El maltrato psicológico es una forma de violencia que afecta la estabilidad emocional y la autoestima de la víctima.
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La estabilidad emocional: clave para el bienestar mental
La estabilidad emocional es la capacidad de gestionar nuestras emociones de manera equilibrada, sin dejarnos llevar por impulsos extremos ni reprimir nuestros sentimientos. No significa no sentir tristeza, enojo o frustración, sino aprender a regularlos y afrontarlos de manera saludable.
Cuando una persona tiene estabilidad emocional, es más resiliente ante los desafíos de la vida, mantiene relaciones más sanas y toma decisiones con mayor claridad. Por otro lado, la falta de estabilidad emocional puede generar estrés, ansiedad, conflictos interpersonales y dificultades en la vida cotidiana.
Una persona emocionalmente estable es capaz de actualizar en su vida la regulación emocional. Las personas emocionalmente estables no reprimen ni se dejan arrastrar por sus emociones. En lugar de reaccionar impulsivamente, buscan formas de procesarlas y expresarlas de manera adecuada.
Tienen resiliencia ante la adversidad. La estabilidad emocional permite afrontar los problemas con una mentalidad más positiva y adaptable. En lugar de rendirse o derrumbarse ante las dificultades, una persona estable busca soluciones y aprende de la experiencia. La persona tiene autoconocimiento y conciencia emocional, las personas estables emocionalmente reconocen sus sentimientos y entienden por qué los experimentan. Esto les permite manejar mejor sus reacciones y comunicarse de manera efectiva con los demás.
Es capaz de hacer un efectivo control de impulsos. No reaccionan de manera exagerada ante situaciones de estrés o frustración. En lugar de actuar por impulso, se toma tiempo para reflexionar y actuar con calma. Esto es posible si se tiene una autoestima saludable, si tiene confianza en sí mismas y no depende de la aprobación externa para sentirse bien. La persona en este caso sabe reconocer sus logros y aceptar sus errores sin caer en la autocrítica destructiva.
Tiene relaciones interpersonales sanas. La estabilidad emocional facilita la empatía, la comunicación asertiva y el respeto en las relaciones. Es necesario saber poner límites sin ser agresivos ni sumisos. Es muy importante tener tolerancia a la frustración, por lo que es necesario entender que no siempre las cosas salen como se espera y no se trata de derrumbarse ante los fracasos. En lugar de desanimarse, las personas que han aprendido la tolerancia ante la frustración, buscan aprender de la experiencia y seguir adelante.
Cómo mejorar la estabilidad emocional
Si bien algunas personas tienen mayor facilidad para gestionar sus emociones, la estabilidad emocional es una habilidad que se puede desarrollar con la práctica y paciencia. Es imprescindible practicar la inteligencia emocional, identificar nuestras emociones y aprender a gestionarlas nos ayuda a reaccionar de manera más equilibrada en diferentes situaciones. Hay que desarrollar el autocontrol, antes de reaccionar ante una situación difícil, es útil hacer una pausa, respirar y evaluar cual es la mejor manera de responder. Es preciso cuidar la salud mental y física, para ello el ejercicio, una alimentación equilibrada y descanso adecuado influyen en nuestro estado emocional de forma positiva. También es importante buscar ayuda profesional cuando sea necesario y evitar pensamientos negativos recurrentes, cuestionar los pensamientos irracionales y centrarse en soluciones en lugar de en problemas ayuda a mantener una mentalidad más estable.
Practicar la gratitud y el optimismo es saber apreciar lo positivo de cada día y mantener una actitud optimista puede fortalecer nuestra estabilidad emocional. Fundamental saber rodearse de personas que aporten bienestar, pues las relaciones tóxicas pueden desestabilizarnos. Es importante rodearnos de personas que nos apoyen y respeten, no de personas que aporten negatividad. Para ello, algo muy importante es aprender a soltar el control porque no todo está en nuestras manos. Hay que aceptar que algunas cosas escapan de nuestro control, esto nos ayuda a reducir la ansiedad y el estrés.
La estabilidad emocional es fundamental para una vida plena y satisfactoria. Nos permite afrontar los desafíos con resiliencia, mantener relaciones saludables y tomar mejores decisiones. Aunque no siempre es fácil, con práctica y consciencia podemos mejorar nuestra capacidad de gestionar las emociones y vivir con mayor bienestar.
