La selección española masculina de baloncesto ha vuelto a resolver con mucha contundencia un partido a vida o muerte, en este caso frente a Argentina (92-73), y ha confirmado su clasificación para cuartos de final de los Juegos Olímpicos donde se medirá con Francia, su enemigo más clásico, ese con el que ha topado en todos los grandes campeonatos disputados desde 2009.
Un torneo más, y van unos cuantos en la última década, España ha superado un inicio dubitativo para alcanzar los cuartos de final en su mejor momento de forma. Las derrotas ante Croacia y Brasil no erosionaron la confianza de un experimentado grupo que, tras sobrevivir ante Nigeria, ha encadenado victorias muy sólidas ante Lituania y Argentina.
Lo que no ha impedido esta reacción fulgurante es el posible cruce con Estados Unidos en semifinales, haciendo imposible la repetición de las dos últimas finales olímpicas, aunque cualquier cábala de medallas pasa por superar otro duro examen ante Francia. Se repetirá el duelo de cuartos de Londres 2012, recordado por el puñetazo de Nico Batum a Juan Carlos Navarro cuando la victoria ya era española.
En este duelo de 'octavos', ya que la derrota le condenaba a la eliminación tras la victoria previa de Brasil sobre Nigeria, España se apoyó en un brillante Rudy Fernández (23 puntos), que completó su mejor partido de los Juegos y se erigió en el complemento perfecto para Pau Gasol, de nuevo imperial con su habitual 'doble-doble' (19 puntos, 13 rebotes).
En el bando argentino, Manu Ginobili (16), que anotó tres triples en los cinco primeros minutos y cimentó el gran parcial de salida de los argentinos (0-8), tiró del carro a sus 39 años, en el día que Luis Scola, lastrado por las faltas, y un descentrado Andrés Nocioni apenas anotaron 13 puntos entre ambos. El base del Estudiantes Nico Laprovittola fue máximo anotador de su equipo (21), pero casi todo lo que metió fue cuando su equipo estaba casi sentenciado.
A España le costó unos minutos meterse en el partido, pero cuando lo hizo irrumpió como elefante en cacharrería, con un parcial de 22-3 en el primer cuarto liderado por Rudy y Nikola Mirotic. Igual que en la paliza ante Lituania, la consigna era clara: correr y castigar al veterano equipo argentino, que no podía reaccionar pese al empuje de su ruidosa hinchada.
Con los albicelestes obsesionados por lanzar triples, a España le bastó con cerrar el rebote (24-12 al descanso) para que la diferencia siguiera creciendo sin remedio (41-25, min.16). Se sumó a la fiesta Pau Gasol con un '2+1' y el premio añadido de la tercera personal para Scola, que pagó su frustración pateando botellas en el banquillo.
APLOMO PARA SOFOCAR LA INTENTONA ARGENTINA
Tras el paso por vestuarios, el pívot de San Antonio Spurs empalmó otros cinco puntos y el partido parecía sentenciado para los pupilos de Sergio Scariolo (62-40, min.25), pero se enturbió con el excesivo protagonismo de los árbitros, que se enzarzaron a pitar faltas técnicas, dos de ellas a Juan Carlos Navarro, quien se retiró expulsado con una sonrisa de incredulidad el día que se convertía en el jugador español con más partidos olímpicos (31).
Experta en moverse bien bajo aguas turbulentas, Argentina se apuntó un parcial de 1-10 y devolvió la emoción al encuentro (63-50) con la ayuda de suplentes como el exjugador de la liga española Leo Mainoldi, que encadenó dos triples. A falta de seis minutos, la vigente subcampeona olímpica aún no respiraba con plena tranquilidad (75-64).
Pero España volvió a demostrar temple, ese que tanto se echó de menos al principio del torneo, y Gasol y Rudy volvieron a salir al rescate para 'matar' definitivamente a los argentinos (84-66, min.36), ganándose un poco de descanso y permitiendo que jugarán también los menos habituales, José Manuel Calderón y Álex Abrines.
Porque a partir de ahora será capital el aporte de toda la plantilla. Llega la pelea por las medallas en el mejor momento posible para España, después de desarbolar a dos candidatas a medalla y con ganas de enfrentarse a una tercera, esa selección francesa que llegará muy enrabietada tras la semifinal del último Eurobasket, aquel partido en el que Gasol puso Europa a sus pies con 40 puntos y 11 rebotes.
El Betis Baloncesto se ha desquitado esta mañana de su derrota postrera del martes en Santiago con un rotundo triunfo sobre el UEMC Real Valladolid que, casi sin comparecer, nada pudo hacer ante el aluvión verdiblanco. Novena victoria de la temporada, que le permite consolidarse en el segundo vagón de élite de Primera FEB antes de su complicada visita del viernes a Orense. Pero el resultado quedó empañado por la más que probable grave lesión de Cvetkovic
Le costó más de lo esperado al Betis Baloncesto deshacerse del Alimerka Oviedo, que dio guerra hasta el tramo final del encuentro. Los de García de Vitoria, que siguen mermados por las bajas, debieron esperar al último cuarto para dar buena cuenta de un rival que, sobre todo desde el triple, supo buscarle las vueltas durante gran parte del partido.
Partido de altos vuelos el que se ha vivido esta mañana en el pabellón San Pablo, donde el Betis Basket ha infligido la primera derrota de la temporada al líder de Primera FEB, el Silbö San Pablo Burgos, quedando así a tan solo un triunfo de distancia de los burgaleses en la clasificación. San Pablo, no obstante, a punto ha estado de levantar un -14 en el último cuarto.