Georges Clemenceau sentenció que es suficiente agregarle la palabra "militar" para que una palabra con significado lo pierda. Así, decía el estadista francés, la justicia militar no es justicia, la música militar no es música. Lo mismo podríamos decir cuando se habla de “ayuda humanitaria”, sobre todo si ésta se realiza en países como Paraguay.
La embajadora de Estados Unidos en Asunción, Liliana Ayalde, dijo lamentar en nombre de su país el rechazo anunciado por el clérigo-presidente Fernando Lugo a los ejercicios militares acostumbrados entre fuerzas estadounidenses en Paraguay, que este año debía permitir el ingreso de 500 militares yanquis inmunes ante las leyes paraguayas, los cuales normalmente ingresan con armas y pertrechos sin ningún control.
A pesar del anuncio, el gobierno renunció pronunciarse sobre temas mucho más delicados, tales como el adoctrinamiento de militares paraguayos que siguen siendo becados a la ex Escuela de las Américas, también conocida como escuela de golpistas, o sobre la participación de tropas paraguayas en la ocupación militar de Haití. Como dijo Gilbert Keith Chesterton, a algunos hombres los disfraces no los disfrazan, sino que los revelan.
El mismo obispo-presidente expuso que la negativa al operativo militar es circunstancial, dado las relaciones bilaterales se mantienen en varios programas incluida la cooperación militar, por lo tanto, no considera que esto tendrá implicancia política negativa. La agenda bilateral con los Estados Unidos es excelente, dijeron los voceros del gobierno, temerosos de contrariar a sus aliados de la prensa mediática y a los factores de derecha que sostienen a Lugo.
El Canciller Nacional, Héctor Lacognata, precisó que Paraguay tiene actualmente firmado más de 30 convenios vigentes en diversas áreas de las cuales 6 tienen relación con la cooperación militar. “Este proyecto nuevo del 2010 era uno de los tantos proyectos de cooperación militar con los Estados Unidos y los otros proyectos se seguirán fortaleciendo en la medida que se disponga desde el gobierno”, subrayó.
LA ESCUELA DE LAS AMÉRICAS
Luchadores paraguayos por los derechos humanos están empeñados en que desaparezca la nueva versión de la Escuela de las Américas, un centro clave de formación de torturadores de la Operación Cóndor. Establecida en Panamá en 1946, la fatídica SOA (por su sigla en inglés), fue trasladada a Fort Benning, Georgia, en 1984, donde actualmente funciona con otro nombre.
Varios defensores de derechos humanos están pidiéndole al gobierno de Fernando Lugo que Paraguay cese de enviar soldados a la escuela de asesinato y tortura del ejército estadounidense que funciona en Georgia bajo el nombre de Western Hemisphere Institute for Security Cooperation (Instituto del Hemisferio Occidental para la Cooperación en Seguridad, WHINSEC por su sigla en inglés), con sucursales en El Salvador y Perú. Hasta ahora Lugo ha renunciado pronunciarse al respecto, y se recuerda que incluso designó jefe de inteligencia de la Fuerza Aérea a un egresado de dicho centro, además procesado por contrabando.
El WHINSEC prepara personal de seguridad latinoamericano en las mismas “asignaturas” de “contra insurgencia” que la Escuela de las Américas, bajo el pretexto de la lucha contra el narco tráfico. Entre los 60.000 graduados de la SOA están los responsables de la Operación Cóndor y de los mayores crímenes contra los derechos humanos en América Latina, como Hugo Bánzer Suárez de Bolivia, Leopoldo Galtieri y Roberto Viola de Argentina, sólo para citar algunos. En 1996 el Pentágono fue forzado a abandonar los manuales de entrenamiento en torturas y ejecuciones de la SOA que sus graduados de nivel inferior aplicaron en el asesinato del arzobispo Óscar Romero, de El Salvador, y la masacre de 900 civiles en EL Mozote, en ese mismo país. En un intento por desviar las críticas públicas y desasociar a la escuela de su reputación, la SOA fue rebautizada en 2001 como WHINSEC.
El nombre fue cambiado por el departamento de Defensa (Pentágono) para lograr autorización para una partida presupuestaria en el año fiscal 2001 e impedir que los opositores de la SOA aprobaran una legislación que habría desmontado la escuela.
SOLDADOS PARAGUAYOS EN HAITÍ
Los militares paraguayos no sólo siguen siendo adoctrinados en el WHINSEC. También un pelotón de militares paraguayos de las tres armas partió en los primeros días de julio con rumbo a Haití, donde se integraron a la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH). El pelotón paraguayo, con cascos de la ONU, se encuentra bajo el mando de las tropas brasileñas, quienes comandan la ocupación del país con más de 1.200 hombres.
Desde el 2004 que Haití, el país más pobre del continente, se encuentra ocupado por 7.000 hombres pertenecientes a las “tropas de paz” de la ONU. Estas tropas, en realidad, están al servicio de la política de saqueo y recolonización del imperialismo norteamericano, que pretende asegurar por la fuerza las “ventajas comparativas” que ofrece el pequeño país a las empresas multinacionales, como la mano de obra barata y “zonas francas” liberadas de impuestos y obligaciones laborales.
Las tropas de la ONU permiten al imperialismo explotarlo aún más a Haití y transformar su territorio en una plataforma de exportación de los productos de las empresas multinacionales. Debido al empantanamiento de las tropas imperialistas en Irak y Afganistán, quienes ocupan y oprimen directamente a Haití son tropas latinoamericanas al mando de Brasil.
Aunque la intervención se escuda bajo el acostumbrado signo de intervención humanitaria, en realidad se trata de una invasión militar imperialista al servicio de un plan económico, ejecutado por el presidente Rene Prevál, que responde a los intereses de las empresas norteamericanas instaladas en Haití.
Semanas atrás, soldados de la MINUSTAH dispararon contra manifestantes haitianos que protestaban contra el aumento del precio de los alimentos, como el arroz que se duplico de 35 a 70 dólares el saco de 50 kilos y por el aumento del salario en las fabricas. Como las protestas llegaron cerca del palacio presidencial, las tropas de la ONU, comandadas por los brasileños, dispararon a matar contra la multitud. Hubo 6 muertos y 30 heridos graves.
Aunque Haití tiene un pasado heroico de lucha contra la opresión, que lo llevó a protagonizar la primera y única revolución victoriosa de esclavos negros, y a ser la primera nación que conquistó la independencia en América Latina, desde hace décadas es víctima de la más brutal de las explotaciones, a la que contribuyen tropas paraguayas enviadas por el gobierno de Fernando Lugo.
Lo dijo Oscar Wilde: una máscara dice más que una cara.
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