Sobre todo, no es fácil cuando nos encontramos ante situaciones de maltrato psicológico.
El maltrato psicológico
A diferencia del maltrato físico, no deja marcas visibles en el cuerpo, pero puede generar heridas profundas en la mente y el espíritu. Muchas personas no identifican ciertos comportamientos como abuso, ya sea porque los han normalizado o porque han crecido en entornos donde este tipo de actitudes eran comunes. Sin embargo, las consecuencias pueden ser devastadoras y dejar secuelas de por vida.
Entre los principales actos de maltrato psicológico que pueden ser identificados para que la víctima pueda zafarse de ellos están, por ejemplo la normalización del maltrato y sus consecuencias, esto es que algunas personas han sido criadas en entornos donde el maltrato psicológico es parte de la vida cotidiana. En estas circunstancias, pueden repetir estos patrones sin ser conscientes del daño que generan. Expresiones como "así me educaron a mí y no me pasó nada" reflejan esta normalización. Sin embargo, la realidad es que estas conductas pueden causar baja autoestima, ansiedad, depresión y dificultades en las relaciones interpersonales de quienes las padecen.
Las amenazas y limitaciones a la libertad personal son otro tipo de maltrato psicológico. Amenazar a alguien con hacerle daño o con tomar represalias si no actúa de cierta manera es una coerción psicológica que puede llevar a la víctima a vivir con miedo y a restringir sus acciones, afectando su autonomía y libertad. En esta situación prácticamente una persona (quien abusa y maltrata) se adueña de su víctima. Ejemplos de este tipo de actitudes pueden ser las amenazas de abandono, amenazas de revelar secretos personales o de causar daño a seres queridos.
Manipulación emocional comprende miedo, inseguridad y culpa. El manipulador emocional usa tácticas como el chantaje afectivo para controlar a la víctima. Puede hacer que se sienta culpable por cosas que no ha hecho o que sienta que sin él/ella no podrá salir adelante. Frases como "después de todo lo que he hecho por ti, ¿así me pagas?" son ejemplos comunes de manipulación, donde se endiosa el maltratador/a que progresivamente empequeñece más y más a su víctima, a la que pretende manipular, quizás por un miedo implícito en el maltratador / a de perder a su propia víctima. Un maltratador, en realidad, es una persona narcisista e insegura.
La desvalorización y minimización de logros es algo recurrente. Restar importancia a los éxitos y esfuerzos de otra persona es una forma de invalidación emocional. Frases como "eso no es nada especial" o "cualquiera lo haría mejor que tú" o “eso lo hace cualquiera”, minan la confianza en sí mismo de la víctima y pueden hacerle sentir que nunca es suficiente. Pero sepamos que estas actitudes lo que delatan es la admiración que el maltratador siente por su víctima, pero si no es capaz de tener o hacer lo que ella tiene o hace, tampoco quiere que lo tenga ella. No quiere algo igual, quiere eso mismo, al no poder ser, lo que intenta por todos los medios es que la otra persona, su víctima, no lo tenga tampoco.
Otra lacra del maltrato psicológico es el rechazo de necesidades afectivas y personales. Negar la importancia de las emociones y necesidades del otro es una forma de abuso sutil pero muy dañina. Un maltratador puede ridiculizar a la víctima cuando expresa su tristeza o necesidad de apoyo, diciéndole cosas como "deja de exagerar" o "no tienes derecho a sentirte así" o “no te quejes, a todo el mundo le duele algo”, etc... Esto lleva a la persona a reprimir sus emociones y a sentirse incomprendida.
El maltratador, sea del género que sea, tiende a la negación de los sentimientos y percepciones del otro. El maltratador psicológico puede hacer que la víctima dude de sus propios sentimientos y de la realidad. Frases como "eso nunca pasó" o "te lo estás inventando" son ejemplos de gaslighting, una táctica de manipulación que busca desorientar y desestabilizar emocionalmente a la persona afectada.
Cuestionamiento y negación de los hechos, culpabilización injusta es otra “merced” en el repertorio del acosador y maltratador psicológico. Hacer que alguien dude de lo que ha vivido o culparlo de situaciones injustas es una estrategia común del maltrato psicológico. El abusador puede darle o intentar darle la vuelta a la situación para ponerla a su favor, diciendo cosas como "si te grité fue porque tú me provocaste", logrando así que la víctima se sienta responsable de su maltrato y quedando él pretendidamente triunfante siempre.
