| ||||||||||||||||||||||
Pequeños gestos y grandes regalos: compra una estrella | |||
Un obsequio mágico basado en sensaciones | |||
| |||
Igual que las estrellas. Las estrellas siempre vigilan nuestros sueños, adornan las noches como si se tratase de farolillos que cuidan de nuestras veladas. Sin las estrellas, muchos de los momentos más valorados de nuestras vidas no serían lo mismo. ¿Te imaginas la primera noche que te fuiste de acampada con tus amigos si el cielo que os sirvió de techo en aquella ocasión no estuviese adornado de estrellas? ¿Y cuando te sentaste a observar las estrellas con un ser querido por primera vez? Simplemente imagínate a ti mismo sentado en el campo, rodeado de naturaleza, observando el cielo estrellado y sintiendo la magia y la inmensidad del universo. Ninguna de estas situaciones sería la misma si no hubiese estrellas adornando el tejado del mundo. Por eso, al comprar una estrella para alguien estás regalando recuerdos, estás regalando magia, sensaciones. Regalar una estrella significa querer tantas cosas positivas para alguien que no has encontrado una mejor forma de expresarlo: estás diciendo que quien recibe el regalo es importante para ti, que quieres para esa persona todo lo que simboliza esa estrella, esa pequeña parcela de cielo que ahora le pertenece: quieres que viva, que cree recuerdos, que se sienta único, especial. Es mucho más que mirar al certificado de tu nueva estrella y pensar que hay una parte del firmamento que lleva tu nombre: es salir a la calle, asomarte a tu ventana, alzar la vista hacia la inmensidad del cielo y saber que hay alguien en el mundo que se preocupa tanto por ti y que te quiere tanto, que ha procurado que cada vez que mires al cielo le recuerdes. Cuando una persona te regala una estrella no es un simple gesto, es mucho más que eso: te está regalando una parte de él, un tesoro que seguirá ahí, en el cielo, el resto de tu vida. Regala una estrella y estarás regalando un trocito de ti mismo. Y, como tú, la estrella en el cielo brillará por siempre. |
La Semana Santa en España es una manifestación cultural única. Más allá de las emblemáticas procesiones de Sevilla, Málaga o Zamora, ciudades como Cuenca (con las Turbas), Valladolid, Toledo, León, Ferrol, Zaragoza o Crevillente cuentan con el sello de Interés Turístico Internacional, reflejando su valor histórico y artístico.
El 1 de mayo de 1886, la ciudad norteamericana de Chicago significó el origen de lo que actualmente es el Día Internacional del Trabajo. Una marcha pacífica que se tornó en violenta con la muerte de trabajadores por disparos de la policía. La reivindicación primigenia que pedía la reducción de la jornada laboral a las ocho horas diarias, continua siendo una aspiración en buena parte del planeta como objetivo irrenunciable de la clase trabajadora.
La capital española volvió a vestirse de gala con la celebración de una nueva edición de los Premios Europa Multicultural, consolidándose como uno de los encuentros más prestigiosos del continente en el reconocimiento a la excelencia, el compromiso y la diversidad. La ceremonia reunió a un elenco de personalidades del mundo cultural, empresarial, artístico, diplomático y mediático, visibilizando trayectorias y construyendo puentes entre culturas.
|