El ansiado título en Premier de Ari y Paula llega en el mítico Roland Garros

Les fue esquivo el título en Roma, también en Madrid, pero en la 'Ciudad del Amor y de la Luz', han escrito por fin su nombre en lo más alto. Les ha costado pero ya tienen su preciado metal, un nuevo trofeo que adorna sus vitrinas, aunque no va a ser uno cualquiera.

Porque Ari Sánchez y Paula Josemaría ya son condesas de París tras hacerse con ese título que tanto han perseguido y que tanto ha tardado en llegar, y lo han hecho ante las que ahora mismo son dos de sus máximas rivales (sin olvidarnos de Bea González y Delfi Brea), dando un golpe soberbio sobre la mesa y presentando su candidatura total.

La Philippe Chatrier se engalanaba para una jornada de finales fantástica, con las gradas ahora también llenas desde el inicio (por fin) para reconocer a las chicas su esfuerzo, algo que sólo había ocurrido en las semifinales. Era su momento e iban a dejar un partido espectacular.

Ari y Paula empezaron muy fuertes, con dos breaks ante Gemma Triay y Martita Ortega, quienes parecieron entrar noqueadas y sin la intensidad y concentración que el partido precisaba. De hecho, cuando se quisieron dar cuenta y activar las piernas ya tenían demasiada desventaja en contra y solo pudieron ahorrar fuerzas y pensar en la segunda manga (6-2).

Llegaría la necesaria reacción, pero duró apenas cuatro juegos, lo que se tardó en llegar al 2-2, porque de nuevo las chicas de Ángel González imprimieron más velocidad al juego y tanto con Paula como con Ari muy metidas (esta vez la catalana estuvo fantástica acompañando a la extremeña sin ninguna desconexión) y a un nivel excelso obtuvieron de nuevo ventaja, un 5-3 y hasta tres bolas de partido y, por tanto, de título.

Sin embargo, desaprovecharon todas y cada una de ellas y Tiay y Ortega pudieron acercarse ligeramente (5-4), mero espejismo de lo que estaba por ocurrir, pues otra vez con pundonor y garra, Josemaría y Sánchez se abrazaban y lloraban en el centro de Roland Garros. Suya era la victoria con un 6-2 y 6-4, un título muy perseguido que les llega en un escenario mágico, testigo de grandes gestas como la que ellas están consiguiendo en este deporte. Son las reinas de Roland Garros, de París y de Francia.