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"Tengo que vivir lo que estoy escribiendo"

Elena Gadel, cantante
Redacción
miércoles, 2 de marzo de 2011, 18:17 h (CET)



Suena a madera, a calidez, a flamenco incluso a jazz y aunque se trata de un disco pop, sus melodías nos harán caer rendidos en el mundo de la percusión. Así es “Tocant fusta” (“Tocando madera”), el primer disco en solitario de Elena Gadel que “está hecho de corazón…

Mónica González Álvarez / SIGLO XXI

Desde las entrañas”, nos cuenta la cantante. Un trabajo que en compañía del músico y compositor Toni Pagès, ha conseguido explorar el mundo del amor y del desamor, de los sentimientos en definitiva, haciendo que el público se sienta completamente identificado con las letras que interpreta. “Soy muy pasional y cuando canto no puedo evitar sentir lo que sentía cuando lo escribía”.

“Tocant fusta” han sido tres años repletos de sacrificios, horas de sueño y sobre todo de mucha ilusión, una ilusión que empezó el día en que “la Gadel” (que es así como la llaman sus fans) pasó por OT en el año 2002. Desde entonces, ha conocido lo que es el éxito gracias a musicales como la premiadísima “Mar i Cel” o “Grease”, pero sin perder el rumbo y sin dejar de poner los pies en el suelo, de ahí que fuera de los escenarios se muestre como una mujer tan cercana y accesible.

Precisamente, el miércoles 2 de marzo actuará como artista invitada en el marco del Festival Millennium en el Palau de la Música con Diego Cigala. El 12 de marzo estará en el Jazz Cava de Vic, y el 14 de abril en la Sala Clap de Mataró.




Elena Gadel.


“Tocant fusta” (Tocando madera), es tu primer disco de larga duración en solitario, pero quizás, ¿también un sueño hecho realidad?

Cuantos más días pasan más veo que sí, que es mi sueño, que estoy realmente en lo que me gusta. Porque sinceramente, se creó de una manera muy orgánica, sin pensarlo, sin un objetivo concreto… Hacia ya tres años que lo estábamos creando y dijimos, venga pues vale, grabemos. Y ahora lo oigo, lo escucho y lo hago en directo y quiero que el segundo y el tercero sean muy parecidos a éste.

¿Y a qué suena? ¿Dónde nos llevarán sus notas?

Suena a madera como su nombre indica y nos llevará mucho al mundo de la percusión, al mundo del flamenco, porque aunque es pop tiene muchas reminiscencias flamencas y de jazz.

¿Y por qué “Tocant fusta” (Tocando madera)? ¿Qué tiene este elemento que no tengan otros como por ejemplo, el metal?

El metal es más frío y la madera es más cálida. Pero aparte del sonido es por lo que dicen las letras y mi manera de transmitirlo. Creo que cantando soy bastante cálida y dulce y me apetecía reforzar ese punto. Es una manera sincera de explicar cómo es nuestra historia, porque nuestra historia es muy sincera y no va a buscar para nada el formato comercial ni nada de eso, está hecho desde las entrañas, desde el alma... A un profesor le dije: “está hecho desde el corazón” y me contestó: “no, no… ¡desde las entrañas! (risas). Y así es, porque es real, porque está hecho desde dentro y sin pensar en cómo se puede hacer un tema para que funcione, para que suene en radio. Si suena, pues mira perfecto, pero sino, pues a luchar por lo que uno siente.


“Cada vez más, los músicos hacen más lo que sienten”.


¿Es ahí dónde debería de llegar la música? ¿Al alma?

Sí yo creo que no tiene otra cosa sino que llegar al alma. Por cuestión estilística hay gente que le puede gustar más o menos, pero se ve que es un proyecto, una historia muy sincera. Esta hecha de corazón y huyendo de todo lo estipulado comercialmente hablando.

¿Y de qué forma siente Elena Gadel la música? ¿Cómo la definirías?

