En Alemania desarrolla su labor filosófica Markus Gabriel que es uno de los filósofos más influyentes de los últimos tiempos. Nacido en 1980 actualmente es catedrático en la Universidad de Bonn y director del Centro Internacional de Filosofía. Ha escrito libros esenciales para entender mejor el contexto y las cuestiones más relevantes de la filosofía contemporánea, contribuyendo con planteamientos originales muy constructivos. Por ejemplo, en su libro Ontología Trascendental: Ensayos sobre idealismo alemán, presenta una interpretación racional del idealismo alemán, desde la perspectiva epistemológica y ontológica del siglo XXI. Gabriel desafía la comprensión tradicional de la metafísica y propone un análisis alternativo de la realidad.
Su crítica al fisicalismo y al nihilismo moral plantea la necesidad de nuevos enfoques acerca de lo que es lo real y también reivindica la necesidad de reafirmar valores éticos universales, a la altura de las exigencias morales propias del mundo actual. Es necesario un universalismo ético en la era digital. Esto supone la realización de una convivencia más humana, basada en una racionalidad, que sigue el camino indicado por el pensamiento ilustrado de Kant y otros filósofos. No todo se puede reducir a física y a neurociencia, aunque son disciplinas o conocimientos fundamentales para el progreso humano y para la sociedad. Desde el neurocentrismo se afirma la absurda idea de que se podrían ver los actos del pensamiento, según escribe Markus Gabriel, ya que hasta el momento no son observables. Aunque también es preciso indicar que ya se puede, con pruebas y experimentos pioneros muy recientes, ver imágenes de lo que pensamos, pero no los propios pensamientos abstractos en sí mismos.
Gabriel construye una metaontología y también una metametafísica que proviene de Kant y no pretende una totalización del mundo, algo que para este filósofo es irrealizable como noción, si se piensa en los misterios de la realidad existente y en lo inabarcable de la misma.
Las grandes preguntas sobre la naturaleza última, la esencia, la estructura y las categorías de lo real para Gabriel carecen del contenido conceptual pretendido. En este orden de cosas, considero que la filosofía es un lenguaje enfocado hacia la comprensión de la realidad y las redes interpretativas de la filosofía pueden desplegarse de infinitas formas, desde desarrollos conceptuales muy diversos y la escolástica y la metafísica clásica forman parte también de la evolución de la filosofía.
Markus Gabriel ha sido muy crítico, con las medidas europeas contra la COVID-19 al considerarlas injustificadas y excesivas, ya que conducen hacia la ciberdictadura. En efecto, las libertades individuales son sagradas.
Ciertamente, los peligros por el uso de las aplicaciones de salud, por determinados países asiáticos conocidos por todos son, como señala Gabriel, otra forma de aumentar el control de las personas, de unas formas inadmisibles y esto es algo que no se debe universalizar. La privacidad es un derecho de todos los ciudadanos, no es algo a restringir por los gobiernos de algunos países.
En la Unión Europea se están tomando medidas serias sobre estas cuestiones relativas a los derechos individuales, pero en otras partes del planeta, aumenta el control cibernético, por parte de los gobiernos. La realidad es más compleja y matizada de lo que parece, algo remarcado por Markus Gabriel.
Desarrolla un pensamiento crítico y emancipador ya que dice: “la función de la filosofía es aclarar y desmenuzar los presupuestos y los prejuicios de la sociedad”. Evidentemente, así lo reiteran numerosos pensadores actuales y a lo largo de la historia del pensamiento. Hace unos tres años ha declarado Gabriel que “el trato que recibe la Filosofía en España es un crimen contra la humanidad”. Debería está con más horas en la enseñanza media de los centros educativos españoles. Es una materia instrumental y también básica para aprender a razonar, argumentar, entender y desarrollar la competencia oral y escrita.
Es indudable que estamos viviendo una crisis global de enormes proporciones, que afecta a todas las dimensiones de la vida humana, algo en lo que insiste Gabriel. Esto indica también que las situaciones vitales son extremadamente filosóficas actualmente, por la crisis de valores de todo tipo que se percibe en la sociedad. Por eso escribe que “es más necesaria que nunca la filosofía”, si pensamos también en la búsqueda de la identidad.
La vida buena y lograda que desea Gabriel para todos no es una utopía, es algo realizable, pero depende de las intenciones de las personas y de sus criterios éticos. Por eso afirma que “lo importante, aunque sea algo universal, se concretiza en cada vida de manera independiente”. Por tanto, la moral universal o la ética básica, que es deseable para todas las personas, es algo absolutamente imprescindible, si queremos superar las discriminaciones, exclusiones, injusticias, guerras, racismo, gerontofobia y pobreza existentes en distintas partes de nuestro planeta.
Los gobiernos de los países deberían comprometerse a defender estos valores universales que benefician a todos. Parece cada vez más necesario un Estado mundial, que aplique de verdad los valores éticos universales.
|