Puede que los lepóridos sean los animales más asustadizos de todos. España ha sido siempre abundante en conejos, tanto que su nombre significa tierra de conejos, pues en Griego, la palabra 'Sphan' tiene este significado, de forma tal que, cuando los fenicios arribaron a nuestra tierra, lo primero que observaron fue la gran cantidad de estos animales pululando por todos lados, y emplearon la palabra 'Spania' para denominarla.
Esta palabra pasó al latín como Hispania que ha derivado al actual nombre con el que se conoce. Un poco de historia nunca viene mal. Dejemos a un lado las hipótesis míticas que dicen que fue poblado por descendientes de Noé, y tomemos lo que dice el obispo Isidoro de Sevilla que recogió una tradición de Flavio Josefo en la que Túbal epónimo de los tubelos, fue el antecesor de los que ahora se llaman iberos, por ello primeramente fue conocida como, nombre que también se le daría al río Ebro.
Bienvenido Mascaray, experto en lingüística dice de lengua ibérica que esta cuenta con la forma ebro, que significa “gran cantidad”. “Referida a un río, el sentido completo es “gran cantidad de agua” No podemos desechar la hipótesis que su étimo pueda ser la palabra mencionada, pero también estuvo poblada por celtas, en cuya lengua existe el término *ver = corriente de agua, de ahí el nombre *iber por el río Ebro, que da Iberia.
Existen otras teorías como hipótesis probables de su nombre que no expondremos para no cansar. Lo cierto es que ha prevalecido, sobre el de Iberia, el nombre de España, o sea, tierra de conejos. Aunque su nombre signifique tierra de conejos todos sus habitantes, hombres y mujeres, no lo son, bastantes pruebas de ello han dado unos y otras a lo largo de la Historia. El historiador romano Gneo Pompeyo Trogo dice de ellos:
“El cuerpo de sus hombres está preparado para el hambre y la fatiga y su espíritu para la muerte. Todos son de una dura y rigurosa sobriedad. Prefieren la guerra a la inactividad y, si les falta un enemigo fuera, lo buscan en su propia tierra”.
Trogo no conocía a Pedro Sánchez que ha dado una gran muestra de cobardía conejil en su viaje a Paiporta para ver los resultados del cataclismo producido por el embate del agua caída por la gota fría que asoló a aquellas tierras.
La prensa extranjera resalta la entereza y capacidad para afrontar los insultos, improperios y barro que les arrojaban los indignados y encolerizados habitantes de la localidad al rey, a la reina, a Pedro, y al presidente de la Comunidad Mazón que los acompañaba, y cómo Pedro huyó, como un lepórido asustado, dejando en la estacada al rey, a la reina y a Mazón.
El espectáculo fue bochornoso. Pedro se camuflaba entre el rey y la reina en una visita a la localidad, en la comitiva también iba el presidente de la Generalidad Mazón, cuando los habitantes de Paiporta en su indignación y rabia, comenzaron a insultarlos arrojándoles pegotes de barro, los reyes estoicamente permanecieron incólumes ante las agresiones, mientras que Pedro Sánchez, como un conejo asustado, puso pies en polvorosa.
Muchas personas célebres e ilustres han manifestado su admiración por el coraje y la bravura de los españoles. Citaré a algunos:
Margaret Thatcher llegó a decir ante la guerra de las Malvinas: “Y ahora veremos si los argentinos son descendientes de españoles o de italianos. Si son descendientes de italianos la guerra acabará pronto, si de españoles la batalla será ardua, larga y dura”.
Frase que molestó mucho a los italianos y a su presidente, Sandro Pertini, por lo que Margaret, tuvo que disculparse.
Lo cierto es que la frase se dijo por una persona que sabe del coraje y bravura de los hispanos, si hubiese conocido a Pedro Sánchez, hubiera apostillado, menos este y lo hubiese señalado. Resumimos, gobierna un país de bravos, como la piel de toro que este tiene, un conejo asustadizo y temeroso que no le importa hacer el ridículo y quedar como un lepórido ante sus conciudadanos.
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