Pintan bastos en Valladolid. El cierre de dos empresas, como Lauki y Dulciora, está anunciado y han iniciado el camino de su deslocalización. Estamos hablando de 822 empleos entre directos e indirectos, aproximadamente. Hasta los ganaderos están cabreados y desconfían de los pasos que está dando Lactalis; no entienden que se sigan firmando contratos con ellos, cuando –una vez deslocalizada Lactalis y afincada en Lugo tendrán la leche a tiro de piedra—faltan apenas tres meses para el cierre de la planta: al menos a día de hoy, porque la Junta de Castilla y León está trabajando duro y tendrá su efectividad. Al tiempo.
Tal efectividad no se observa en el Ayuntamiento de Valladolid, donde el alcalde –conocido como ‘marca blanca’ entre otros epítetos—se limita a amenazar a Lactalis y a proponer el boicot a esta empresa. No sabe el daño que hace con esas fantasmadas y sus típicas patochadas, más propias de un irresponsable que de un buen gestor. Hasta el propio Ruiz Medrano ha tenido que llamarle la atención, en el sentido de que “no hay que buscar protagonismos” y sí soluciones, como está haciendo la Junta de Castilla de León; un trabajo silencioso, efectivo, sacrificado y eficaz.
En Valladolid, la población empieza a estar harta del Ayuntamiento, donde tres formaciones de perdedores han formado un ‘desgobierno’ que mantiene paralizada a la ciudad y sigue viviendo de las rentas de la extraordinaria situación económica que dejó don Francisco J. León de la Riva. Es la tónica habitual de los consistorios donde se gobierna a la valenciana, sin perspectiva ni planificación y, lo que es más grave, contra la ciudadanía.
Sirva como dato de interés el hecho de que el sector agroalimentario representa en Castilla y León el 26% del PIB. Solo pensar que Lactalis no tiene pensado dar marcha atrás hace que mucha gente se lleve las manos a la cabeza, aunque si es capaz de absorber a los trabajadores en otras plantas de España, el problema ya no es tan grande; pero eso no parece contemplarlo la Junta de Castilla y León en sus negociaciones.
No es la primera vez que la Junta sale victoriosa. Ahí están casos difíciles como los del Grupo San Cayetano, Puertas Normas, Antibióticos León,… La Junta siempre ha enarbolado la bandera del éxito. Y lo ha hecho mirando por los intereses de la comunidad, algo muy distinto a lo que sucede en el Ayuntamiento del ‘marca blanca’, Oscar Puente, que ni siquiera parece mirar por el bienestar de la ciudad y sus conciudadanos, siendo su objetivo prioritario el insulto permanente al anterior alcalde, León de la Riva. Con todo este panorama no faltan movilizaciones en la ciudad del Pisuerga, pero hasta ahora están teniendo muy poco eco.
No quisiera terminar esta opinión sin hacer alusión a lo sucedido recientemente en las redes sociales. Cuando se ha querido echar una mano por la permanencia de Lauki en Pucela, no han faltado trabajadores que –chulería en ristre—han pedido que se calle todo el mundo y que las instituciones no se metan en el tema de Lactalis, puesto que son ellos (los trabajadores) quienes deben solucionar su propia situación; supongo que también se referirían a los sindicatos. Pues bien, no saben el error que han cometido con tal barbaridad de planteamiento. Lo mismo que el planteamiento del alcalde que, en vez de trabajar en busca de soluciones, trabaja en busca de localizar problemas, aventarlos y presumir que Valladolid hará boicot a Lactalis, multinacional propietaria de Lauki (lo hará él, porque en Valladolid nadie sigue sus consejos, charlotadas ni mediocridades).
Mientras la Junta de Castilla y León trabaja en silencio para evitar la deslocalización de Lactalis, el procurador socialista de las Cortes de Castilla y León –Pedro González-- sigue perdiendo el tiempo al pedir la comparecencia de la consejera de Empleo, la de Agricultura y Ganadería y la de Economía y Hacienda; es decir, Rosa Valdeón, Milagros Marcos y Pilar del Olmo, respectivamente.
En vez de ese tipo de caprichos del procurador, más le valía trabajar e integrarse en la parte de las soluciones, en vez de estar recostado en la parte de los problemas.
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