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Luisa Martín y Alejandro Tous / FOTO: M.G. Expósito
| Valencia. Teatro Principal. Una obra y diez protagonistas. Junto a ellos grandes profesionales ultiman todo tipo de detalles antes del comienzo de la función. Escuchamos voces, risas. Vemos carreras. Faltan minutos para que los actores den un salto en el tiempo y nos trasladen junto a ellos a comienzos del siglo XX. Son la familia Conway y protagonizan el clásico de Priestley El Tiempo y los Conway. Entre todos ellos, dos caras muy conocidas, las de Luisa Martín y Alejandro Tous, sin duda dos actores con mucho peso en la obra. Ella es la Señora Conway y él Allan, el más raro de todos sus hijos. Y entre pinceles, maquillajes y preparativos de última hora, ambos nos revelan los secretos mejor guardados de sus personajes.
¿Qué significa para vosotros ser protagonistas en El Tiempo y los Conway?
Luisa: Es un inmenso placer formar parte de una función tan magnífica. Además el montaje de Juan Carlos Pérez de la Fuente es maravilloso. Con una buena compañía y con un texto magnífico no puedes más que disfrutar.
Alejandro: Además para mí interpretar un personaje principal en esta obra fue toda una sorpresa. No siempre tienes la oportunidad de tener un personaje protagonista, con este guión y este reparto... aprendo y disfruto. Es muy distinto al audiovisual, porque cada día puedes trabajar un poquito el personaje.
¿Qué destacáis de vuestros personajes?
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Luisa Martín / FOTO: M.G. Expósito
| Luisa: La señora Conway es divertida y tiene mala leche, que no mal carácter. Es una mujer dura y difícil pero también alegre. Me divierto muchísimo interpretándola. Me fascina su lado oculto. En el segundo acto se ve una transformación del personaje, dice la verdad de una manera muy desgarradora, pero no la dice del todo, hay determinadas cosas que se guarda para no hacer más daño.
Alejandro: Todo el mundo en la obra dice que mi personaje es extraño, que es raro... Y es complicado darle el punto raro sin ser freaky. Es un hombre que trabaja en Hacienda, que ha ido a la guerra, no se ha casado, vive con su madre... Pero va mucho más allá. Una de las cosas que me empujó a coger el personaje fueron los silencios con los que cuenta. Allan está todo el tiempo en la función y apenas habla. Es muy interesante, un reto. Poder destilar, perfeccionar, trabajar su escucha y su presencia.
¿Qué parte de los Conway hay en vosotros?
Luisa: Yo le he aportado mucho a ella y ella también me ha aportado mucho a mí. Creo que es más lúdica que yo, le encantan las fiestas y en mí esa época ya pasó. También es muy directa, como yo, cuando debe decir algo lo dice.
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Alejandro Tous / FOTO: M.G. Expósito
| Alejandro: En mí siempre hay mucho de mis personajes. Yo pienso que hay que partir de uno mismo para luego distanciarte, porque si creas algo muy distinto a ti crearás una máscara. Interpretar ya no es ponerse una máscara. Además la única forma de ser original es ser tú, porque como tú no hay nadie. Y para ser original tienes que escucharte y a partir de ahí crear el personaje. En 10 años llevo como 50 personajes y tienes que tener ciudado con los gestos, la forma de hablar, para que entre ellos no se parezcan, porque todos eres tú...
La gente por ejemplo recuerda con mucho cariño a Don Álvaro, de Yo Soy Bea, y es algo muy bonito, que te paren por la calle porque te han visto y te siguen y además te llaman Don Álvaro, como en la serie, es fascinante.
¿Ha sido difícil preparar esta obra?
Luisa: Pues es una obra compleja porque además de compartir un gran paralelismo con el momento actual de crisis que vivimos, juega con los saltos en el tiempo en riguroso directo. Es una función que tiene saltos hacia delante de 20 años y hacia atrás de los mismos 20 años. En el mundo audiovisual esto es fácil, pero en el teatro no tanto. Era uno de los handicaps de la función y del montaje, para mi y para todos. Es lo más complicado. En 30 segundos los personajes se echan 20 años encima y con otros 30 segundos se los vuelven a quitar...
¿Cuál es el mensaje de El Tiempo y los Conway?
Luisa: Yo como persona, como actriz y como señora Conway me gustaría transmitir el mensaje de que existe un mundo mejor. Todos necesitamos soñar con que esto es posible. Primero hay que soñar y luego hacer, y esto se plasma muy bien en El Tiempo y los Conway.
Alejandro: El mensaje de Allan es el mensaje del propio autor. Un trocito de texto que cito en la obra y que recoge su esencia.
En la obra se juega con el tiempo, ¿qué significa para vosotros el tiempo?
Luisa: No diré que es mi enemigo, pero sí te diré que me vuelve loca, no me da tiempo a nada.
Alejandro: Para mí el tiempo es necesario, porque todo evoluciona, y lo que no pues va para atrás. A mi el tiempo me hace sentirme mejor, con lo que hago y conmigo mismo, y creo que es muy importante, madurar y que cada día y gracias al paso del tiempo te guste más todo lo que haces.
¿Cómo está siendo la experiencia en Valencia?
Luisa: Pues está siendo distinta. Hemos salido a la calle a promocionar la obra y a tener contacto con el público de una manera muy directa. Las cosas andan mal y el presupuesto es muy ajustado, por lo que los actores debemos volver a los orígenes. Las instituciones ya no pueden promocionar como antes y apenas hay carteles que anuncien nuestro trabajo. Es una pena que muchas personas deseosas de vernos actuar no lo hagan por no saber que estamos en el Principal.
Alejandro: Pero no sólo pasa aquí. Esta claro que cada vez se recorta más, y tenemos que apretarnos el cinturón, pero el teatro no somos sólo los actores, son técnicos, sastres, maquinistas, mucha gente trabaja de esto. Hay todo un entramado que necesita comer y pagar hipotecas. Y no hay que olvidar que a la gente le gusta el teatro. Porque en tiempos de crisis necesitamos divertirnos, siempre ha pasado.
Alejandro, ¿un deseo para 2012?
Seguir luchando, seguir trabajando y superarme día día con nuevos proyectos y nuevos personajes.
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