Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Cultura | Historia

El duro trabajo de escribir bien

Cuando el trabajo hace feliz, es estimulante y necesario
Manuel Senra
miércoles, 18 de mayo de 2016, 00:50 h (CET)
Es un hecho cierto que se desarrolla en la mayoría de los escritores noveles: se imaginan ser poetas o escritores gracias a un don bajado del cielo; otros, que porque ha escrito un par de libros, ya se crean un Kafka, una Emily Dickinson, o un Flauber…, solo por mencionar a tres escritores de talla. Pero es cierto: se crecen como un ciprés solo porque le han publicado un relato en una revista; o se imagina haber alcanzado “la gloria” por el solo hecho de obtener un premio literario con más o menos dotación… Los que se encumbran como torres, aunque hayan trabajado un poco, es porque le echaron una pizca de imaginación al asunto; y si los inflamados de desbordante vanidad imaginan ser capaces hacer algo parecido a Cien años de soledad, es porque rotunda y llanamente no están en sus cabales. Si digo esto es porque yo también pasé ese mismo pérfido engaño, o esas mismas falsas ilusiones.

Y esto es así porque nos olvidamos de algo importante: que somos los dueños de un agudo sentido de la realidad. Observar claramente… si las ideas no consiguen traducirse en palabras. Pues cuando el trabajo hace feliz, es estimulante y necesario…, la emoción es fundamental para seguir adelante. Nadie crea nada sin emoción. Aunque el exceso de ilusión no puede romper algo que no es exactamente cierto: “yo he nacido con ese don”. Quien dice eso no sabe lo que dice. Sí. Es posible que se puedan tener ciertas actitudes para escribir, solo que lo difícil es llegar a ser un buen escritor. Y para eso, no existe mejor arma que la emoción. Escribir sirve para algo. Para mucho. Y sirve, sobre todo, para colmarse de esa especie de paciencia animal. Los que piensan así serán escritores, prodigios escritores de prosa límpida y cuidada, de textos brillantes y deliciosos. Moderadamente sencillos. Autores de bellos textos deslumbrantes, de una sólida y clara prosa. Si. Es así.

Un fragmento extraído de un artículo publicado por nuestro Premio Príncipe de Asturias, refiriéndose a Madame Bovary. “Pero cada día, después del trabajo “deliciosamente atroz”, a las dos o a las tres de la madrugada, después de pegarse diez horas midiendo milimétricamente cada palabra, Flaubert, con una fortaleza física intelectual inexplicable, en un estado de estimulación que hace imposible el sueño, Flaubert se pone a escribirle a un amigo o a su amante de París”.

Fueron escritor de un perfeccionismo fuera de casi absolutamente el resto de los mortales. Pero también existen escritores que se asemejan en ese alto grado de limpieza y precisión del escritor francés. Existen casos cuya lentitud no solo se debe a ese brillo en la sintaxis sino a otras causas. Ahí tenemos a Louise Erdrich (Minesota, 1954), que confiesa haber tardado cuatro años en acabar un libro. Pero claro, añade que, al mismo tiempo, trabajaba en otras creaciones más. Y, que el material lo tenía desde hace 20 años. Tengo relatos de hace décadas –confiesa en la entrevista de El País- en los que aún estoy trabajando, tratando de que funcionen”.

Aquí, en España, hubo escritores prolíficos como Benito Pérez Galdós… José de Espronceda…. Pero, con toda seguridad, en el barroco, destaca sobre todo el autor más prolífico y rápido llamado Lope de Vega, del que se dijo aquello de “en horas veinticuatro, pasaron de las musas al teatro”. Ágata Christy también publicó mucho. Y González Rojas nos ha deleitado con abundante poesía. Y puestos ya a recordar, saldrían muchos que han publicado más de 50 novelas. Aunque como contrapunto tenemos a Juan Rulfo (mejicano), como todo el mundo sabe, quien se hizo mundialmente famoso con solo una única novela y un puñado de cuentos.

Comenzábamos con las falsas creencias de los autores, que ha aportado compensaciones, claro, como todo en la vida. Pero que además de lo poquísimo que se gana –sobre todo en firmas poco conocidas y poetas- se trabaja muchísimo. Pero bendito sea. Ah, qué maravilla. Escribir con una prosa profunda, con un buen estilo literario y musical. Es el éxtasis…

Y lejos, muy lejos, del palabreo de extrarradio.

Noticias relacionadas

Hoy quiero invitarlos a reflexionar sobre la relación entre la obra de George Orwell, titulada “1984” y su relación con nuestro presente puesto que, leer esa pieza hoy en día, es como asomarse a un espejo que refleja los desafíos más acuciantes de nuestra era. El autor, con una perspicacia asombrosa, anticipó muchas de las inquietudes que nos aquejan: la vigilancia constante, la manipulación de la información, la erosión de la privacidad y el peligro del pensamiento único.

Todo mi respeto va a los hermanos españoles que perdieron la vida, a los que perdieron a sus familiares y amigos, a los que perdieron casas, vehículos, cultivos y enseres diversos. ¡Fuerza y honor hermanos míos, estáis dando lecciones de superación! “Después de la tormenta viene la calma”. Esta expresión no surge de la nada, sólo existe porque alguien prestó atención a lo que pasa después de que pasan las aguas, sale el sol, el aire fresco, nuevos brotes de la tierra.

Para mí es de interés público contar con contenidos legibles que sean una contribución a la cultura, la información, el debate y el entretenimiento entre todos los españoles. No creo que la respuesta en este siglo digital sea el canal de televisión cerrado, es decir, el de pago. Es bien cierto que prácticamente todos los hogares cuentan con al menos un televisor, pero ese no es el único instrumento para ver contenidos de toda índole.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto