No soy muy partidario de la objeción de conciencia, la verdad es que la contemplaba como una forma de rehuir las responsabilidades sociales que uno tiene como ciudadano. Pero no es extraño que la actual situación de España y de la clase política que la gobierna, haga estragos en las ilusiones de los jóvenes y no tan jóvenes a participar en las elecciones del próximo 20 de noviembre.
La negativa del joven de Elche a participar como vocal en la mesa electoral, no responde en mi opinión, a un acto de rebeldía, sino a una forma de manifestar su descontento frente a un sistema electoral que constriñe la capacidad de elección de los ciudadanos. El voto en blanco, el nulo, o la abstención acaban siendo un reparto entre todos según el número de votos obtenido.
El joven ilicitano decía que "la democracia se hace mediante asambleas y el movimiento 15 M es un ejemplo de ello", demasiado fino hila el objetor. El 15 M tiene su mérito como activismo social, pero dudo mucho que la democracia quede representada en el propio movimiento, ha sido un intento por demostrar las debilidades del sistema y mover los cimientos para un cambio, pero de ahí a poner como ejemplo de democracia al movimiento de los indignados, hay un largo camino.
Pero ejemplos a parte, entiendo la desilusión juvenil por nuestro deficiente sistema electoral, pero a mi también me desilusiona el pago del IRPF sabiendo que es mal gestionado por la clase política, me encienden decisiones judiciales que condenan a un asesino o violador a dos años de cárcel, o situaciones como la que le puede caer a nuestro joven Robin Hood que se enfrenta a pena de cárcel por no desempeñar su función, mientras que por otro lado, la justicia deja concurrir a los presentes comicios a presuntos culpables por delitos de cohecho, malversación de fondos, tráfico de influencias y despilfarro de los fondos públicos.
Ánimo joven amigo y suerte.
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