Río de Janeiro cerró este domingo de forma definitiva uno de los mayores retos de su historia con la Ceremonia de Clausura de los Juegos Paralímpicos, que puso fin a siete años de duro trabajo de la ciudad brasileña para superar dudas y obstáculos de cara a organizar el mayor evento deportivo del mundo.
El 2 de octubre de 2009 en Copenhague, Río cercenó el sueño de Madrid y se convirtió en la anfitriona de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, por primera vez en Sudamérica, iniciando un camino que se fue empinando según se acercaba el 5 de agosto de 2016, pero finalmente solventado y despedido a golpe de música y ritmo en el estadio de Maracaná tras más de un mes de frenética actividad deportiva con los mejores deportistas olímpicos y paralímpicos.
Sin embargo, al igual que en la Ceremonia de Inauguración, la lluvia hizo acto de aparición con fuerza en su tramo final provocando la marcha de un gran número de los atletas, estropeando un tanto el final de fiesta. Lo que no arruinó el agua fue la salida de los abanderados y la nadadora canaria Michelle Alonso pudo pasear orgullosa y sonriente la bandera española.
La Clausura fue casi un macroconcierto por el que pasaron artistas como Ivete Sangalo, Armandinho, Andreas Kisser, guitarrista de la banda Sepultura, Vanessa da Mata, Céu, o Johnatha Bastos, que toca la guitarra con los pies. Río 2016 optó por un final de fiesta festivo, parecido al que hizo Londres hace cuatro años con la actuación estelar de Coldplay y aparición de Rihanna. Sólo hubo un momento de silencio para recordar al ciclista iraní Bahman Golbarnezhad, fallecido el sábado tras una caída en la prueba de ruta de la clase C4-5.
También hubo espacio momentos para homenajear a atletas como el sirio Ibrahim Al Hussein, uno de los dos que ha competido bajo a la bandera paralímpica, y la atleta Tatyana McFadden, que recibieron el premio honorífico Whang Youn Dai en reconocimiento a su espíritu paralímpico, y a los elegidos en el Consejo de Atletas, entre los que no pudo estar el español David Casinos.
Antes, Eduardo Paes, alcalde de Río, procedió al habitual traspaso de la bandera paralímpica a Yuriko Koike, gobernadora de Tokio, ciudad que 56 años después de organizar los primeros Juegos Paralímpicos 'oficiales' volverá a hacerlo en una cita, que como mostró, pretende ser vanguardista al estilo de la capital japonesa con algunos de sus artistas discapacitados como el modelo Gimico, el bailarín Koichi Omae o el músico Akira Hiyama.
EL IPC CONCEDE A RÍO LA ORDEN PARALÍMPICA
El presidente del Comité Paralímpico Internacional, Phil Craven, dio las gracias principalmente a los aficioandos por "crear un carnaval familiar cada día" de competición. "El mejor recuerdo que me llevaré de una ciudad famosa por sus paisajes son sus ciudadanos. En unos Juegos donde hay muchos oros, voy a dar uno más, se ha decidido unánimemente dar la Orden Paralímpica por vuestro maravilloso apoyo a los Juegos", confirmó.
El británico recalcó que los deportistas mostraron sus "sensacionales habilidades, una positiva actitud y que no hay límites". "Desafiasteis a las expectativas, sois héroes y modelos de una nueva generación", subrayó, dando las "gracias" a cada miembro del comité de Río 2016 por "organizar estos excelentes y únicos Juegos".
Por su parte, Carlos Arthur Nuzman, presidente del comité organizador, felicitó a sus compatriotas por hacer unos Juegos "espectaculares". "La Brasil que amamos tanto mostró lo que pudo hacer, lo imposible sucedió. Cerramos un ciclo mágico donde el pueblo brasileño mostró responsabilidad, coraje y mucha determinación porque los brasileños nunca desisten", remarcó.
"Nos mostramos creativos e inspiramos a todos con la pasión de nuestros fans, los mejores del planeta. Dimos la bienvenida al mundo con calor humano, alegría y respeto. Atletas, os habéis ganado la admiración humana, cuando os veo mi alma canta. Felicidades Río, Felicidades Brasil, buena suerte Tokio", sentenció.
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