El director, productor y guionista cántabro Álvaro Longoria ha sido distinguido con el Premio Rayo Verde, galardón creado por la Academia de Cine y Greenpeace para reconocer a profesionales del cine español por su compromiso con los valores medioambientales y sociales. En su tercera edición, este premio ha recaído en este cineasta que actúa por el medioambiente desde todos los ámbitos de su oficio.
Álvaro Longoria es “un impulso claro e indiscutible para lograr un mundo mejor y más sostenible a través del cine. Además de personificar una invitación clara para hacer red y conseguir que otras personas se sumen al reto de la sostenibilidad, es un ejemplo para el conjunto de nuestra industria cinematográfica”, ha destacado el jurado, formado por Elena Anaya, actriz que recogió este mismo galardón el año pasado y ha colaborado en campañas para la preservación de los océanos; Josep Amorós y Sylvie Imbert, miembros de la Junta Directiva de la Academia y de la Comisión que aborda en la institución temas de sostenibilidad; y, por parte de Greenpeace, Paz Vaello, responsable de Comunicación, y Ricardo Magan, director de Estrategia.
Álvaro Longoria comenzó a colaborar con Greenpeace apoyando sus campañas a través de los documentales Esperanza (2016) y Santuario (2019), de los que es director y productor. El primero obtuvo una nominación al Goya al Mejor Cortometraje Documental y está basado en uno de los viajes del barco de Greenpeace dentro de la campaña “Salvar el Ártico”, junto a Alberto Ammann y Carlos Bardem; mientras que en la película documental, Santuario, se embarcó en el 'Arctic Sunrise' de Greenpeace, junto a Javier y Carlos Bardem, dando visibilidad a la campaña para crear un santuario marino en una de últimas zonas vírgenes del planeta.
Longoria declara que “le debe su activismo al cine, una herramienta muy poderosa para trasmitir mensajes y llegar a millones de personas”, algo que, desde que fundó la productora Morena Films, demostró en sus primeras producciones; Portman (2001), dirigida por Miguel Martí, documental que refleja el desastre de la bahía Portman en Murcia, que tuvo que soportar el vertido de casi 60 millones de toneladas de residuos mineros tóxicos, y Los reyes del reciclaje (2000), dirigida por Álvaro Pardo, que muestra cómo en Cuba todo se puede arreglar o usar para otra cosa bajo las cuatro ‘erres’: reducir, reutilizar, reciclar y reparar.
Longoria es un nombre clave del cine sostenible, siendo impulsor del Premio Lurra que concede Greenpeace a la obra que mejor refleje los valores de la defensa del medio ambiente en el Festival de San Sebastián. Además, fue uno de los impulsores para la creación del Premio Espiga Verde de la Seminci. Durante su presidencia en el Club de Productores Europeos, creó la “Carta Verde”, para promover los rodajes sostenibles a nivel europeo. Recientemente, Longoria es uno de los responsables de la creación del Bosque del Cine –un proyecto de reforestación en Cantabria, para la compensación de la huella de carbono de la industria audiovisual que cuenta con el apoyo de la Academia de Cine y del Gobierno de Cantabria–.
“Estoy muy emocionado porque este reconocimiento representa unos valores en los que creo y a los que le he dedicado muchos años de mi vida. Siempre lucho porque mis trabajos sean consecuentes con estos valores, lo que me ha llevado a dirigir y producir documentales y películas de temática medioambiental y social”.
“Estamos viviendo un cambio climático evidente y aún hay mucha gente que se resiste a creerlo. Hay personas que llevan muchos años luchando por conseguir un mundo mejor y creo que es el momento de reivindicar esa labor y que se les reconozca su lucha por el medio ambiente”, apostilla este profesional, que el próximo 18 de junio, en la sede de la institución, recogerá el Rayo Verde 2024.
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