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Me he tomado la molestia (y se la regalo a todos los votantes y nucleares sanchistas), de analizar las múltiples referencias que hombres célebres, científicos, pensadores, empresarios, filósofos, gestores, escritores, políticos, periodistas, etc. han elaborado para describir la ineficacia, la dejadez, las carencias mentales, la desinformación y la incultura que muestran muchos políticos, dirigentes y otros personajillos en puestos relevantes de la sociedad.
«Hay Estado porque el Rey no se fue de Paiporta», decía el diario ABC. No quiero imaginar qué hubieran pensado en el extranjero si toda la comitiva que acudió a Paiporta hubiera salido corriendo y demostrado la misma cobardía que Pedro Sánchez. Seguramente, hoy sería otra la situación, salvo el encastillamiento del presidente, que seguiría abrasándose en su sillón con tal de no salir de Moncloa.
Los que se van, ya volverán, decía la canción. A Pedro Sánchez le faltó tiempo para marcharse. Salió escopetado cual cobarde que pierde el trasero, pero los Reyes se quedaron y hasta Mazón aguantó detrás del Rey. La ejemplaridad de Felipe VI y la Reina Letizia no necesita ser destacada porque todos lo vimos.
«¡Qué manera más burda de acosar al juez Peinado que instruye los casos de presunta corrupción, tráfico de influencias y apropiación indebida de Begoña Gómez!» Una sectaria periodista ultra del digital singular, hoja parroquial vendida al poder y siempre mirando a Cuenca, con grandes prebendas para hacer daño a la oposición, no deja de ser cómica y una mofa global.
Para cualquier persona intelectual el concepto justicia es entendible, es una idea que todos llevamos en nuestro interior, como un principio, como un derecho básico, necesario para una convivencia equilibrada y respetuosa con los intereses individuales, sociales e ideológicos.
El 16 de noviembre de 2014, en el programa 'Salvados', José Luis Rodríguez Zapatero le dijo a Jordi Évole: “Cualquiera puede ser presidente del Gobierno”. Y, de hecho, los españoles hemos comprobado la evidencia de esta afirmación en los momentos más críticos. Hemos sido testigos de la gestión que Sánchez hizo del COVID-19, la borrasca Filomena, la erupción del volcán de La Palma, y ahora, el drama que están sufriendo miles de afectados por la gota fría.
Información obtenida desde la margen derecha del río: -Sánchez provocó la riada. -Sánchez deja morir de hambre a la gente y no declara el estado de emergencia ni toma el mando. Y si lo toma sería peor. -El palo que le tiran a Sánchez estaba editado con Photoshop. El que dicen que lo tiró era un señor cabreado con razón y sus vecinos dicen que era un tipo muy amable que siempre saludaba en el ascensor.
El presidente del Gobierno, ya no engaña a nadie; su maldad contratada, sus constantes e inequívocas mentiras y su inmoralidad a la hora de gobernar han causado unas huellas tan profundas, que no se borrarán jamás de nuestra memoria.
Con el desastre de numerosas poblaciones valencianas casi nos hemos olvidado de la presunta corrupta, traficante de influencias y apropiación indebida, Begoña Gómez, incluso hasta del podemita agresor sexual, luego transformado en Sumatorio, Íñigo Errejón. Está tan envenenado el país por la corrupción y las ya conocidas corruptelas que pisamos en un lodazal como el originado por la DANA.
Puede que los lepóridos sean los animales más asustadizos de todos. España ha sido siempre abundante en conejos, tanto que su nombre significa tierra de conejos, pues en Griego, la palabra 'Sphan' tiene este significado, de forma tal que, cuando los fenicios arribaron a nuestra tierra, lo primero que observaron fue la gran cantidad de estos animales pululando por todos lados, y emplearon la palabra 'Spania' para denominarla.
