Se calcula que el 23% de los pacientes con adicción a alguna sustancia sufren además trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). “Desde hace décadas la comunidad científica es consciente de que el TDAH predispone el desarrollo de un trastorno adictivo; y, a su vez, la adicción influye de manera muy negativa en el curso del TDAH”, explica el doctor Martínez-Raga, del Hospital Universitario Dr. Peset de Valencia, durante el I Congreso Mundial de la World Association of Dual Disorders (WADD) y el V Congreso Internacional de la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD), en el que se ha abordado esta interrelación que, según los profesionales puede ser de tipo psicológico y/o biológico. “La desregulación emocional es un aspecto que tiene una gran influencia en la evolución del TDAH”, apunta el Dr. Martínez-Raga.
Dentro de las adicciones a sustancias, la más consumida por estos pacientes es el tabaco y dentro de las ilegales, es el cannabis. “En algunas ocasiones y de manera inconsciente, los pacientes buscan en la droga un efecto de automedicación” aclara el experto.
Otro de los aspectos en los que se ha hecho hincapié durante el congreso ha sido el tipo de tratamiento. En este sentido, los expertos coinciden en que el abordaje ha de englobar la dualidad y no debe centrarse en el TDAH o en la adición por sí solos.
Comorbilidades: patología dual y enfermedades infecciosas
Otro de los temas destacados durante el congreso ha sido el abordaje de los pacientes con patología dual (coexistencia de un trastorno adictivo y otro trastorno mental) que además sufren una enfermedad infecciosa.
“Las patologías infecciosas más frecuentes en pacientes con un trastorno mental y adicción a los opiáceos son la Hepatitis C, en el 70% de los casos; el VIH, en un tercio; y en un 20% de los pacientes, coexisten ambas enfermedades infecciosas”, apunta el doctor Pablo Vega, Secretario de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Patología Dual.
Por otro lado, el experto comenta que los pacientes duales tienen mayor prevalencia de trastornos afectivos, trastornos de ansiedad y de trastorno de la personalidad tipo paranoide, esquizoide, antisocial y límite. “En cuanto a adicciones a sustancias se refiere, las más frecuentes son los opiáceos por vía parenteral”, explica.
Asimismo, durante el congreso, los profesionales han concluido que sus dos grandes retos son, por un lado, la detección en estos pacientes de las enfermedades infecciosas (VIH y hepatitis C) y, por otro, su remisión exitosa para una correcta derivación a los especialistas en hepatología e infecciosas.
En este sentido, el doctor Vega resalta que los tratamientos en personas con patología dual son más complejos por el “alto grado de incumplimiento terapéutico y por la baja tolerancia a los efectos secundarios de los fármacos; los pacientes con coinfección son de un manejo más complicado”, explica.
El sistema opioide está involucrado de manera directa en los trastornos mentales
“Las diferentes enfermedades mentales deben ser valoradas como alteraciones de circuitos cerebrales que darán lugar a diferentes expresiones de trastornos mentales y de conducta, que llamamos patología dual”, explica el doctor Néstor Szerman, presidente del congreso y de la Fundación de Patología Dual.
Los profesionales aseguran que el sistema opioide tiene un papel fundamental en conductas vitales para la supervivencia, como el apego, el dolor sensorial-físico, pero también el dolor emocional y social. “Cuando este sistema presenta variaciones disfuncionales da lugar a trastornos mentales como el trastorno límite de personalidad, ciertos tipos de depresiones, etc.”, explica el Dr. Szerman.
Asimismo, el sistema opioide juega un papel decisivo en la vulnerabilidad de las personas frente a la adicción a sustancias, especialmente el alcohol, o comportamentales y de alimentación.
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