Carmen y Alberto Manzano (22 y 23 años respectivamente) son dos primos conquenses que, inspirados en el remedio que su abuela hacía para sanar las hemorroides, han sacado al mercado su loción reparadora.
Se puede decir que Carmen es un bicho raro. Tras finalizar los estudios en el conservatorio y licenciarse en Periodismo por la Universidad de Valencia, hace justo un año la vida de esta joven dio un vuelco de 180º. A sus veintidós años ha abandonado uno de los principales núcleos urbanos (Valencia) para emprender en el pueblo de su abuela, Villanueva de la Jara, municipio conquense que apenas supera los 2.300 habitantes. Todo ello con una idea clara, homenajear a su abuela, Carmen Serrano, junto con Alberto, su primo, e iniciar un proyecto en el pueblo inspirado en la receta que su abuela utilizaba para sanar las hemorroides.
El proyecto se hizo realidad en julio de 2021 y a día de hoy ya se hace un hueco en las farmacias españolas y portuguesas. La familia Manzano pronto desembarcará con “la receta de la abuela” en Estados Unidos y China debido a la gran demanda del ungüento. Inicialmente los dos primos comenzaron a distribuir el producto a nivel nacional mediante su página web, pero pronto sonó el teléfono de personas que demandaban el producto en países europeos, sobre todo Países Bajos, Francia, Portugal, Polonia y Alemania y tuvieron que ampliar la red comercial.
Desveló el secreto poco antes de morir
Durante más de setenta años la abuela Carmen mantuvo en secreto su receta, que muchos catalogan como “milagrosa”. “Fue un médico de Madrid quien le contó la receta y viendo los efectos tan positivos sobre un tema tabú, ella la reprodujo”, explica Carmen. Se trata de un ungüento en base a plantas naturales y que la abuela Carmen lo hacía posible en la cocina de su casa, siempre cuando no había nadie y con la mayor discreción posible de una abuela y madre que tuvo cinco hijos. Tras más de siete décadas manteniendo el secreto de la fórmula, desveló la receta a su hijo Enrique poco antes de morir. “Cuando le comenzaron a fallar las piernas y no pudo ir al campo a coger las plantas tuvo que confesarle a mi tío la receta para que la acompañara al campo y delegó en él”, señala la joven de 22 años.
El proyecto de la familia Manzano va más allá de la idea de negocio. Con una clara vinculación sentimental a su pueblo, la sede de la empresa la mantienen en Villanueva de la Jara a pesar de su expansión. Todo lo vinculado a la empresa (agencia de transporte, diseñadores, imprenta...) son personas del pueblo o de pueblos vecinos para dar un empujón a nivel laboral a la zona. “Nuestro compromiso es contener la despoblación e intentar revitalizar estas localidades que sufren cada vez más los efectos de la España vaciada”, cuenta Carmen.
Estos primos machegos han conseguido hacerse un hueco en una zona dedicada tradicionalmente a la agricultura y donde la industria se concentra en las ciudades que la rodean. Reencontrarse con sus raíces es lo que mueve este proyecto familiar como si de un proverbio se tratara. Será que aquello que sale del corazón, como ya dijo el célebre médico estadounidense Oliver Wendell Homes, “lleva el matiz y el calor de su lugar de origen”.
Texto: Carmen Manzano Bonilla
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