Breve Presentación
Bernardo Gregori forma parte de la tercera generación de Grefusa, la empresa familiar que fundó su abuelo José, allá por el año 1929. Con ella continuaron a partir de 1962 su padre Agustín y su tío Alfredo, hasta que, coincidiendo con el inicio de este milenio, cedieron el testigo a sus hijos, liderando ahora el negocio su hermano Agustín.
En la actualidad es el Director de Sostenibilidad, Relaciones Institucionales, Riesgos, Compliance y Presidente del Consejo de Familia de Grefusa, que con sede en la localidad valenciana de Alzira, se ha convertido no solo en una de las compañías más relevantes de la Comunitat Valenciana, sino también a nivel europeo en todo lo que tiene que ver con la elaboración de frutos secos, y snacks de cereales, con el firme propósito de divertir y sorprender a sus consumidores.
Bernardo apareció en el Top 10 de directivos con más interacciones en la red social LinkedIn, conseguido gracias a su cercanía a la hora de compartir contenido que aporta valor en esa red. Además, Bernardo ha sido profesor universitario en distintos postgrados en EDEM y Embajador de Sostenibilidad para España y Portugal en el grupo Intersnack, líder europeo del sector de snacks salados y frutos secos.
Entrevista
Bernardo, los valores de cualquier empresa definen el comportamiento y la actitud que se espera de todas las personas que la forman. En Grefusa los habéis denominado Grefuvalores. ¿En qué consisten dichos valores? Más allá de la calidad y variedad de los productos que ofrecemos, lo que marca la diferencia entre Grefusa y otras empresas es nuestro equipo humano y la manera en la que nos relacionamos internamente, así como con terceras personas.
Los Grefuvalores son nuestros valores de empresa que marcan y guían nuestra manera de ser y de actuar, la brújula que guía nuestras acciones y nos hace únicos. Por tanto, forman parte de nuestra seña de identidad, pero también de nuestra imagen como compañía.
Dedicamos mucho tiempo a formar en Grefuvalores a todos los que forman parte de Grefusa, sin excepción. Es algo que incluso tenemos en cuenta en los procesos de selección, pues todos aquellos que quieran trabajar en Grefusa deben estar alineados con estos siete valores y sentirlos como propios:
- Somos uno: Cada persona, cada área, cada equipo entiende que unidos somos más fuertes, y más Grefusa.
- Somos cercanos: Somos una empresa familiar, y la cercanía es un valor clave. Nos gusta el contacto, reírnos juntos, pasar tiempo de calidad con nuestros equipos. Creemos en un modelo colaborativo, basado en la humildad, que huya de la prepotencia y de la gente “estirada”, porque no encajan en Grefusa.
- Dejamos huella positiva: Queremos dejar huella positiva en nuestros consumidores; en el medio ambiente; en la comunidad y en nuestros propios empleados.
- Damos la cara: Somos íntegros, honestos y cumplimos con los compromisos que adquirimos. Hacemos lo correcto y respondemos siempre de lo que hacemos.
- Nos atrevemos: ¡Este me encanta! Somos atrevidos y valientes. Aprendemos rápido de los errores. Nos gustan las personas que se lanzan a probar y a experimentar, y creo que nuestro carácter innovador va muy asociado con este Grefuvalor porque defendemos que es mejor equivocarse haciendo, que no hacer nada por miedo a equivocarse.
- Del error hay que sacar aprendizajes, se trata de probar, aprender rápido y seguir adelante.
- Aspiramos a ser los mejores: Desde el convencimiento de que todo es mejorable, somos exigentes y perseguimos la excelencia en todas las áreas.
- Disfrutamos con lo que hacemos: Importantísimo también, y siempre lo predico. Somos optimistas y divertidos. Nos gusta reír y la gente con sentido del humor. En Grefusa, no te sorprenderá escuchar carcajadas, es algo normal; muy sano y que ayuda a trabajar más y mejor. En definitiva, nos gusta lo que hacemos.
