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Flexibilidad horaria

El teletrabajo estará más presente en el futuro y hará posible la flexibilidad
José Manuel López García
sábado, 17 de diciembre de 2016, 11:08 h (CET)
En una cultura laboral presentista como la que existe en la actualidad en España parece muy difícil lograr que los horarios sean flexibles. Y también es cierto que en algunos campos laborales como en la enseñanza y en la atención médica puede pensarse que es una aspiración casi imposible. Ya que la disciplina que implican los horarios fijos es absolutamente necesaria en el ámbito educativo, ya que, si no fuera así, reinaría la anarquía y el descontrol más absoluto.

De todos modos, en la sociedad tecnológica en la que ya estamos se podría facilitar que cada persona trabajase en lo que realmente le gustara para, de este modo, aportar su talento y rendir más y mejor, con una disposición del tiempo de trabajo flexible.

El gran reto que tiene la sociedad española es un cambio muy considerable en las formas de trabajar. Es posible y deseable un mayor y mejor reparto de las horas de trabajo entre todos los ciudadanos que pueden trabajar. Una jornada de seis horas, lo que proponía en su Utopía el humanista y político Tomás Moro es factible en la actualidad. Y serviría para reducir el paro existente de un modo notable y para dar más tiempo de ocio a más de 18 millones de trabajadores. También se incrementaría el número de cotizantes a la Seguridad Social. Lo que redundaría en beneficio de todos. Lo que se puede responder a esto está claro.

Las empresas no están dispuestas a reducir sus ganancias con la contratación de más trabajadores con un máximo de seis horas de trabajo al día. Pero en un futuro más o menos próximo las jornadas de 6 horas o de 4 o 5 horas se generalizarán en una sociedad robotizada y automatizada hasta extremos increíbles. Ya el gran humanista y político Tomás Moro en su obra Utopía indicaba lo de las seis horas de trabajo diarias.

Ya lo están diciendo los expertos en estas cuestiones y creo que tienen razón en sus planteamientos acerca del futuro. Si se consideran los extraordinarios avances de la tecnociencia parece indudable que se llegará a escenarios que hoy nos parecen utópicos o imposibles.

Ya se ha conseguido rejuvenecer o detener el envejecimiento en ratones de laboratorio consiguiendo que vivan un 30% más. Es un paso gigantesco que podría aplicarse a los humanos y que haría aumentar la longevidad de un modo muy considerable. Y esto tendría consecuencias también en el mundo laboral.

El teletrabajo será otro de los procedimientos que pueden reducir sustancialmente el tiempo de trabajo, ya que al trabajar desde casa se aprovechan de mejor manera las horas y la flexibilidad es mayor en los procesos de creación de valor.

Otro de los grandes retos pendientes es, a mi juicio, que cada persona trabaje en lo que realmente más le guste, lo que aumentaría su satisfacción y entusiasmo en sus tareas, ya que estarían impulsadas por su talento. Se trata también de que se reparta o distribuya, de mejor modo, todo el trabajo entre todos los ciudadanos en edad de trabajar. Parece, en principio, lo más sensato, si fuera realmente posible.

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