nuevos perfiles de estudiantes.
Tres claves para acelerar la innovación TIC en las universidades
Workflows automatizados y basados en datos. Esta funcionalidad permite ofrecer experiencias más personalizadas. Por ejemplo, se puede configurar un workflow que registre a todos aquellos alumnos que han obtenido bajas calificaciones para ofrecerles apoyo a través de notificaciones automáticas. Por otra parte, los departamentos administrativos pueden emplearlo para estar al tanto de los pagos de las matrículas. Además, pueden identificar problemas de ausentismo en las aulas con el objetivo de reforzar el programa de estudiantes y ayudar a su retención.
Notificaciones proactivas. Las universidades pueden desplegar un servicio basado en la nube y habilitado por la IA, capaz de enviar notificaciones a través de varios canales, como voz, SMS o aplicaciones de mensajería social. Este sistema de notificación masiva interoperable puede utilizarse para programar citas, realizar encuestas y alertar a los estudiantes, al profesorado y al personal sobre amenazas externas, como un temporal imprevisto. Es importante que estos sistemas estén preempaquetados para un despliegue rápido y sencillo, sin necesidad de aplicaciones personalizadas.
Estudiantes siempre conectados. En el caso de tener que trabajar desde casa, la experiencia para el estudiante debe estar rediseñada, huyendo del modelo presencial. En este sentido, una plataforma de comunicaciones unificadas brinda la oportunidad de colaborar con el profesorado a través de llamadas o chats privados y grupales, desde cualquier dispositivo. Además, todo se centraliza en un solo lugar: las reuniones, la compartición de archivos y el trabajo, ya que incluye la integración de múltiples aplicaciones. Además, estas plataformas garantizan la seguridad de los datos de los estudiantes y del equipo docente.
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