Lo ocurrido la semana pasada en Valencia ha sido la gota que ha colmado mi vaso de indignación, la falta de escrúpulos, de empatía, de solidaridad, ayuda y todo lo que se le supone que un presidente de gobierno debe hacer en casos de catástrofes como la ocurrida, es de tal gravedad que no sé cómo no le apalearon cuando se presentó en Paiporta. Personalmente no me gusta la violencia, pero era comprensible que lo pudieran haber hecho.
Cobarde, pero caprichoso y aprovechado sin perdón. Apenas han pasado 48 horas desde el escarmiento que le dio el pueblo de Paiporta y ya está enredando como si nada hubiera sucedido. Este individuo que preside el desgobierno español de extrema izquierda parece que no escarmienta. Su discurso indecoroso es rayano al del trilero más rancio; pretende cambiar ayudas a la DANA por Presupuestos Generales del Estado, como si esos fueran imprescindibles en este momento.
“No vengo a insultar a Pedro Sánchez, vengo a ganarle”. La frase de Alberto Núñez Feijóo a principios de marzo de 2022, cuando los barones del PP se cargaron a Pablo Casado, es tal vez la mayor mentira en la política española desde el 11M. La campaña por derribar, al precio que sea y de las maneras que fueran, al presidente del Gobierno no tiene precedentes en la política española.
Para Pedro Sánchez, las víctimas de Paiporta y los voluntarios que se volcaron con el desastre de la localidad «son unos violentos marginales». No se imagina el presidente cómo llamamos a los psicópatas que han mostrado dejadez ante esta tragedia, además de pretender sacar rédito político al sufrimiento de los habitantes de la mencionada localidad.
Para lo que le quede de vida al traidor, embustero y dictador Pedro Sánchez, se le recordará como el más gallináceo espécimen que haya desempeñado (es un decir) un cargo político en nuestra querida España. Al cúmulo de decisiones perjudiciales que ha venido tomando desde que cambió el colchón de la Moncloa, este siniestro personaje, se retrató perfectamente el pasado 3 de noviembre de 2024, en su viaje a la Comunidad Valenciana.
La visita de los Reyes de España a las zonas afectadas por la tragedia en Valencia ha sido percibida por muchos como un reflejo de las deficiencias y desafíos en la gestión de crisis en el país. Lo que debería haber sido un acto de solidaridad se vio empañado por problemas de organización y logística que resaltan las carencias en la respuesta ante emergencias, además de un creciente descontento social.
No nos ha sorprendido la huida del presidente Sánchez en Paiporta (zona cero de la DANA en la provincia de Valencia) y eso que solo era una multitud ansiosa por hablar con los responsables de la dejadez que han sentido durante tres días, algún día más en otros puntos. Ha corrido con el rostro blanco como los “walkingdead”; en su vida se había visto en otra igual.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha reunido, en Madrid, con el Comité Estatal de Coordinación y Dirección del Sistema Nacional de Protección Civil (CEDOD), en la sede de la Dirección General de Protección Civil y Emergencias, donde ha sido informado de la labor que está realizando este organismo coordinando la actuación de las distintas Administraciones Públicas y de otros organismos implicados en la gestión de la DANA que azota nuestro país.
La Dana, que desgraciadamente está asolando parte de nuestra querida España en estos días, ha dejado al descubierto, sin ningún género de dudas, que en nuestra patria hay tres grupos humanos: el mayoritario que lo forman muchísimas personas generosas y solidarias y, al mismo tiempo, dos grupos minoritarios, que son todo lo contrario: el de los delincuentes habituales y el de la casta progresista.
Al PSOE le ha salido bien la cortina de humo para que no se hable de la presunta corrupta a la que Sánchez se ha llevado a la India. Siempre actúa igual cuando las cosas se ponen feas; no quiere que le salpique más fango de lo que ya tiene encima. Ni siquiera quiere saber nada del agresor sexual, Íñigo Errejón: lo deja todo para quienes sí sabían de su vicio exagerado y degenerado.
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