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"Si no amas a nada y a nadie es como estar muerto"

Laura Honrubia, cantante/letrista y creadora del proyecto 'Dale al Aire'
Redacción
jueves, 24 de febrero de 2011, 23:00 h (CET)
Sus canciones son una mezcla de pop/fusión, unas veces suenan a copla, otras a rumba, otras a música del mundo… Y como dice su cantante y letrista, Laura Honrubia, “sobre todo suena a lo que llevamos dentro cada uno de los componentes”.

Este grupo novel madrileño llamado “Dale al Aire”, lleva desde el 2004 intentando abrirse un hueco en el difícil mundo de la música, un mundo donde son muchas las trabas y las zancadillas que se encuentra. “Los pequeños te dicen que no tienen para invertir, los grandes te dicen que ya tienen demasiado como para arriesgarse en invertir en algo nuevo, que no va bien ni con los que son conocidos como para tirarse a la piscina por lo no conocido”. Pero la música va con uno, es como una segunda piel y así lo demuestran estos chicos que con la voz de Laura Honrubia, pretenden trasladar las preocupaciones, los prejuicios, los amores y desamores de una sociedad en plena crisis. Y aunque no se atreven a dar consejos en un momento actual tan duro, sí que nos empujan a que tengamos presente el sentido de “comunidad y mucho apoyo mutuo”.

Tienen más de 1.000 copias vendidas y un sueño, vivir de la música. Han actuado en la Sala Clarores junto a Cómplices, Tontxu o Esmeralda Grao; en el Palacio Gaviria o en el Moulin Rouge de Madrid. Pero además, su solidaridad les lleva a participar en galas benéficas como la del “Día de las enfermedades raras”, el “Día por la paz” o por la “Educación en Guatemala”.

“Dale al Aire” también está promoviendo una idea fantástica en cada uno de sus conciertos bajo el título “música accesible para tod@s”. Se trata de incorporar a una intérprete de lengua de signos -María Quintas del Museo Thyssen- para signar la música a las personas sordas. “Ellos me abrieron su corazón y yo quise abrirles el mío a través de la música que hacemos”.




Laura Honrubia.

Mónica González / SIGLO XXI

Dos maquetas ya en el mercado, 1.000 copias vendidas y músicos profesionales detrás de un proyecto que bautizaste en diciembre de 2004 como, “Dale al Aire”. Laura, ¿Los comienzos han sido difíciles?

Sí, no fue fácil encontrar músicos que se involucraran en este proyecto haciéndolo también suyo y que apostaran por un puñado de canciones propias con ganas, ilusión y perseverancia, así como que te dieran la oportunidad de tocar en algún sitio sin tener nada grabado con un mínimo de calidad. Al principio, me iba a ensayar a la otra punta de Madrid, a la casa de un guitarrista con el que comencé con “Dale al Aire”, ya que no teníamos local y allí grabamos la primera maqueta casera. Pero de la noche a la mañana me dejó tirá, sin copia de la maqueta y además iba diciendo que las canciones eran suyas (suspira). Cuando me repuse de aquello, me encontré con otras dificultades, pero también con mejor gente afortunadamente.

De hecho, hoy en día o estás en Internet o parece que no existes…

Efectivamente, internet permite que cualquier persona desde tan distintos y lejanos lugares, sepan que existes y además tienes algo para compartir, en este caso, música. Antes si no salías en la radio, en la televisión, tu música era más difícil que llegara a los demás y ése es un privilegio (radio y televisión) concedido antes y ahora para muy pocos. Pero, sí señores y señoras, aunque no les guste… ¡¡Internet nos da la oportunidad a todos/as!! (sonrisa).

¿Crees que los cantantes noveles lo tenéis más complicado que años atrás? ¿O por el contrario, existen más “padrinos” dispuestos a invertir por un sueño?

