De acuerdo con el Barómetro de Prácticas de Pago 2023 elaborado por Crédito y Caución, el 47% del crédito comercial que los proveedores conceden a sus clientes en Bulgaria a la hora de cobrar sus productos y servicios se cobra con retraso, lo que supone un empeoramiento de ocho puntos porcentuales frente al 39% registrado hace un año. Solo el 48% de las facturas en las operaciones entre empresas en el mercado búlgaro se pagan en el plazo acordado. El 5% restante resulta impagado.
"Las ventas a crédito con clientes B2B aumentaron un 10% entre las empresas búlgaras, especialmente en el sector siderúrgico. Esto es probablemente un reflejo de la resistencia de la demanda interna y del aumento de las exportaciones a la Unión Europea. A pesar de esta tendencia al alza, las ventas a crédito representan solo el 44% de las ventas B2B en Bulgaria, con una mayor proporción de ventas realizadas al contado. Esto sugiere una clara percepción entre las empresas del riesgo de morosidad o impago derivado de las transacciones comerciales y un deseo de minimizar el impacto del riesgo de crédito en el negocio", explica el informe.
De cara al cierre de 2023, en el mercado búlgaro se rompe en natural optimismo que se registra en el sentimiento económico sobre el riesgo de crédito en otros mercados. Aunque el 56% de las empresas prevé un crecimiento en su negocio y un 41% espera poder ampliar sus márgenes, solo un 23% anticipa una mejora de las prácticas de pago de sus clientes, muy por debajo del 36% que espera un deterioro.
En los últimos meses, el 39% de las empresas búlgaras ha experimentado un aumento de los plazos de pago de sus clientes, muy por encima del exiguo 11% que ha registrado una disminución. Para proteger a la empresa de la falta de liquidez y evitar el riesgo de quedarse sin efectivo debido a los retrasos en los pagos, un 51% de las empresas ha incrementado el tiempo y los recursos que dedica al cobro de facturas impagadas, un 46% ha buscado financiación externa, un 45% ha reforzado sus procesos internos de control del crédito, un 36% ha retrasado el pago de sus propias facturas transmitiendo los problemas de morosidad a lo largo de la cadena de suministro y un 25% ha retrasado sus inversiones.
La evolución de los precios ha tenido un fuerte impacto sobre el tejido productivo búlgaro. Solo el 3% de las empresas no ha sufrido cambios en su estructura de costes debido a la inflación. El impacto principal se ha producido sobre los costes de almacenamiento y mantenimiento de inventario (para el 33% de las empresas), seguido de los costes de producción (28%), la caída de la demanda de sus productos y servicios (14%), los costes financieros (14%) y los costes laborales (8%).
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