La isla de Menorca es una de las joyas del archipiélago Balear. Sus parques naturales, sus pueblos, su gastronomía o sus playas dan buena cuenta de ello. Una riqueza cultural y ambiental que no solo cumple con el fin de entretener, sino también de revitalizar la mente y el cuerpo del visitante. En este sentido, Menorca cuenta con avales externos que defienden su condición de destino obligatorio. Entre otros, la Unesco denominó la isla Reserva de la Biosfera en 1993.
No obstante, el elevado turismo es probablemente el mejor de sus reconocimientos: solo en julio de 2016, Menorca recibió a 336.000 viajeros, según el Instituto de Estadística Balear (Ibestat). Muchos de ellos llegaron para contemplar una de las fiestas más típicas y hermosas de la isla: la de los caixers y cavallers, jinetes que recorren sobre sus monturas las principales calles y plazas de los municipios insulares.
Dichas celebraciones, repetidas a lo largo del verano, coinciden con las distintas fiestas patronales. Así, acompañar las cabalgatas durante el mes de agosto es la mejor excusa para descubrir el carácter de las localidades y sus gentes. Esto es, trazar un recorrido por la isla, uniendo aquellos puntos donde tenga lugar el espectáculo de los corceles.
Antes de iniciar el trayecto, será necesario disponer de un vehículo apropiado. En este caso, la flexibilidad de horarios y fechas nos lleva a desechar la idea del transporte público. Asimismo, las carreteras menorquinas suelen ser vías rurales de un solo carril, por lo que un automóvil tampoco parece la mejor opción. Con todo, una scooter se antoja una solución eficaz y con la que ahorrar tiempo al aparcar y dinero al repostar. Una de las opciones más atractivas es alquilar una moto en Menorca con Cooltra, bien realizando la reserva en una de sus tiendas en la isla, bien de manera online. Se trata de una empresa que, además, permite incorporar servicios adicionales: un segundo casco, un baúl…
Una vez contemos con nuestra moto, nos dirigiremos al sureste de la isla, donde tienen lugar la mayor parte de celebraciones del mes de agosto. Concretamente, iniciaremos nuestra marcha hacia el municipio de Llucmaçanes para asistir a las fiestas de Sant Gaietà (días 5, 6 y 7). Desde allí, tras ser testigos de unos actos que alternan el jolgorio con momentos religiosos y de recogimiento, conviene dirigirse unos kilómetros hacia el norte.
El siguiente destino será Alaior (fiestas de Sant Llorenç, durante los días 12 y 13). Más allá de la celebración, es recomendable reservar al menos un día para acercarse a la Playa de Son Bou (la más larga de Menorca) o recorrer en kayak la cala en Porter. A continuación, entre los días 19 y 21, volveremos a descender, esta vez a Sant Climent.
Apenas dos jornadas después, viajaremos hacia el norte insular. Allí, en Ferreries, tenemos una cita con las fiestas de Sant Bartomeu. Una celebración que combinar con el baño en cala Galdana. Por último, las huella de los caballos nos harán retornar al sureste para clausurar el mes de agosto con los caixers de Sant Lluís (días 26 y 27).
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