Adolescentes usando teléfonos celulares en un campo de refugiados sirios. Junto con la amenaza de la inteligencia artificial, las campañas de desinformación y de incitación al odio ya abundan en las redes sociales y se requiere una acción internacional concertada para detener esas amenazas, se plantea en la ONU. Imagen: Herwig / Unicef
NACIONES UNIDAS – El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, ha planteado que la proliferación de la desinformación y la incitación al odio a través de las redes sociales exige una acción internacional coordinada para lograr que el espacio digital sea más seguro e inclusivo.
“La proliferación del odio y la mentira en el espacio digital está causando un grave daño global, ahora mismo. Y alimenta conflictos, muerte y destrucción, ahora. También amenaza la democracia y los derechos humanos y socava la salud pública y la acción por el clima, ahora”, expuso Guterres. El titular de la ONU presentó un informe sobre la veracidad de la información en las plataformas digitales.
Destacó los beneficios que aportan esas plataformas al apoyar a las comunidades en tiempos de crisis y lucha, al potenciar las voces marginadas, y con su ayuda a movilizar movimientos globales por la justicia racial y la igualdad de género.
Sin embargo, indicó que también se usan indebidamente para desvirtuar la divulgación científica y propagar la desinformación y el odio a miles de millones de personas, avivando conflictos, amenazando la democracia, los derechos humanos, socavando la salud pública y la acción climática. Por ello, señaló que esta amenaza mundial exige una acción internacional coordinada para lograr que el espacio digital sea más seguro e inclusivo, y que, al mismo tiempo, proteja los derechos humanos. Su propuesta estuvo dirigida “a crear medidas de protección para ayudar a los gobiernos a unirse en torno a directrices que promuevan los hechos, al tiempo que exponen conspiraciones y mentiras, y salvaguardan la libertad de expresión e información”.
Destacó que el estado de alarma sobre la amenaza que supone la rápida implantación de la inteligencia artificial no debe ocultar el daño que ya causan las tecnologías digitales que amenazan la democracia y el respeto de los derechos humanos, al permitir la manipulación y la desinformación en línea.
También señaló la responsabilidad de algunas empresas tecnológicas que no hicieron lo suficiente y actuaron demasiado tarde para evitar que sus plataformas contribuyeran a la propagación de la violencia y el odio. Mientras, los gobiernos recurrieron ocasionalmente a medidas drásticas, como cierres y prohibiciones del uso de internet, que carecen de base jurídica y vulneran los derechos humanos.
El informe presenta el marco para conseguir una respuesta mundial organizada a través de un Código de Conducta para la veracidad de la información en las plataformas digitales, delineando posibles barreras para contener esta amenaza y protegiendo al mismo tiempo la libertad de expresión e información.
Entre las propuestas del Código está que los gobiernos, las empresas tecnológicas y otras partes interesadas deben abstenerse de utilizar, apoyar o amplificar la desinformación y la incitación al odio con cualquier fin.
Los gobiernos deben garantizar un panorama mediático libre, viable, independiente y plural, con fuertes protecciones para los periodistas.
Las plataformas digitales deben garantizar la seguridad y la privacidad desde el diseño en todos los productos, junto con una aplicación coherente de las políticas y los recursos en todos los países e idiomas.
Todas las partes interesadas deben tomar medidas urgentes e inmediatas para garantizar que todas las aplicaciones de inteligencia artificial sean seguras, responsables y éticas, y cumplan con las obligaciones en materia de derechos humanos.
Las empresas tecnológicas deben alejarse de los modelos de negocio que priorizan el compromiso por encima de los derechos humanos, la privacidad y la seguridad.
Los anunciantes y las plataformas digitales deben garantizar que los anuncios no se coloquen junto a mensajes de desinformación o incitación al odio en línea, y que no se promuevan anuncios que contengan desinformación.
Las plataformas digitales deben garantizar una transparencia significativa y permitir el acceso de investigadores y académicos a los datos, respetando al mismo tiempo la privacidad de los usuarios. Se insiste en que la participación no puede estar por encima de los derechos humanos.
Interrogado por la prensa sobre cómo confía en que las empresas y los gobiernos tomarán medidas concretas, Guterres destacó la necesidad de mecanismos en los que participen múltiples partes interesadas para definir pautas, líneas rojas, intercambiar buenas prácticas y garantizar el cuestionamiento de los modelos de negocio.
“Y, por supuesto, hay un aspecto central: estas plataformas deben ganar dinero. Pero el problema es que el actual modelo de negocio prioriza la participación frente a la privacidad, la verdad y los derechos humanos de las personas”, indicó.
Finalmente anunció que durante los próximos días nombrará un consejo asesor científico que incluirá a una serie de expertos externos, y expresó la intención de crear un órgano sobre inteligencia artificial tras la próxima Cumbre de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que se celebrará los próximos 18 y 19 de septiembre.
A-E/HM - Fuente: IPS
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