Yo la utilizo mucho para sentir emociones. Me han dicho que mi disco es como muy melancólico… ¡Y realmente lo es! Es un disco que si estás chungo es de coña porque te hace estar todavía más chungo (risas). Es como venga va, arráncame las vestiduras (risas). Yo también creo que es lo que tiene el flamenco, el llorar, el desamor…

Es verdad que ahora todo el mundo compone para que la gente esté más feliz debido a la crisis, pero de hecho yo no pensé en qué época estamos para componer, nos salieron esos temas. Además, fue una época en que el desamor estaba a flor de piel y ahí se ve. Yo supongo que el segundo, como ya estamos empezando a componer y ahora estamos bien y felices, saldrá más positivo.

Este proyecto ha sido fruto de la unión de dos artistas, por un lado el músico y compositor Toni Pagès y por otro, tu persona. ¿cómo fue el proceso creativo? ¿Fue más fácil de lo que pensabais?

Fue mucho más fácil de lo que yo pensaba que era componer. O sea, para mí componer siempre había sido: “¡oh! Yo no sé componer...”. Pero empecé a estudiar piano y con cuatro acordes me salió una canción que en el disco es “Desig a mitges”. Llamé a Toni y le dije: “por favor, prodúceme esto, vístemelo un poco”. Y así quedo. Entonces, empezamos a probar con una bulería suya, “Crudo invierno” y nos empezaron a salir temas conjuntos. Él hacía la armonía y yo le hacia una melodía y una letra, o al revés, depende... Fue un proceso súper sencillo, natural, porque tampoco teníamos una fecha concreta para sacar el disco.

Cantamos lo que nos da la gana, pero también por el momento que estamos viviendo. Cada vez más, los músicos hacen más lo que sienten. Y como todo va mal… La sensación esa de: “mira, que más da, voy a hacer lo que siento y si va bien es un premio”. A mucha gente le está pasando y todo es mucho más de verdad.


“Me caían lágrimas cuando la escribía (“Aigua”) porque era desamor puro y duro”.


Juntos habéis compuesto los 10 temas que forman el disco. Elena, ¿qué sentimientos nos evocarán cada una de sus melodías? ¿Qué emociones experimentaremos?

Mucha gente que lo ha escuchado ha experimentado mucha empatía, es decir, se ha sentido identificado en las historias porque, al fin y al cabo, son historias de amor y de desamor, historias que le han pasado a muchísima gente y lo llega a vivir muy de cerca. Además, gente que compone y que lo ha escuchado y que tú piensas: “bah, a éste no le va a gustar porque hace otro tipo de música”, lo escucha y dice: “¡ostras! Realmente, qué bonito… Y está mal que yo lo diga… Pero he hablado con gente que toca con los grandes, como por ejemplo, el contrabajista de Miguel Poveda o Mayte Martín, y me ha dicho: “Elena, ¡qué bonito! ¡Qué bien hecho! Las melodías, las voces que hay, los coros… Está todo con mucho gusto”.

Y yo creo que uno de los factores que ha hecho que la historia suene más bonita, es quien ha mezclado el disco que es Roger. Le ha dado un sonido a la historia, lo ha unificado todo. Hay canciones que estilísticamente no son el mismo estilo, por ejemplo “Potser” con la ultima “Tot se m'enfonsa”, pero las ha unificado por su sonido, por su mezcla y realmente ha quedado una historia muy coherente. Y es que desde el que crea la canción, como podemos ser Toni y yo, hasta quien lo produce que hemos sido Toni y yo y Didak Fernández, pasando por la persona que está en el estudio y que lo edita, ése ha sido Toni y quién lo ha mezclado, que es Roger... Si todo por separado no está al diez, no acaba de ser redondo. Y mi sensación es que aunque para el segundo, hay cosas que mejorar porque así lo siento, poco a poco todo lo hemos ido haciendo bien.