Puesto que no tenemos un planeta de repuesto, ¿qué medidas lleváis a cabo desde Grefusa en materia de sostenibilidad que permitan mejorar de “la salud” del planeta? Como empresa familiar, tenemos la oportunidad de dejar una huella positiva allí donde estamos presentes, y trabajamos siempre con el objetivo puesto en mejorar nuestro entorno.
Nuestra estrategia de sostenibilidad está vertebrada en cuatro ejes, siendo uno de estos pilares el medioambiente. En este sentido, nos hemos comprometido con la reducción del consumo energético un 20% en 2023 y, para lograrlo hemos apostado por el autoconsumo, instalando una planta fotovoltaica con la que reducimos la emisión de 500 toneladas de CO2 a la atmósfera, es decir, lo equivalente a 30.000 árboles plantados. Igualmente, la reducción del consumo de agua está entre nuestros objetivos.
Nuestra finalidad es seguir mejorando y eso hace que nos planteemos este tipo de retos, a los que hacemos un seguimiento exhaustivo.
Cuando ser sostenible ha dejado de ser una opción, para convertirse en obligación. Por vuestra actividad en Grefusa, ¿cuáles son los ODS que fomentan, y con los que se sienten más identificados? En Grefusa, no consideramos que ser sostenibles sea una obligación. Creemos en ello y pensamos que es un camino de mejora continua, sin fin. Nosotros contribuimos con los ODS que están vinculados al compromiso medioambiental, social, laboral y económico. Lo detallamos y explicamos a que ODS en concreto nos referimos en nuestra memoria de sostenibilidad, descargable desde nuestra web grefusa.com.
Bernardo, haciendo oídos sordos al dicho de que la mayoría de las empresas familiares sucumben en la tercera generación, ¿cuáles dirías que son las claves de vuestra longevidad, y para que en manos de los nietos de su fundador continúe expandiéndose? Considero que la clave principal que ha contribuido a la perdurabilidad y competitividad de Grefusa está en los valores que cada generación ha ido transmitiendo a la siguiente.
En la primera generación, mi abuelo José cimentó los valores de la ética del negocio; el carácter emprendedor y el trabajo constante.
En la segunda generación, mi padre Agustín y mi tío Alfredo, dos hermanos gemelos, pusieron en práctica el desarrollo de esos valores iniciales, añadiéndoles gran espíritu de superación; sabiendo hacer frente a la adaptación a nuevos tiempos y a la apertura a nuevos mercados, y teniendo siempre muy presentes la innovación y la calidad.
Ahora la tercera generación, lo que trata es que pervivan todos estos valores iniciales de la empresa familiar y, a su vez se convierta en una empresa profesional y altamente cualificada. Mantener estos valores de manera sólida generación tras generación, es de vital importancia para consolidarnos a lo largo del tiempo como una compañía fuerte y definida.
Aunque a la tercera generación os quedan algunos años de permanencia en la empresa familiar, ¿cómo estáis “abonando el terreno” para ceder el testigo de la sucesión a la cuarta generación, con todas las garantías de perdurabilidad?, ¿ya ha comenzado a incorporarse laboralmente a Grefusa la cantera? Lo primero que hicimos con la cuarta generación desde el Consejo de Familia, el cual tengo el honor de presidir fue formarles como accionistas. Podrán o no trabajar en la empresa, pero sí serán accionistas y deben ser conscientes de lo que eso supone.
Tenemos un protocolo familiar, en el que se requiere que antes de trabajar en Grefusa, lo hagan en otra empresa ajena a la nuestra y, en caso de que finalmente su incorporación se produjese, ésta sería por méritos propios, sin importar su apellido. Ellos ya lo saben desde pequeños, y aunque por el momento, ninguno de miembros de la cuarta generación trabaja con nosotros, sí lo están haciendo ya en otras organizaciones.
