Descender por trepidantes saltos de aguas bravas en una balsa neumática, recorrer sosegados y caudalosos ríos o embalses con una piragua o canoa o surcar las olas en el mar sobre una tabla precisan de adecuados emplazamientos para practicar rafting, piragüismo, kayac, surf o windsurf, los deportes acuáticos con un mayor número de incondicionales. Conozcamos los mejores lugares en la geografía española para cada uno de ellos.
Rafting
Los Pirineos son la cuna del rafting en la geografía española. El descenso por losríos Ara, Esera y Gállego (Huesca), afluentes del Ebro, es vertiginoso y transcurre por paisajes de montaña de abrupta orografia. Pero es el Noguera Pallaresa (Lleida), el que está considerado como el mejor río del continente para esta disciplina deportiva, con 30 kilómetros de rápidos a pie de la cordillera pirenaica.
El Miño también ofrece posibilidades en el tramo que atraviesa la localidad de Arbo (Pontevedra), así como en los ríos Ulla y Deza; mientras que en el Ebro, junto al embalse de Reinosa, en una zona determinada entre las localidades de Orbaneja del Castillo y Frías (Burgos), se encuentran rápidos para un veloz descenso.
En el centro de la península se hallan un par de enclavamientos propicios: uno en el río Tormes, próximo a la localidad abulense de El Barco de Ávila, en el entorno del Parque Natural de la Sierra de Gredos, y el otro en las Hoces del Cabriel (Cuenca), donde se hallan vibrantes torrentes.
Y en el sur de la península, se localizan tres lugares privilegiados: en el río Guadalquivir, en los limites del Parque Natural de las sierras de Cazorla, Segura y Las Villas se ubica un tramo de 10 kilómetros entre el puente de Agustines y Puente Ortega (Jaén); en el Genil, entre las localidades cordobesas de Benamejí y Palenciana; y en el Guadalfeo (Granada), a pie de Sierra Nevada, que aprovecha los torrentes del deshielo de la cordillera.
Piragüismo y kayac
El pantano de Bubal y el río Gállego (Huesca) y el de Noguera Ribagorzana (entre las provincias de Lleida y Huesca), además de las aguas tranquilas del canal artificial de la Seo D’Urgell, los lagos artificiales en el pirineo ilerdense de Puigcerdá y Nuria y el cauce que bordea los acantilados en el interior del Parque Natural del Garraf (Barcelona) son el marco perfecto para los aficionados al piragüismo o al kayac en Cataluña y Pirineos.
En la cornisa cantábrica, en los ríos Sella, Deva y Dobra (Asturias) se descienden abruptos cursos fluviales y en los embalses de Chandrexa, Bao y Montfurado (Orense), Belesar (Lugo), Castrelo y Eume (La Coruña); el rio Ulla, muy próximo a su desembocadura en la ría de Arousa y el embalse de Eiras (Pontevedra) y el caudaloso río Bidasoa (entre Navarra y el País Vasco) se hallan travesías más tranquilas.
La comunidad castellano-leonesa es la que cuenta con el mayor número de lugares para practicar piragüismo: el embalse de Burguillo, el río Tiétar y el Alberche (Ávila), el Tormes (Salamanca); el lago de Sanabria o el río Duero a su paso por Zamora y el cañón del río Duratón, que recorre el interior del parque natural avistándose su colonia de buitres leonados o el lago de la Serranilla (Segovia).
Y al sur, en Castilla-La Mancha, se localizan ubicaciones sugestivas en las estribaciones del parque natural del Alto Tajo (Guadalajara) plagados de numeroso cañones rápidos y angostos, en la profunda y sinuosa garganta del río Júcar (Albacete) o en las Hoces del Cabriel (Cuenca). Mientras que en Andalucía destacan los acantilados de Maro (Málaga) junto a Nerja; así como diversos itinerarios por el parque natural del Cabo de Gata (Almería).
Sin olvidarnos de Baleares o Canarias. En ambas islas se encuentran zonas para el kayac: en el litoral de Formentera o en el acantilado de los Gigantes en la costa noroeste de la isla de Tenerife, caracterizado por sus paredes verticales que alcanzan los 600 metros de altura.
Surf y windsurf
Los lugares de privilegio para practicar ambas modalidades se reparten a lo largo del litoral cantábrico atlántico y mediterráneo.
Comenzando por el Cantábrico, los más adecuados se emplazan en las costas del País Vasco, en las playas de Mundaka o Sopelana (Vizcaya) y en la de Zarautz (Guipúzcoa), conocida como la capital del surf en Euskadi; en las costas de Cantabria, entre las localidades de Somo y Suesa y en la playa de Los Locos en Suances; y en las costas de Asturias, en la playa de San Lorenzo en Gijón o en Salinas para los más novatos.
Continuando por el Atlántico, en las costas gallegas, en la playa de Pantín (La Coruña), entre las localidades de Ferrol y Cedeira y la playa de Razo, en el corazón de la Costa da Morte; en el litoral de Cádiz, en la playa de Balneario y la de los Lances, un paraíso para los amantes del winsurf en Tarifa o en las de Caños de Meca y El Palmar, cerca de Conil de la Frontera; en las Canarias, en las playas de Troya en Costa Adeje o la playa del Medano y la de las Américas y Los Cristianos (Tenerife), en El Confital, el mejor rompiente de arrecifes (Gran Canaria), en El Quemao y la playa de Famara (Lanzarote) y en Corralejo (Fuerteventura).
Y finalizando en el Mediterráneo, el windsurf esta muy presente en el Mar Menor (Murcia), donde los vientos son ligeros, las aguas, tranquilas y la temperatura, suave; en la costa alicantina, en la playa de La Mata en la localidad de Torrevieja y en la playa de la Barceloneta, la más célebre de la Ciudad Condal.
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