Las canciones hablan de amor, de desamor… ¿“Tocant fusta” es una especie de autobiografía, un cúmulo de experiencias compartidas…?

En general, han sido historias nuestras propias vividas por Toni por separado, por mí por separado, algunas juntos también… Las canciones en las que firmamos como Toni y Elena son las de Toni, y las que pone Elena y Toni son las mías. Lo hemos hecho así para diferenciarlas. Y al menos en las que son más mías, son historias que las he vivido yo totalmente. Por ejemplo, “Aigua”, es el bolero del disco, un bolero a compás de cinco que me recuerda un poco, “salvando las distancias”, a Miguel Poveda. “¡Salvando las distancias!” (risas). Pero me recuerda a la energía que se crea cuando la cantaba y cuando la estaba escribiendo. Me caían lágrimas cuando la escribía porque era desamor puro y duro. Cuando una persona está: “por favor, dame agua, vente porque es que no puedo…”. Y eso me ha pasado cuando alguien me ha dejado o lo he dejado yo pero le echo de menos.

¿Y cómo sientes el desamor? ¿Cómo lo vives?

Yo soy muy pasional y todo lo vivo muy bien y muy mal. Lo peor es que con el tiempo, estoy aprendiendo a que lo que es “muy bien” no vivirlo tan bien para no acostumbrarme, pero lo que es malo lo sigo viviendo “muy malo” (risas). ¡Así que debería replantearme algo ahí! (risas).
Cuando canto no puedo evitar sentir lo que sentía cuando lo escribía. Tengo que vivir lo que estoy escribiendo.


“Tengo ganas de no sentir que debo nada, yo ya lo agradecí”.


Además, me gustaría apuntar que de los diez temas dos son en castellano y el resto en catalán. Elena, ¿hasta qué punto hay que darle importancia al idioma a la hora de componer? ¿Por qué habéis primado una lengua sobre otra?

La historia nació en las dos lenguas. Toni es muy catalán y mi madre es andaluza. ¡Somos la mezcla perfecta! Yo me siento catalana, me siento española, me siento de todo y me encanta cantar en catalán. Desde que hice “Mar i Cel”, descubrí que cantando en catalán me sentía muy a gusto con la dicción catalana.

Pero en verdad, esta historia empezó en castellano. Probamos una por casualidad y la adapté al catalán y sonó bien, sonó bonita, incluso le daba ese toque especial de: “suena a flamenquito pero es en catalán”... Y empezamos a probar y decidimos intentar nuestro camino en el mundo de la música con la lengua catalana. Pero existe el mismo disco en castellano, ya grabado, mezclado y editado y la idea es que salga en septiembre.

Y bueno, hemos decidido empezar con este idioma no por nada en especial. Yo no tengo problema con el idioma, con ninguno, ni con el tema político pero lo que te decía antes, como ahora todo el mundo hace lo que quiere, pues decidimos hacerlo así.

Elena, ¿en algún momento, desde tu participación en OT en el año 2002, imaginaste que te dedicarías a la música? ¿Qué podrías vivir de la música?

La verdad es que con el tiempo me he dado cuenta de lo afortunada que soy. Yo he ido haciendo, he ido caminando, me he ido encontrando con cosas, no he buscado mucho. Y ahora, estoy en un momento en el que busco, busco porque he hecho algo que defiendo a muerte y porque ostras, no me han regalado nada. Antes no, antes me sentía muy qué bien. Qué suerte, voy caminando, me cogen para “Mar i Cel”, me cogen para “Grease”… Iba haciendo. Y ahora es como ostras, tu disco... Aquí hay que pelear.
Pero no, nunca lo pensé, yo creía que seria profesora de educación infantil y ya está.

Hablábamos de OT. Recientemente este magnífico formato televisivo ha dado a su fin. ¿Qué opinas sobre este cese? ¿Crees que con OT se acabó una era musical?

