Christian Lindner, diputado en el Bundestag y hasta ayer
secretario general del FDP, ha dimitido por
sorpresa, provocando así el agravamiento de
una crisis liberal que ya no parece tener solución. Lindner no ha justificado
su dimisión con argumentos, por lo que la prensa alemana está especulando con
posibles razones que le hayan llevado a tomar esa decisión.
La opinión que se abre paso es que Lindner ha visto forzada
su dimisión por el vicecanciller y jefe del partido, Philipp Rösler. De esta
manera, Lindner se haría responsable del fracaso de su partido a la hora de
imponer sus tesis en la cuestión del euro, es decir, el rechazo a que Alemania siguiera
participando en los fondos de rescate.
El Süddeutsche Zeitung, diario de
orientación socialdemócrata, dibuja un panorama sombrío para los liberales,
afirmando que el tiempo del FDP ya pasó: “El último capital de los liberales
era la juventud de sus líderes, y ese capital también lo han apostado y
perdido”. Por su parte, el conservador <i>Frankfurter
Allgemeine Zeitung</i> concluye en un artículo titulado "El nuevo
comienzo que nunca fue" que “no hay
garantías de que las cosas vayan a ir mejor para el FDP”.
El FDP está en caída libre desde que tomó las riendas del
gobierno alemán junto con la CDU de Merkel hace dos años. El rechazo de los
ciudadanos hacia la gestión liberal ha ido en aumento debido a divergencias en cuestiones
como la energía nuclear, los seguros sanitarios, los recortes de impuestos para
la industria hotelera o la adhesión de Turquía a la UE.
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