Metámonos directos al “ajo”. Báyern de Múnich clasificado al margen de lo que ocurra esta última jornada de Liga de Campeones. Nápoles y ManCity, tercero y cuarto clasificado respectivamente con un solo punto de diferencia. Ni los italianos ni los ingleses se pueden permitir un último tropiezo si quieren estar entre los 16 mejores equipos de Europa. No obstante, es de buen saber que sólo uno de ellos podrá conseguirlo.
Desafortunadamente para el fútbol español, las quimeras dan la razón escuadra “azzurri” para ocupar este prestigioso lugar en la vigente campaña. Mientras el Manchester City deberá lidiar con el intratable equipo teutón, a los hombres de Mazzarri les bastará con terminar de engullir el último “cachito” de la perita en dulce que se ha convertido el Villarreal en su tercera andadura por la máxima competición continental.
Bajo cero
No. Los números no le dan la razón al Submarino. Más bien se mofan de su realidad. De cinco partidos disputados, 0 puntos y 12 tantos en contra por 2 a favor. Irrisorio. Si careciéramos de estos bagajes, engarzaríamos tales cifras con algún equipo del este del continente el cual un despropósito de carambolas aliñadas con un sutil toque de fortuna le concedieron la oportunidad de entrar por primera vez en su historia en el cuadro de honor de la Champions League.
Discúlpenme. Nos habíamos quedado en la nefasta realidad en la que vive sumido el club amarillo. Para dar fe de ello no hay más que remontarse al postrero partido de competición doméstica donde un colista Rácing de Santander terminó por imponerse a un endeble Villarreal que realizó el peor partido que se recuerda esta temporada con el único matiz de dos disparos a puerta en 90 minutos.
No es de extrañar tras los últimos acaecimientos que la espada de Damocles comience a balancearse sobre la cabeza de Juan Carlos Garrido impelida por los cánticos que, jornada tras jornada, resuenan asiduos y aumentando decibelios entre las paredes del anfiteatro, acompañados por un sinfín de pulgares decaídos. Puede que el Villarreal no se juegue nada en este último envite europeo, pero sí lo haga su entrenador.
¿Apostará Garrido por suplentes?
Esto nos evoca a una encrucijada: si el Villarreal no se juega nada en este encuentro, ¿alineará Garrido a un vasto número de suplentes y canteranos pensando en el primordial partido frente a la Real, o por el contrario, meterá vulgarmente mencionado “toda la carne en el asador” para abandonar el periplo de Champions con la cabeza bien alta tras conseguir una supuesta hazaña imposible? Me refiero, por supuesto, a morir en el intento de una primera y única victoria.
Juzguen si quieren, él tiene la última palabra. Y la plantilla más completa que se recuerda en los últimos meses. La recuperación de efectivos se ha convertido en la única buena noticia que de vez en cuando reposa en la bandeja de entrada a lo largo de la temporada. Tras la reaparición de Cani y Nilmar en el Sardinero, la enfermería amarilla quedará prácticamente vacía (amén de Rossi y Catalá) con la vuelta esta semana a la convocatoria de Gerard Bordás, Cristian Zapata y Javier Camuñas.
Venganzas y primas
Y como la Navidad o la Tomatina, el mundo del fútbol también se ha empapado de esas sensaciones de nerviosismo que afloran cuando una tradición importante nos está llamando a la puerta. Exacto, estamos hablando de primas. El tejado de la Ciudad Deportiva de Miralcamp se ha llenado de piedras procedentes tanto de la Península Adriática como de las Islas Británicas en escasos dos días.
En Nápoles, las malas lenguas aseguran que un puñado de petrodólares procedentes de Inglaterra serían las primeras mercancías que tendrían el lujo y el honor de inaugurar las polvorientas pistas del Aeroport de Castelló con el fin de que el Submarino se dejara la piel (y si es necesario, hasta los huesos) para conseguir sacar algo positivo del encuentro de esta noche.
En contraposición, desde Mánchester aseguran que el Villarreal arrastra “cuentas pendientes” por aquello de los “piques” que desgraciadamente han cobrado protagonismo en el final de los encuentros disputados entre celestes y amarillos con el Kun Agüero en el centro de todas las miradas, por lo que una venganza indirecta dejándole las cosas fáciles al Nápoles sería la estrategia a seguir. Naturalmente, el club castellonense desmiente ambas hipótesis.