Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Jerusalén | ISRAEL | Embajada | Gaza

Pongamos que hablo de Jerusalén

Instalar embajada en esta ciudad implica dar la espalda a la lógica, al derecho y a la historia
Luis Agüero Wagner
miércoles, 11 de octubre de 2023, 11:24 h (CET)

Si Israel garantizara impunidad a la gente con problemas ante la justicia norteamericana, Golda Meir no hubiera entregado al mafioso judío Meyer Lansky a EEUU. Pero esa historia como tantas más, es ignorada por la diplomacia paraguaya, que ante sus desencuentros con el departamento del Tesoro y el departamento de estado norteamericano, decidió trasladar la embajada paraguaya a Jerusalén.

Cualquier aspirante a diplomático sabe que Jerusalén ocupa una zona de Cisjordania, de acuerdo al derecho internacional ilegalmente ocupada por Israel desde 1967.


La decisión puede tener consecuencias insospechadas, si repasamos la historia reciente de enfrentamiento de narrativas autistas.


A más de once millones de españoles, en marzo de 2004, le interesaba más su propia seguridad que la disputa entre Bush y los musulmanes radicales. Pero se produjo un atentado tres días antes de unas elecciones que según las mediciones, ganaría cómodamente el Partido Popular, que postulaba al delfín de Aznar, Mariano Rajoy.


El atentado, una explosión en la terminal madrileña de Atocha, fue fatídico para el partido gobernante, ya que Rajoy perdió las elecciones a pesar que las mediciones pocos días antes vaticinaban su holgada victoria.


Evidentemente, los españoles se indignaron más fuertemente con las malas decisiones de su gobierno que con Al Qaeda (sindicados como autores del atentado) y votaron al PSOE en repudio a la controvertida alianza entre José María Aznar, George W. Bush y Tony Blair.


Como una caja de Pandora inagotable, desde 1918 la situación no hace más que empeorar, y aunque en aquel tiempo lo vislumbró Lawrence de Arabia, al parecer muy pocos diplomáticos leyeron sus pilares de la sabiduría.


Los planes colonialistas de Versalles y la obsesión por dibujar mapas antojadizos, llevaron a Francia a desplegar ochenta mil soldados franceses y obligar a Faysal a exiliarse, quedando Siria en manos francesas. El dominio francés incluyó al Líbano, pero más fragmentaciones siguieron.


Francia intentó llevar a cabo una planificada disgregación, pero la resistencia de los nativos fue tan grande que finalmente debieron ceder y Siria se mantuvo unificada.


En la zona británica, las vilayets (provincias) otomanas de Mosul, Bagdad y Basora se unieron para formar una entidad nueva llamada Irak, bajo mandato británico, donde volvió a establecerse un trono para Faysal.


Palestina también quedó en manos de los ingleses, que tendieron un puente con Iraq a través del corredor que denominaron Transjordania, luego Jordania, donde reinó por disposición de ellos el rey Abd Allah.


Tanta frontera artificial no presagiaba futuro promisorio alguno, y desde hace bastante tiempo los resultados saltan a la vista.


Si bien un conflicto antiguo genera inexorablemente intereses creados que tienden a prolongarlo, las naciones podrían empezar por ejercitar una diplomacia propia en lugar de seguir ciegamente a potencias ante las cuales les han hecho sentirse minipreciados.


Pongamos que hablo de consulados en la Franja de Gaza y embajadas en Jerusalén. LAW

Noticias relacionadas

Ya han pasado más de mil días y la guerra en Ucrania presenta una escalada sin precedentes. En este tiempo se ha demostrado una vez más que los conflictos armados no sirven para nada. Que no tienen ningún sentido más allá de destruir y asesinar al otro. Solo porque a un sociópata se le ocurre dar una orden.

La historia se repite. El ser humano vuelve a tropezar en la misma piedra una vez tras otra. A principios del siglo XVI Maquiavelo nos anticipaba (sin pretenderlo) las consecuencias de la DANA. Tengo la suerte de asistir a clase de Historia Universal de la Edad Moderna en la Universidad de Málaga. Días atrás, mientras debatíamos sobre la historia de la Europa del siglo XVI, nuestra profesora proyectó en la pantalla un fragmento de la obra de Maquiavelo “el Príncipe”.

El profeta Jeremías hace sonar la alarma cuando escribe: “No envié yo aquellos profetas, pero ellos corrían, yo no les hablé, pero ellos profetizaban. Pero si ellos hubiesen entrado en mi secreto, habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo, y les habrían hecho volver de su mal camino, y de la maldad de sus obras” (23: 21, 22).

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto