Tras siete años de ministro y ocho años en la
oposición, el líder del PP, Mariano Rajoy, se ha convertido en el sexto
presidente de la democracia al ser investido ayer
presidente del Gobierno con 187 votos a su favor de su partido, de UPN y
de FAC. "Las cosas van a ser difíciles, pero tengo ganas", ha declarado
tras la votación. De este modo, mientras el 'popular' espera mudarse a
La Moncloa, el presidente del Gobierno saliente, José Luis Rodríguez
Zapatero, se ha despedido del Congreso de los Diputados sin nostalgia y
con "normalidad democrática".
La mayoría absoluta que Rajoy cosechó en las elecciones
generales del pasado 20 de noviembre, las terceras a las que se
presentaba como cartel electoral del PP, han permitido su investidura en
una primera votación. En este trámite, ha estado acompañado por su
mujer, Elvira Fernández, uno de sus hermanos y un primo.
Esta primera votación ha tenido lugar después de casi doce
horas de debate parlamentario con el resto de grupos políticos, a los
que ha pedido que se sumen a la difícil tarea de sacar a España de la
crisis. Tras ello, Rajoy fue investido presidente del Gobierno con 187
votos, los 185 del Grupo Popular y los de los diputados de Unión del
Pueblo Navarro (UPN), Carlos Salvador, y del Foro Ciudadano, Enrique
Álvarez Sostres.
La votación, además, contó con 14 abstenciones: las de los
siete diputados de Amaiur, los cinco del PNV y los dos de Coalición
Canaria-Nueva Canarias. En este sentido, Amaiur ha justificado su
abstención con el argumento de que declinan participar en la elección
del presidente del Gobierno, mientras que el PNV y los nacionalistas
canarios ha optado por abstenerse a la espera de que se concreten los
compromisos de diálogo sobre los temas de sus respectivas comunidades
que ha adquirido Rajoy durante el debate.
El resto de formaciones políticas del arco parlamentario han
votado en contra, tal y como habían adelantado durante las dos jornadas
que ha durado la sesión de investidura. De este modo, han dicho 'no' 149
diputados: 110 del PSOE, 16 de CiU, ocho de Izquierda Unida (IU), dos
de Iniciativa per Catalunya Verds (ICV), uno de la Chunta Aragonesista
(CHA), cinco de Unión, Progreso y Democracia (UPyD), tres de Esquerra
Republicana (ERC), dos el Bloque Nacionalista Galego (BNG), uno de
Compromís-Equo y otra de Geroa Bai.
Tras dar las gracias a todos los partidos con representación
parlamentaria, tanto si le han apoyado como si se han abstenido o han
votado en contra, Rajoy quiso terminar el debate de investidura
expresando sus "mejores deseos" para el presidente saliente, el
socialista José Luis Rodríguez Zapatero.
Asimismo, Rajoy ha explicado ante el Pleno del Congreso que su
actuación al frente del Ejecutivo seguirá el programa del PP, pero
también "escuchará a todos" porque asume que no tiene "el monopolio de
la razón" y que además se puede equivocar. "Vamos a escuchar y hablar
con quien quiera hacerlo. Nadie sobra aquí y cuantos más seamos en la
misma dirección, mejor", aseguró.
Una vez efectuada la investidura, el presidente del Congreso,
Jesús Posada, se ha desplazado en la tarde de este martes al Palacio de
la Zarzuela a informar el Rey del resultado de la votación para que se
proceda al nombramiento de Rajoy como presidente del Gobierno.
Así, el nuevo jefe del Ejecutivo jurará su cargo este
miércoles, una vez que se publique su nombramiento en el Boletín Oficial
del Estado (BOE). Será entonces cuando dé a conocer su Gobierno, cuyos
ministros tomarán posesión este jueves para celebrar su primer Consejo
el viernes.
En declaraciones a los periodistas nada más ser investido
presidente de la Cámara Baja, Rajoy ha señalado que dará a conocer "al
conjunto de la opinión pública" la estructura y los nombres de su
Ejecutivo después de verse con Don Juan Carlos porque "es lo que dice la
Constitución, el ordenamiento jurídico y el sentido común".