Lo que creo es que ha cambiado todo radicalmente. Antes apostaban más las discográficas o “padrinos” por los cantantes nóveles, porque sabían que si les convertían en un buen producto podían ganar mucho dinero con la venta de discos, etc. Además, eran conscientes de que había menos oferta en el mercado. Pero muchos de estos cantantes pasaron muchas penurias hasta llegar a conseguir el contrato discográfico, incluso algunos/as tuvieron que renegar de su autenticidad artística para conseguirlo (esto no ha cambiado tanto). Si hablamos de los más antiguos, sabemos que algunos pasaron hasta hambre por poder dedicarse a esta profesión…

Ahora es uno/a quien tiene que invertir por su sueño, lo poco o lo mucho que tenga, y presentárselo al resto lo mejor hecho posible y ver cómo lo acogen, sobre todo el público. En este caso, internet es algo que no se tenía antes y que facilita mucho la cosa. “Los pequeños te dicen que no tienen para invertir, los grandes te dicen que ya tienen demasiado como para arriesgarse en invertir en algo nuevo, que no va bien ni con los que son conocidos como para tirarse a la piscina por lo no conocido”.


“Habría que repartir y dejar de endiosar a unos cuantos para dignificar a otros muchos”


Porque al fin y al cabo… ¿Todo se trata de un sueño? ¿O crees que hoy en día se puede vivir de la música?

Es un sueño poder vivir de lo que más te gusta y en lo que has dedicado un tiempo de formación y esfuerzo. ¿Sabes de lo que me he dado cuenta? Que unos pocos pueden vivir muy bien con grandes casas y más dinerito del que nunca pudieron soñar; otros viven de la formación musical en escuelas, institutos, universidades; otros grandísimos músicos viven de la música en el más absoluto anonimato; otros malviven con una gran inestabilidad económica(dando clases particulares y conciertos en garitos hasta las tantas esperando a que haya más de 20 personas); otros pasan mucho frío tocando en la calle y además tienen que demostrar que ofrecen un buen espectáculo y sin amplificadores para no ser multados. Lo que no saben los que hacen esas normas, es que muchos de ellos son músicos de conservatorio, otros en ese caso me incluyo yo, soñamos con que pudiera ser una profesión en la que ni se cobrase tanto ni tampoco, un sueldo arreglo a tu experiencia, formación… Pero en ese caso, habría que repartir y dejar de endiosar a unos cuantos para dignificar a otros muchos. Pero si sólo ocurriera esto con la música, ¿verdad? …En definitiva, no vivo de la música, no lo he conseguido y dudo mucho que lo consiga algún día. Eso sí, viviré con ella hasta el día que me muera. Otros viven muy bien de ella pero no con ella.

Si tuvieras que encajaros dentro un estilo, ¿cuál sería? Si es que puedes… (sonrisa).

(Risas) ¡Qué difícil encasillarse en un estilo! Pero a veces, qué necesario nos resulta a todos/as para sentirnos más seguros, ¿no? Es pop/fusión podría decirse, a veces suena a copla, otras a rumba, otras a música del mundo… Sobre todo suena a lo que llevamos dentro cada uno de los componentes.

Si me lo permites, tenéis un aire a Chambao…

¡Gracias por el piropo! (risas). Me encanta Chambao, les escucho mucho y casi todo lo que escuchamos puede llegar a tener influencia en lo que hacemos.

Entre las canciones que podemos escuchar en www.dalealaire.com, nos encontramos con “Prefiero tener mi tiempo”. Laura, ¿podríamos definirla como un himno contra la crisis?

La escribí antes de la crisis conocida por todos y sufrida muy directamente en este país. Aquí planteaba otras crisis más emocionales, podría decirse… Como la que te produce vivir para trabajar y no al revés. Después vino en la que estamos ahora, en la que no tienes trabajo y no puedes pagar todas aquellas cosas que ya antes, no era posible poder pagarlas, pero que nos hacía pensar que sí. También habla de las crisis que han existido siempre, que son las que sufren los países del sur. Todo está relacionado. Muchas personas sí que me han dicho que es una canción que les hace reflexionar, sentirse identificados y que tiene mucha fuerza.


“Las penas sin ninguna duda se sobrellevan mejor con música”


En este sentido, ¿cuál sería tu consejo para ser feliz a pesar del momento en el que estamos pasando?

Pensar que aunque sean momentos difíciles y de mucha falta de trabajo, todo lo que ha ocurrido nos hace ser más conscientes de que no necesitamos una enorme casa y dos coches para ser feliz… Eso es mentira e irreal, e inaccesible para la mayoría de las personas. Era insostenible lo de los últimos años. Es una oportunidad de decrecer y de cambiar las cosas para mejor, pero sí, es una pena y produce mucha impotencia que para ello tengan que pagar los que menos culpa tienen. Lo mejor en estos momentos, es tener presente el sentido de “comunidad” y mucho apoyo mutuo.