Yo creo que no, que se acabó una era televisiva en el sentido de que OT fue un gran programa, lo fue y era un formato espectacular y vamos, quedó patente. Lo que pasa que musicalmente hablando, no tenía mucho que ofrecer, sinceramente. Y así lo pienso... Todo empieza y todo acaba. Yo estuve en la final, estuve allí y me supo mal, pero me supo mal por mis compañeros que trabajaban allí, por Nina, Dani (Anglés), sabe mal porque es trabajo pero yo creo que ellos lo entendían. No sé Nina, pero yo sé que Manu (Guix) entendió perfectamente que las cosas son así y que si lo han quitado, lo han quitado.

¿Sabes que ocurre? Que ha pasado mucho tiempo desde OT y yo guardo un bonito recuerdo de aquel momento. Pero tengo la sensación de que tengo ganas de no sentir que debo nada, yo ya lo agradecí.

Desde entonces, mucho ha crecido y evolucionado Elena Gadel, formando parte de musicales de éxito como por ejemplo la premiada “Mar i Cel” o “Grease”. ¿Qué recuerdas de estos pequeños pero grandes comienzos?

Blanca fue un regalazo de la vida. Es decir, sentí una responsabilidad enorme de estar ahí liderando aquello. Fue muy heavy. Y “Grease” fue una felicidad inmensa cada día durante cuatro años haciendo de Rizzo, que es el personaje mejor del mundo, porque es tan irónica… Me encantaría hacer otra Rizzo, un personaje en plan: “¡que te pires!” (risas).


(Las entrevistas) “normalmente me sirven de terapia”.


¿Uno verdaderamente sabe digerir el éxito? ¿Tú lo has hecho?

Hay momentos que pienso que sí y hay momentos que pienso que no. Cuando te viene algo de golpe, tan heavy como lo fue para mí en su momento, cada cual lo digiere de una manera y yo lo estoy digiriendo todavía. Mi manera es que peco de insegura cuando no debería. Es como: “¿por qué esto te da inseguridad si lo has hecho mil veces? ¡Pero si ya lo sabes!”...
Y el hecho del éxito, de querer mantenerse, de cómo mantener aquello que hubo, es muy difícil. Mantener aquella repercusión mediática es difícil, porque ha pasado el tiempo y aquello fue un regalo. Yo tengo compañeros que han digerido el éxito a su manera y prefiero a mi manera, digerirlo más en mi casa, con mis amigos…. Además, yo soy muy realista y a veces demasiado. Yo sé ver la realidad, por qué aquel me ha saludado, por qué aquel no, por qué me piden una entrevista en según qué sitios. Pienso mal, suelo pensar mal. Tengo tendencia a no hacerme ilusiones. Es decir, “¡ah claro! Me han llamado de este programa porque lo hago tan estupendo”... Pues no. Pienso: “¡ah vale! Me han llamado de aquí porque he salido allá... Siempre es vale pero desde la humildad. Me sale el punto ese de que no me creo nada, a veces demasiado.

Si tuvieras que definir esta entrevista utilizando una de tus canciones, ¿cuál elegirías? Si es que se puede…

Sabes que soy muy de amor y desamor... (sonríe). “Cruzar”, “Creuar” en catalán, dice “si no puedes cruzar dame la mano y verás al andar...”. Yo creo que hace días que no tengo una entrevista y normalmente me sirven de terapia (risas). Me encanta porque me escucho y digo: “ah vale sí, pienso esto…” y me ayudan a saber un poco por dónde voy. Y ésta ha tenido un punto así de amigable.

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Elsy es abogada, doctora en jurisprudencia, narradora, dramaturga y poeta ecuatoriana. Comienza su carrera literaria con la publicación del libro de cuentos De mariposas, espejos y sueños. La mayor parte de su obra cuentística está reunida en el libro Los miedos juntos (El Ángel Editor, 2009).

 
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