En el ambiente laboral, no deja de ser palpable cierta preocupación por la pérdida de determinados empleos debido a la tecnología. Desde Grefusa, ¿cómo conjugáis la automatización y la robótica, con los procesos manuales, sobre todo dentro de la cadena productiva? En mi opinión debemos tender la mano a las nuevas tecnologías, y en Grefusa tenemos un porfolio amplio de referencias muy diferentes, lo que hace que la automatización sea muy compleja. Seguimos teniendo a muchos compañeros que ayudan en los procesos de fabricación, y no cabe duda de que las nuevas tecnologías les permite realizar su trabajo de forma más eficiente.
La tecnología es una gran aliada en todas las áreas, también en los departamentos de comercial y marketing, en los que es fundamental disponer de datos en tiempo real para tomar decisiones acertadas basadas en esa información.
Si algo bueno podemos destacar de la pandemia, fue la aceleración de la digitalización, y la democratización del teletrabajo, siempre y cuando la actividad a realizar lo permitiera. ¿En Grefusa el teletrabajo ha llegado para quedarse? ¿Considera que el modelo híbrido es una buena medida de conciliación, y de atracción de talento? En Grefusa, tal y como dices, el teletrabajo ha venido para quedarse con la modalidad híbrida. Podemos optar al 50% de teletrabajo, siempre que nuestro puesto nos lo permita, con el añadido de la flexibilidad de los días que elijamos, adaptando el horario a las necesidades de cada compañero. Sin duda, esta es una gran medida que favorece la conciliación para todos los que formamos el equipo de Grefusa, y supone un gran atractivo para las nuevas incorporaciones.
La modalidad híbrida, tiene la ventaja de compatibilizar teletrabajo con presencialidad, porque no nos olvidemos que también es necesario el calor humano y esas conversaciones que nunca van a surgir detrás de una pantalla. El teletrabajo supone una gran ventaja para conciliar con la vida familiar, sobre todo en el caso de compañeros con niños pequeños y, además no deja de ser una medida sostenible al verse reducidos los desplazamientos, pero como digo, no hay que dejar de lado la presencialidad, de ahí que hayamos optado por un modelo híbrido.
“La Pipa de la Paz” y recientemente “La lista de convocados para el mundial de Catar” son protagonistas de impactantes campañas publicitarias, ¿cómo se gestan este tipo de campañas?, ¿han cumplido los objetivos previamente marcados? Te voy a hablar sobre todo de La pipa de la paz, porque supuso un hito en la historia de la comunicación de Grefusa, y superó con creces nuestros objetivos, mejorando el retorno de inversión de cualquier campaña de televisión anterior. Aparecimos en más de sesenta artículos de prensa, y se superaron más de ochenta y tres millones de impactos en las redes sociales.
Estas campañas se gestan con mucha creatividad, porque si algo es fundamental en el marketing, es la creatividad. Para triunfar en este mundo de la publicidad, la creatividad es el bien más preciado, y no solo vale contar con muchos recursos económicos.
Nos ayudó mucho el Grefuvalor “Nos atrevemos”, y la tranquilidad de que, si no acertábamos, nos lo tomaríamos como un aprendizaje. Esta campaña conectó con un amplio sector de la sociedad, permitiéndonos generar “ruido del bueno” en un momento en el que había mucha crispación, y ayudamos a concienciar sobre la importancia del diálogo, del mismo modo que se genera una buena conversación cuando se comparten unas pipas, y si estas son El piponazo, pues mucho mejor. La lona desplegada en la fachada del edificio próximo al Congreso de los Diputados fue espectacular, pero lo extraordinario fue cómo se viralizó en redes. Nunca podríamos haber imaginado los niveles que alcanzó su impacto. A mí, personalmente ver la lona desplegada, me impresionó y emocionó a partes iguales, conociendo de primera mano el trabajo y el esfuerzo que había detrás de todo esto.
