En cuanto al garabato jurídico denominado “presunción de inocencia” resulta ser el mayor obstáculo para la lógica aplicación de la ley. Y es que presuntos son incluso los máximos responsables del supremo despilfarro de los recursos de todos. Es decir los felones políticos nacionales e internacionales. Es un hecho notorio e incuestionable que José Luis Rodríguez, alias “Zapatero” ha dilapidado, o dejado dilapidar, el futuro de muchos de nuestros hijos además del nuestro propio. Sin embargo, mediante la norma hecha a favor de los delincuentes denominada “presunción de inocencia” además de determinados cambalaches jurídicos políticos, y la connivencia profesional de los más caros abogados, si alguien iniciase la toma de acciones jurídicas contra el mismo, u otros políticos, no tengo la menor duda de que seria muchísimo peor el remedio que la enfermedad…
Y me explico, para “sentar en el banquillo” a todos estos inútiles políticos carteristas estatales, deberíamos esperar no menos de media década. Entre un tribunal, el otro, artimaña varias del abogado, un fallo en las fechas, formalidades y demás aforamientos, amén de determinados intereses partidistas de la fiscalía por aquello de salvaguardar la presunción de inocencia. Es decir además de “darnos las uvas” el proceso en sí nos sale un ojo de la cara, no debemos olvidar que tanto a la fiscalía como a los jueces les tenemos que pagar por días, no por resultados. Y lo peor de todo, es que para que la justicia meta entre rejas a determinados presidente y ministros además de otros pérfidos especuladores, antes debemos cárganos a los actuales máximos responsables de la misma.
Quien aún cree que España es un verdadero estado de derecho, dice que la justicia española no es mala sino lenta debido a la carencia de medios… Bobadas de demagogos: La justicia española, en primer lugar no es independiente. En segundo lugar, el mero hecho de aplicar la presunción de inocencia antes de ser juzgado incluso en casos públicos y notorios donde los delincuentes son cogidos “con las manos en la masa,” resulta ser de lo más ilógico además de un recurso a favor de la impunidad.
A los inocentes se nos ve la cara incluso sin necesidad de resplandor alguno que descubra nuestra honradez. Ya que los mismos ni estamos ni participamos en asuntos sospechosos. Los sospechosos son aquellos que dirigen, ordenan y mandan. Aquellos que ejecutan sentencia dependiendo de sus intereses y demás simpatías políticas. Aquellos fiscales que debiendo ser los garantes del pueblo toman parte y arte del gobierno. En definitiva, todos los máximos responsables del País en los últimos ochos años en cuanto a gestión, libertades y derechos. Todos estos y no otros son subsidiarios de “condena por in situ” sin otro tipo de consideración presuntiva. Como mucho, se les puede aplicar la omisión resultante de la infame devoción política en el ejercicio de la misma. Ahora, bien lo que no puede ser objeto de controversia alguna es el desastroso, además de alevoso, gobierno que los socialista, sobre manera, han llevado a cabo en España durante ocho años.
Y es que al igual que “Mantener a los criminales únicamente sirve para colmar los cementerios de bondades y la vida de infames asesinos”; Mantener a estos pésimos políticos - pues les vamos a mantener- a todo trapo, tren y boato es cuanto menos infame: in- fa- me. Algo que jamás consentiría un pueblo serio, dispuesto y decente: por ejemplo el Pueblo Islandés. En Islandia, el pueblo ha hecho dimitir a un gobierno completo, se nacionalizaron los principales bancos, se decidió no pagar la deuda que estos crearon con Gran Bretaña y Holanda a causa de su mala política financiera y se acaba de crear una asamblea popular para reescribir su Constitución. Es decir, el pueblo islandés solidario, valiente y decidido, como ha de ser todo pueblo cuyos ciudadanos no sean unos aborregados peleles, por ejemplo, una buena parte del pueblo español consiguió la dimisión de todo un gobierno en bloque.
-Nacionalizó de la banca.
-Emprendieron un referéndum para que el pueblo decidiera sobre las decisiones económicas trascendentales.
-Sentó a todos los que había de sentar en el banquillo de los acusados. Algunos incluso fueron encarcelados.
Por último redactaron una nueva constitución donde el ciudadano, alma, sangre y sudor de toda constitución, fuera quien decidiera sobre la marcha y no cada cuatro años mediante voto sobre cuestiones de índole nacional. Esto es un Pueblo y no otra cosa. Y es que cuando el pueblo se une dejando de lado intereses personales todo es posible. Incluso los cambios más radicales se pueden conseguir de forma pacífica…Cambios por otro lado necesarios. Comprobado está que dejar en manos de unos pocos el gobierno de toda la humanidad nos lleva a la destrucción, el hambre, la falta de libertad, dignidad. E incluso el innegable derecho a la vida con el cual mercadean los infames déspotas que elegimos para que nos gobiernen…
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