Hoy seré breve. Sólo faltan 48 horas para la apertura de las urnas, y es momento de hacer balance. Es momento de pensar qué recordamos y qué sensaciones y pensamientos nos han transmitido los políticos ansiosos de votos. ¿Le han convencido a usted de algo? ¿Han cambiado su manera de ver las cosas? Porque esa es la intención de una campaña electoral, ¿no?, convencer al indeciso, animar al militante y engatusar al reticente.
Creame si le digo que conozco a unos cuantos militantes, a muchos indecisos y a otros cuantos reticentes y, creame también cuando le digo que todos ellos siguen igual de atrapados en la compleja y perfecta telaraña que envuelve el sistema político en España. No les han convencido de nada. Muchos se sienten engañados, otros directamente aseguran haber perdido la fe en el sistema.
Eclipsados por Europa, el euro, la prima de riesgo y toda la compleja terminología que estamos ya acostumbrados a escuchar, nuestros políticos no convencen. Únicamente han sido los protagonistas de una campaña apagada, gris y carente de propuestas. Y así lo han reflejado durante la mayoría de las jornadas los medios de comunicación españoles, que han encontrado en Grecia, Italia o Bruselas mayor cantidad y mejor calidad de hechos noticiosos que los que acontecían en nuestro país. Tan sólo el día del debate a dos en Televisión Española y la jornada posterior al mismo se consiguió despertar el interés de aquellos que quisimos saber quién había ganado, como si de un Madrid Barça se tratara.
El sistema político en España destila desencanto, hartazgo y apatía entristeciendo incluso a los más románticos demócratas. Yo soy una de esas románticas y como tal sólo espero que lo irrelevante de estas elecciones se quede en los discursos políticos y no en la participación electoral. Sólo si la participación es alta demostraremos al resto de Europa que los españoles estamos despiertos y muy dispuestos a cambiar la crítica situación en la que nos encontramos y eso, amigo lector, se demostrará con su voto, con el mío y en definitiva, con el de todos.
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