Sin duda, que con esta última campaña que has mencionado en la que contamos con dos auténticos cracks como son los ex seleccionadores José Antonio Camacho y Vicente del Bosque, también estamos encantados, aunque es pronto para sacar conclusiones.
En lo personal
Si la tortilla de patatas suscita cierta controversia debido a la cebolla, con las pipas y la sal sucede algo similar. ¿Bernardo es más de pipas saladas, o únicamente tostadas? En mi caso soy más de pipas saladas. Personalmente con sal, las pipas me saben mejor y, en este sentido he de decirte que el consumo de pipas con sal es muy superior al de pipas sin sal, con lo cual estoy alineado con el gustode la mayoría de los consumidores.
Cuando no está trabajando, ¿con qué actividades se da el gustazo? ¡Date el gustazo! es el lema de Grefusa y lo utilizamos muchísimo. En su momento era apasionado del running, y llegué a correr cuatro maratones. Aunque me aficioné tarde, no paré hasta que lo tuve que dejar al sufrir una hernia discal, y la verdad es que lo lamenté muchísimo porque, como te digo, me apasionaba.
Me he pasado a la mountainbike, y disfruto mucho de estar en contacto con la naturaleza y descubrir nuevos parajes con la bicicleta en mi entorno de Valencia, acompañado de amigos. También me gusta disfrutar del senderismo, con mi mujer, nuestros dos hijos y nuestra perrita. Igualmente, me encanta la lectura de buenos libros sobre todo de management y mejora personal y, últimamente me he aficionado a las motos Trail y me gusta hacer rutas con los amigos.
El esmorzaret, es casi un ritual en la Comunidad valenciana. En su caso, ¿sigue la tradición de parar a media mañana para reponer fuerzas, o es más de un tentempié? Esa tradición de esmorzar me gusta cumplirla los fines de semana. Ya sea con mi familia o con amigos intento llevarla a cabo. Entre semana es más complicado, aunque me gusta tener un pequeño descanso y aprovechar para charlar con compañeros en nuestros comedores de Grefusa.
Bernardo, ¿suele ser un cocinilla, o por el contrario prefiere delegar esta actividad en otras personas? Es curioso, pero como buen valenciano, los fines de semana me he aficionado a cocinar paellas, y sin pecar de falta de modestia, los que las prueban, suelen repetir.
En un mítico anuncio de café, se decía “Quando arrivi a casa...”. En su caso, al llegar a casa, tras un día de trabajo, ¿se premia de alguna manera? Lo primero que suelo hacer al llegar a casa es hablar con la familia, y preguntarles cómo les ha ido el día. Siempre que puedo también me gusta dar algún paseo con mi esposa Laura, y nuestra perrita adoptada Kim. Es algo que me encanta, y aprovecho el espacio que me brindas para hacer un llamamiento y animar a todo el mundo que elija la opción de adoptar en lugar de comprar, porque en las protectoras de animales son muchas las mascotas que esperan una oportunidad, y es una lástima no hacerlo.
Luz Casal, en Volver a comenzar, nos canta que: “Reímos cuando somos más valientes, que las ganas de escapar”. En la actual coyuntura, ¿encuentra motivos para reír? Es cierto que, desayunamos a diario con noticias negativas. En mi caso, tengo el privilegio de trabajar en Grefusa, donde cómo te comenté anteriormente, uno de nuestros Grefuvalores es el de “Disfrutamos con lo que hacemos”, y a pesar de estar rodeados de entornos complejos nunca perdemos el optimismo, y sobre todo el sentido del humor.
Es tremendamente necesario para poder trabajar con más felicidad. Recientemente tuve la oportunidad de hablar con el mago y humorista Jandro, y se quedó sorprendido con nuestra filosofía. Le encantó, nos felicitó por ello, y manifestó que le gustaría que hubiese más empresas como la nuestra.
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