(Dedicado a mi amigo Cayetano Mejías) Hace unos días tuve la oportunidad de escuchar un concierto emitido por televisión desde la maravillosa isla de Tenerife. Amén de por su calidad, el evento me emocionó por la cantidad de intervenciones como solistas de muchos de los componentes de los Sabandeños. Todo un ejemplo de participación que manifiesta la ausencia de “figuras” en el grupo.
Este coro, nacido en el 1965, está formado por una gran parte de aquellos iniciadores de la aventura, a los que se han ido incorporado a lo largo de los años otros componentes. En su mayoría pertenecientes al segmento de plata. Me impactó especialmente la figura de Elfidio, autor de muchas de las piezas que interpretaron, que desde una silla de ruedas y con graves dificultades de movilidad, no dudó en dirigir el grupo y participar en el concierto en la medida de sus escasas posibilidades. Todo un ejemplo para aquellos que se escudan en la edad para apartarse de la actividad y dedicarse a envejecer quejándose de todo y de todos. Bajo esas capas canarias, se encontraban muchos años de vida y muchas horas de ensayo, que les permitieron embelesarnos con un repertorio lleno de música canaria así como hispanoamericana. Pudimos oír boleros, pasodobles y piezas guanches que nos hicieron rejuvenecer muchos años. También he dedicado este artículo a mi amigo Cayetano. Un rondeño asentado en Tenerife (mi proveedor de puros palmeros), que vive allí pero disfruta aquí. Otro ejemplo de un casi ochentón con pinta de indiano, que sabe disfrutar de la vida, de la Semana Santa malagueña, del verano en la torre de Benagalbón y de la comida con aquellos que compartimos nuestra infancia y adolescencia. Esos que nos reunimos cada primer viernes para compartir el pan y la amistad. Escuchando a los Sabandeños cantar su sublime “Islas Canarias”, además de tener que limpiarme alguna que otra lágrima, me acordé de muchas personas que han pasado por mi vida y me han dejado su huella familiar y de amistad. Como aquella vieja tuna de la Escuela de Comercio, en la que cantábamos estas canciones. Como mi amigo Cayetano.
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