El hermetismo con el que Mariano Rajoy ha llevado a cabo la estructuración de las pautas que regirán su mandato como presidente del Gobierno por fin han salido a la luz hoy en el debate de investidura de la nueva legislatura.
Entre las medidas principales, en su plan se incluye reducir el déficit en 16.500 millones de euros en 2012 para conseguir a final del próximo año un déficit que ronde el 4,4% del PIB. Esta medida llegará con reformas y recortes, -que desde el Partido Popular se empeñan en llamar reajustes-, en la práctica totalidad de los sectores económicos y sociales de nuestro país.
Pero más allá de las cuestiones económicas que nos afectan a todos, hay dos aspectos fundamentales que han llamado la atención sobre el resto, los referentes a educación y los puentes festivos.
En cuanto a educación Rajoy ha dado la sorpresa con la inclusión de un año más en bachillerato parando de dos a tres años lectivos manteniendo la educación obligatoria hasta los 16 años. Con esta medida se seguirá invirtiendo en una de las generaciones de jóvenes más preparadas de nuestro que acaban, en el mejor de los casos en empleos con contratos irrisorios o en situación de desempleo.
Pero sin duda, lo más llamativo del discurso del debate de investidura del líder de los populares ha sido el anuncio de la supresión de los puentes, macropuentes y hasta acueductos festivos que se creaban en España con la acumulación de días de no producción.
Con esta medida, una de las más polémicas, se pretende trasladar todas las fiestas, salvo las de específico interés remarcado, a los lunes reduciendo el número de días sin trabajo a un máximo de tres (sábado, domingo y lunes), en una medida, exigida desde la patronal CEOE.
Esta disposición genera controversia entre los diversos sectores de la economía española pero sin duda, los que más perjudicados se ven son el sector hostelero y el turístico que habla de pérdidas de miles de euros al eliminar los puentes “largos” en los que la mayoría de los ciudadanos aprovechaba para viajar y hacer turismo enriqueciendo de esta manera el sector de la hostelería.
Con esto, sumado a los “miniempleos” de los que se viene hablando hace recientemente desde el sector empresarial y el Gobierno entrante del Partido Popular sólo nos queda decir adiós “minivacaciones”, hola “minitrabajos”.
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