Algo que les gusta especialmente a los maltratadores psicológicos es la humillación en público. Es como una sublimación de su complejo, de su complejo de inferioridad, de su baja autoestima.No camina al lado, camina delante, para humillar; habla con desprecio, para darse importancia, no todos son capaces de ver sus estratagemas. La humillación pública puede ser devastadora para la autoestima. Ridiculizar a alguien frente a los demás, hacer comentarios hirientes o avergonzarlo intencionalmente son formas de degradación que pueden generar inseguridad y miedo a expresarse o vergüenza incluso.
Siempre presentes los insultos y gritos El / la maltratador / a exige respeto sobremanera, pero se prodiga en humillaciones con insultos y con gritos para reducir a su víctima, a la que realmente considera una amenaza, por su valía, que no se siente capaz de igualar siquiera. Gritar o insultar a alguien de manera recurrente es una forma de agresión verbal que puede generar ansiedad y miedo en la víctima. Denigrar a una persona constantemente puede llegar a anularla, la persona se cohíbe y no es capaz de ser ella misma, por lo menos, en presencia de sus maltratadores. Las palabras ofensivas y el tono agresivo pueden dañar la confianza y hacer que la persona se sienta indefensa. Una persona con muchos valores puede quedar anulada y desprestigiada a los ojos de los demás por medio de estas nefastas actitudes contra ella.
El maltratador abusador psicológico realmente es un ser miserable que usa la descalificación y resaltación de defectos para tratar de enfatizar constantemente los errores o defectos de la víctima, sin reconocer sus cualidades o esfuerzos. Sin darse tampoco cuenta (o sí) de que de lo que acusa puede ser su misma y propia falta, tan despreciable como el/la, acusa para no ser acusado de algo que en realidad abomina. Frases como "siempre te equivocas", "eres un inútil" o "nunca harás nada bien" o “vives en el país de Alicia y las Maravillas”, “vives en tu propio mundo”, etc. destruyen la autoestima o pretenden destruir a la persona en cuestión y pueden generarel una fuerte inseguridad.
Su idioma son las burlas, las humillaciones y las críticas destructivas. Las burlas constantes y las críticas sin propósito constructivo son otra forma de maltrato psicológico. No se trata de hacer una observación para ayudar a mejorar, sino que son tomadas como arma para menospreciar a la persona y hacerla sentir inferior.
Indiferencia y frialdad en momentos emocionales importantes serán otra de sus armas. Mostrar indiferencia cuando una persona está pasando por un momento difícil puede hacer que se sienta abandonada. Un maltratador psicológico puede ignorar el llanto, el dolor o la necesidad de apoyo de la víctima, dejándola sola en sus momentos de mayor vulnerabilidad. Podrá incluso burlarse de ella en su misma presencia, viéndola débil y desvalida, el maltratador arremete “más valientemente” contra ella, en una “ocasión única”, en el doble sentido que ahora muestra esta expresión: debilidad real por abatimiento o pena y oportunidad del maltratador para salir más fácilmente “victorioso” de sus maldades.
Ignorar y mantener silencios prolongados son otras de sus fórmulas. El "castigo del silencio" es una táctica cruel de manipulación emocional. Consiste en ignorar a la persona durante largos periodos sin dar explicaciones, generando incertidumbre y ansiedad. La víctima puede sentir que ha hecho algo mal sin saber qué, lo que la lleva a actuar con sumisión para evitar el rechazo.
Conclusión. Daño devastador
El maltrato psicológico puede ser tan dañino como el físico, aunque muchas veces pasa desapercibido y puede permanecer de forma más prolongada en el tiempo. Es importante reconocer estas conductas para poder enfrentarlas y detenerlas. Nadie merece ser tratado con desprecio, humillación o indiferencia. La comunicación respetuosa y el apoyo emocional son fundamentales para construir relaciones saludables.
Ante estas situaciones es importante buscar ayuda, para sí o para otros habiendo sido testigos de este tipo de maltrato. Existen profesionales, grupos de apoyo y recursos que pueden brindar orientación para salir de este tipo de relaciones tóxicas. La clave está en reconocer, poner límites y priorizar el bienestar emocional.
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