Aunque la alegría no es sólo importante sino casi tan básica como el dinero… No obstante y como diría aquel… Las penas son menos penas si van con música, ¿no crees?

Efectivamente, el dinero es básico. La alegría es necesaria, diría yo. Con el tiempo descubres que la alegría no tiene porqué siempre ir unida, como creen algunos, con que todo te vaya fenomenal, que por supuesto si te va muy bien pues más alegre te sientes, claro está… Es más que un estado de ánimo, es una actitud ante la vida. Las penas sin ninguna duda se sobrellevan mejor con música, entre otras cosas, porque la música acompaña, nos divierte, nos emociona... Es tremendamente terapéutica.

Decías que vuestra música tiene un trasfondo social importante, lo que hace que todos podamos sentirnos identificados. “Capacidades diferentes” es un ejemplo de ello. Laura, cuéntanos qué es lo que quisiste reflejar en cada verso.

Quería decir que he conocido a personas con diversidad funcional, que se han sentido maltratadas y poco valoradas, que han sido consideradas como “no capaces” por no tener el coeficiente establecido para poder llamarlas inteligentes y, como digo en la canción, “capacidades diferentes pero un mismo corazón que siente, tonto, no es el poco inteligente, tonto es el que no sabe enriquecerse con la diferencia de los otros con todo lo inteligente que se cree”. En esta canción pretendía invitar a la gente a la reflexión y a que lloren sus penas, porque eso es a veces lo que nos hace ir enfadados por el mundo y despreciando lo que consideramos diferente a nosotros. Por último, fue importante para mí expresar que les vi felices, porque recuerdo de pequeña que oía decir a algunas personas que antes de tener un hijo/a con discapacidad, preferían no tenerlo porque no serían felices. Después, he podido experimentar que eso no tiene porqué ser así.


“He visto a personas sordas signando canciones con un ritmo increíble”


Porque aunque diferentes también somos iguales… De ahí, que quisieras acercar la música a las personas sordas, ¿no es así? ¿Por qué a la Comunidad Sorda?

Hace tres años tuve la oportunidad de conocer a una persona sorda en mi anterior trabajo, ella es sorda profunda y es médico, me impactó muchísimo su historia, conocer todas las barreras que tuvo que superar para poder llegar hasta donde había llegado. A través de ella conocí a la Comunidad Sorda, su cultura, su lengua, sus valores, su humor, su manera de percibir la vida a través de sus ojos. Ellos/as me abrieron su corazón, yo quise abrirles el mío a través de la música que hacemos.

¿Crees que aquellos que son “diferentes” lo siguen teniendo crudo? ¿O por suerte la cosa va cambiando?

Las minorías lo tienen mucho más difícil en general, porque todo está pensado para la mayoría. Las cosas van cambiando, pero lentamente. Tenemos que ponernos mucho más las pilas.

¿Y de dónde vino la idea de incorporar en todos vuestros conciertos a una intérprete de lengua de signos?

El primer concierto que hice al que vinieron personas sordas, una amiga intérprete de lengua de signos estaba sentada con los amigos sordos y ella iba interpretando mis canciones. Después de cada canción les veía con ganas de otra y otra más. Al final del concierto, todos los sordos se pusieron de pie, más emocionados y entusiasmados que los propios oyentes que había en el concierto. Nunca lo olvidaré, se me quedó grabada esa imagen. Ahí empezó todo.

La música es sonido y tiene la virtud de llegar al corazón más rápido que un rayo. Laura, ¿crees que una persona sorda puede llegar a sentir esa emoción de la misma forma?

La primera vez que vi emocionarse a una persona sorda con mi música, fue poniendo su mano sobre el altavoz, después en mi garganta… No sienten la música de la misma forma que la siente un oyente, sencillamente la sienten de otra forma, pero ¡claro que la sienten! De hecho, hay un cantante de Rap sordo que me gusta que se llama Signmark. También he visto a personas sordas signando canciones con un ritmo increíble. Otras personas sordas conocen muy poco la música, porque la música siempre se ha vinculado a los oyentes, y no a todas las personas sordas se les ha estimulado lo suficiente, ni se les la acercado la música.

¿Y por qué crees que cantantes de renombre aún no se han planteado llevar en sus giras a un intérprete de lenguaje de signos?

