Pedro Sánchez está en tal situación, tan cercado y acorralado por los crímenes que han cometido personas muy allegadas a él como no se ha visto una situación igual a la que se encuentra.
Si no fuese por lo suelta que tiene la lengua, el desparpajo con el que habla y las mentiras que pretende que demos por verdades, sería para tenerle lástima, pero no, no la merece porque ya no se sabe cuándo dice la verdad. Todo lo que sale de su boca es pura falacia.
Son muchos los casos en los que personas de su confianza y de su familia están siendo investigados porque hay indicios de que han cometido delitos por los que se les exigirán cuentas.
Veamos algunos de los que ahora están en la palestra, que no quiere decir que sean los únicos porque en cualquier momento puede surgir otro que esté agazapado y salga a la luz.
Enumeremos:
- Begoña Gómez, “ínclita” esposa del no menos ilustre plagiador de tesis doctorales que nos gobierna.
Está imputada por delitos de corrupción en los negocios y de tráfico de influencias. Está siendo investigada por dos cuestiones separadas: su relación con Globalia, la empresa propietaria de Air Europa, entidad rescatada, durante la pandemia, con 475 millones de euros. Como hay la sospecha de que ese dinero corresponda a fondos de la UE recibidos por España, la ha reclamado la Fiscalía europea.
Las relaciones de esta mujer con el empresario Carlos Barrabés, avalado por cartas de recomendación de Begoña para concursos subasta, por los que, en virtud de esas cartas recomendatorias, le fueron adjudicados tres contratos por un monto total de 10.607.203,33 euros.
Añadámosle que la Audiencia Provincial de Madrid, ha autorizado al juez Juan Carlos Peinado, titular del Juzgado nº 41 para que investigue si esta señora se ha apropiado indebidamente del software que la Universidad Complutense para su cátedra de Transformación Social Competitiva dirigida por ella (¿?).
Otro que tal baila es José Luis Ábalos, representante principal del conocido como caso Koldo para el que el juez de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno, ha solicitado al Tribunal supremo que inicie la investigación por su, al parecer, papel principal, ya que existen indicios fundados y serios, sobre haberse lucrado con el asunto de las mascarillas durante el periodo de la pandemia de virus, con la creación de una empresa pantalla, bien entretejida por el empresario Víctor de Aldama, exdirigente socialista, con claros indicios de pertenecer a una organización criminal, adobada con tráfico de influencias y cohecho.
Sigue a los ya mencionados un asunto que, por gentuza como esta, España sigue siendo el país de charanga y pandereta, despreciada por el resto de las naciones.
Nada más y nada menos que todo un Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz, parece que no hay claras sospechas de ello, sino la total certeza, él mismo lo ha confesado, se ha prestado a ser el correveidile o recadero, por medio de correos electrónicos, de una nota informativa sobre el supuesto fraude fiscal del novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid.
Se dio el caso de que la Fiscalía de Madrid difundió un nota informativa en la que compartía pormenores sobre el intercambio de correos electrónicos, entre el abogado del novio de Ayuso, Gonzáles Amador, y el fiscal Julián Salto, sobre un supuesto fraude fiscal de aquel. Bien, Álvaro García Ortiz, repito, Fiscal General del Estado Español, no lo ha negado.
No lo ha refutado, ha asumido la responsabilidad de la publicación de esa nota, pero su vergüenza torera está a ras del asfalto ya que, aun reconocido el hecho, no dimite, cono sería lógico en una persona con siquiera un adarme de dignidad.
Es el primer caso de revelación de secreto profesional que, creemos que se da en, Europa, país de Charanga y Pandereta por culpa de fulanos como este.
Tip y Coll, en sus parodias terminaban con la frase que se hizo famosa en España: “Otro día hablaremos el Gobierno”.
Yo digo: otro día hablaré de: David Sánchez, el hermanísimo, Koldo García, y, ¡cómo no! del enjundioso asunto de Tito Berni.
Primero hay que digerir estos.
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