Una vez en los pasillos del Congreso, Rajoy ha asegurado
sentirse "contento" tras ser investido, ya que lleva "muchos años
trabajando en defensa de unas ideas" en las que cree y "mucha gente" le
ha "ayudado mucho". "Sé que las cosas no están fáciles, que van a ser
difíciles, pero tengo ganas, tengo ilusión y tengo determinación para
llevar a España adelante", ha afirmado.
El futuro jefe del Ejecutivo ha defendido, además, que es
imprescindible que se impliquen en esta tarea "cuantos más mejor", entre
los que ha incluido no sólo al resto de fuerzas políticas, sino también
a "organizaciones sociales y la gente en general", porque "un gobierno
puede lo que puede" y "no lo puede absolutamente todo". "Cuanto más
personas ayuden y se sumen a este proyecto", ha recalcado, "sin duda
alguna muchísimo mejor para los intereses de todos los españoles".
Después de estas declaraciones y conforme a su práctica
habitual, Rajoy ha abandonado la Cámara Baja por una puerta diferente a
la que utilizan la mayoría de diputados, que da al patio del Congreso y
donde le esperaban numerosas cámaras para captar su salida.
Pero mientras unos vienen, otros se van, como es el caso de
Zapatero. El presidente del Gobierno saliente se ha despedido este
martes del Congreso de los Diputados y de La Moncloa sin nostalgia y con
"normalidad democrática", según ha declarado él mismo a los periodistas
tras la investidura de su sucesor.
Después de asistir al debate de investidura y estrechar la
mano de Rajoy, Zapatero ha abandonado el Hemiciclo una vez finalizada la
votación. En ella no ha podido votar, dado que ya no es diputado, al
igual que otros miembros de su Gobierno como Elena Salgado, Miguel
Sebastián, Ángeles González Sinde, Cristina Garmendia y Ángel Gabilondo.
Cuando se marchaba, Zapatero ha asegurado que lo hacía "con
normalidad democrática" y, al ser preguntado si sufrirá nostalgia de la
Cámara después de 25 años como diputado, ha respondido que no será así,
ya que tiene "asumido" que empieza "una nueva etapa".
Antes de subirse al coche, ha recordado a los periodistas que
los verá de nuevo en el próximo Congreso Federal del PSOE, previsto del
tres al cinco de febrero en Sevilla. Precisamente, Zapatero no ha
acudido este martes al Congreso en su coche oficial de presidente del
Gobierno, sino en el que tendrá ya como expresidente.
Asimismo, este mismo martes Zapatero se mudará a su nuevo
domicilio familiar en Madrid, de manera que La Moncloa no tendrá
inquilino hasta que Rajoy jure o prometa su cargo. Cuando llegue el
momento, a Rajoy le recibirá en Moncloa el director de gabinete de
Presidencia con Zapatero, José Enrique Serrano, diputado en esta
legislatura.
A Serrano, considerado próximo al socialista Alfredo Pérez
Rubalcaba, se le ha podido ver este martes departiendo en el patio del
Congreso con el jefe de gabinete de Rajoy, el también diputado Jorge
Moragas.
A los 56 años, de los que ha dedicado más de 30 a la política,
Rajoy llega a La Moncloa asegurando ser consciente de la enorme
responsabilidad que supone hacer frente al panorama "más que sombrío"
del país y de la "tarea ingrata" que requiere. Pero también con la
certeza de que España tiene "medios, posibilidades y voluntad" para
salir adelante.
A este objetivo promete poner todo su esfuerzo y su
experiencia, que, como a él le gusta recordar, pasa desde la política
municipal -fue concejal y presidente de la Diputación de Pontevedra-, a
la autonómica -como vicepresidente de la Junta de Galicia entre
noviembre de 1986 y septiembre de 1978- y al Gobierno de la nación, ya
que siempre formó parte de los Gabinetes ministeriales de José María
Aznar.
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