Cuando, en su famoso cara a cara televisado, Pedro Sánchez acusó a Mariano Rajoy de 'indecente', dio su primera muestra pública de falta de nobleza. El candidato Sanchez tendría muchas razones políticas para descalificar a su rival, pero recurrir a una directa acusación moral siendo que Rajoy ni siquiera personalmente ha sido imputado, era pasarse demasiado.
Ahora Felipe González ha declartado que "me siento engañado; Sánchez me dijo que se iba a abstener en la segunda votación". Con lo cual se habria desbloqueado el nombramiento de Gobierno, que resulta tan perjudicial para la marcha del país. Sánchez no lo ha desmentido, y ha echado la culpa al partido. Todos recordamos su reiterado "no es no", de chulo de barrio. Falta de palabra y de categoría.
Cuando Jordi Pujol confesó publicamente su grave y persistente irregularidad con Hacienda, que explicó con una historieta poco creible, su sucesor y delfín Artur Mas, se apresuró a ensañarse contra su "padre político", quitándole honores y sueldo, seguramente para distanciarse de quien se lo debia todo, y salvar asi su carrera política. Qué falta de reconocimiento y que exceso de egoismo.
Cuando los presidentes Mas y Puigdemont, los representantes ordinarios del Estado en Catalunya, para lo cual deben acatar y hacer acatar, según prometieron, las leyes democráticamente aprobadas, se revelan contra el Estado y desafian sus normas básicas, en virtud de las cuales ostentan su cargos en la Generaliat, evidéncian una falta descomunal de lealtad, a cuya romeria, además, convocan e intentan sumar a todos los ciudadanos, para lo cual utilizan todos los medios que, contrariamente, son para gobernar. ¿A como se llama eso, si no es prevaricar?
La falta de nobleza es uno de los peores males de muchos políticos actuales. De la derecha y de la izquierda, de la vieja y de la llamada nueva política (los sin corbata y pantalones rajados).
Nobleza, como es sabido, quiere decir honradez, honestidad, sinceridad, desinterés, altruismo, lealtad, generosidad... ! Dios, qué políticos, qué servidores del bien público nos hemos dado! Líbranos de todo mal; amén.
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