Desde que solamente hace un mes Mario Draghi dijo que habría una "pequeña recesión" a finales de 2011 la situación en Europa ha empeorado considerablemente, por lo que no solamente esperamos una nueva rebaja de tipos de interés hasta dejarlos en el 1%, sino que dicha medida, dada la gravedad de la situación económica en Europa, parece insuficiente si tenemos en cuenta que únicamente sirve para dejar los tipos de interés en el mismo punto en que se encontraban a principios de 2011, cuando la situación económica era claramente mejor que la actual.
Actualmente nos enfrentamos al riesgo de crecimiento negativo y una estabilidad financiera puesta en juego por la crisis de deuda. Todo ello con una inflación a la baja que deja de ser un problema para 2012 y 2013, dejando una cómoda situación para rebajas adicionales de tipos. La bajada que previsiblemente veremos mañana, no será por lo tanto la última.
Sin embargo de nada sirve una política monetaria de tipos bajos si dicha financiación no se extiende a toda la economía, algo en lo que la banca tiene un papel que jugar y que sin embargo no puede llevar a cabo por la presión en el sentido de desapalancar el sector, en una tendencia regulatoria por la mejora de la solvencia.
De modo que adicionalmente a las rebajas de tipos de interés y para que éstos se trasladen de manera efectiva a la economía son necesarias otro tipo de medidas que permitan a la banca hacer de cadena de transmisión, por ejemplo, mediante la mejora de la financiación en el largo plazo y la flexibilización de los colaterales y garantías exigidos en sus operaciones con el BCE.
Frente a la ortodoxia del BCE, mañana también celebra reunión el Banco de Inglaterra, que está actuando de manera intensa en apoyo de la economía británica. No hay prácticamente ninguna duda de que terminarán por incrementar la cuantía de sus planes de estímulo cuantitativo, aunque no se espera que en esta reunión se adelanten dichos planes. En octubre se anunció un plan de compra de activos por importe de 75.000 millones de libras durante los siguientes cuatro meses, continuación del plan previo de 200.000 millones de libras para estimular la economía británica.
El BCE puede por lo tanto hacer mucho más que limitarse a rebajar los tipos de interés o comprar deuda periférica en mercado secundario (un ejercicio por otra parte temporal y estéril que solamente representa una oportunidad de venta para los especuladores si no va, junto a otras medidas, acompañado del establecimiento de unos límites cuantitativos en las rentabilidades de los bonos intervenidos), solamente se necesita lograr el anhelado compromiso de la integración fiscal europea para que se venza la resistencia de los países de la órbita alemana a que el BCE pueda tomar el protagonismo que le corresponde en la solución a la actual crisis europea.
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