Ha habido algunos cantantes pero pocos. Si pienso en ellos me vienen a la cabeza pocos nombres, pues imagino que algunos no lo llevan por desconocimiento, porque no saben que para una persona sorda, un intérprete de lengua de signos es como sus oídos. Porque además, siempre nos creemos que no hay tantos sordos ya que la sordera es invisible, y en esos conciertos donde hay miles de personas, seguro que hay personas sordas que podrían disfrutar mucho más de esos conciertos, si hubiera un intérprete de lengua de signos.


“Cuando conoces de verdad a cada uno de los grupos, dejas de verlos con la etiqueta y los ves como lo que somos todos: personas”


Laura, ¿de dónde te viene esa sensibilidad que transmites en cada una de tus canciones?

La sensibilidad viene de dentro, en parte se construye de la educación que recibimos. Afortunadamente, me enseñaron a empatizar con los otros, a saber escuchar y expresar también mis sentimientos. Me siento agradecida de la maestra que he tenido, mi tía. También viene de las experiencias que he ido viviendo y las que otros han compartido conmigo.

Imagino que tu experiencia como Educadora Social te habrá inspirado muchas veces, ¿no?

Muchísimas veces. Tengo canciones que se han escrito a partir de mis experiencias en el trabajo.

¿Con qué grupos sociales has llegado a trabajar y qué has aprendido de cada uno de ellos?

Empecé a trabajar con drogodependientes, después con la comunidad gitana, diversidad funcional, personas sin hogar y actualmente personas con enfermedad mental. Lo que he aprendido con cada una, lo he ido aprendiendo después con el resto. Cuando conoces de verdad a cada uno de los grupos, dejas de verlos con la etiqueta y los ves como lo que somos todos/as: personas.

Pero además de temas sociales, el amor también inunda cada una de vuestras canciones. Laura, ¿se podría vivir sin amar? (sonrisas)

Si que hablo de amor y de desamor también, es uno de los grandes temas de la humanidad. En mi opinión, si no amas a nada ni a nadie es como estar muerto.

Balzac dijo que se puede amar sin ser feliz, que se puede ser feliz sin amar, pero que resulta del todo prodigioso amar y ser feliz…

De la suma de amar y ser feliz resulta algo maravilloso que no se mantiene en el tiempo de manera constante y por ello, tenemos que hacer el camino y aprender a llegar hasta ahí y disfrutar de esto.


“Si me llega el éxito, que no la fama, bienvenido sea”


Hay una frase en una de tus canciones que dice: “Cómo dejar de quererte si hasta el silencio murmura tu nombre”. ¿Qué es más difícil olvidar o dejar marchar un amor?

Al principio, parece que lo que más le cuesta a uno es dejar marchar a un amor, pero en la experiencia de esta canción, descubrí que cuesta más olvidar porque no nos educan para ello, para el olvido. En otras ocasiones, te cuesta dejar marchar pero olvidas pronto.

Pero, ¿realmente se puede llegar a olvidar?

Decía Mario Benedetti “no olvida quien finge olvido sino quien puede olvidar”. Olvidamos lo que podemos y no todo lo que queremos, otras veces no olvidamos pero llegamos a recordar lo menos posible o a recordar de otra manera.

Y curiosamente en tu caso, algunas de esas canciones se las has dedicado a algún desamor… Laura, ¿no es una manera de recordarlo siempre?

Es una forma como decía antes, de recordarlo de otra manera.

Dejando el amor y el desamor a un lado… ¿Qué le pides a la vida? ¿Éxito, quizás?

Le pido tranquilidad, salud, sobre todo para mis mayores… Más justicia. Más tiempo para disfrutar de las cosas que me gustan y de la gente a la que quiero. Si me llega el éxito, que no la fama, bienvenido sea.

Si tuvieras que elegir una de las canciones que más representa al espíritu de “Dale al Aire”, ¿con cuál te quedarías?

No es fácil, pero ya que me lo pides, voy a mojarme: “¿Dónde va el amor?”.

Más información sobre “Dale al Aire” en www.dalealaire.com

Próximo concierto: Jueves 3 de Marzo a las 21.30h en Moody’s calle Barquillo nº 26 (Madrid).

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Elsy es abogada, doctora en jurisprudencia, narradora, dramaturga y poeta ecuatoriana. Comienza su carrera literaria con la publicación del libro de cuentos De mariposas, espejos y sueños. La mayor parte de su obra cuentística está reunida en el libro Los miedos juntos (El Ángel Editor, 2009).

 
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