Filmin estrena, el próximo 17 de enero, en exclusiva en plataformas digitales, la película "Cuestión de principios", uno de los thrillers del año en Francia. Está dirigida por Antoine Raimbault y protagonizada por el ganador del César Bouli Lanners ("La noche del 12"), quien se pone en la piel del exeuroparlamentario francés José Bové. En el libro "Hold-up à bruxelles, les lobbies au cœur de l'europe" (no editado en España), Bové relata sus experiencias en la Cámara Europea haciendo especial hincapié en la presión que los 'lobbies' y las grandes multinacionales ejercen sobre las decisiones que se toman en Bruselas.
Uno de los capitulos del libro, que es reproducido en esta película, detalla la participación de Bové en el conocido "Dalligate", un caso de tráfico de influencias protagonizado por uno de los comisarios europeos, el titular de Sanidad y Política de Consumo, John Dalli. Tras su dimisión salió a la luz un complot para acabar con su carrera justo cuando se disponía a presentar un texto muy severo sobre los productos del tabaco. José Bové, a pesar de ser su oponente político, se tomó muy en serio la misión de revelar la verdad de este caso propio de una novela de John Le Carré. Como el propio Bové recuerda, "Dalli era alguien a quien me había enfrentado en la cuestión de los OGM y otros temas en los que estábamos en desacuerdo. Pero lo conocía. Había hablado con él. Creía saber quién era. Así que cuando surgió este caso y fue expulsado en media hora, pensé que allí había algo que no cuadraba, algo que no era normal".
Fue Robert Guediguian, coproductor de la película, quien puso en contacto a Bové con el director Antoine Raimbault, quien llevaba tiempo metido en una investigación alrededor de la financiación de las instituciones públicas por intereses privados. "Veía en ello la lucha de la democracia y del estado de derecho frente al creciente poder de los lobbies. Dentro de mis investigaciones, me encontré con el caso Dalli, que condensaba todos estos temas", recuerda Riambault, que define "Cuestión de principios" como "una especie de techno-thriller con personajes que hablan rápido en pasillos y oficinas. Una inmersión en una institución compleja, que tiene sus propios códigos. Y sobre todo, una trama que avanza a través de los diálogos, lo cual siempre es muy complicado y ha constituido un verdadero desafío para mí y mi coguionista Marc Syrigas".
El director bautiza como "thriller de oficinas" el carácter que diferencia su película de otras muestras del género. "Es un thriller, pero nuestros personajes son solo parlamentarios. Un poco torpes, además. No tienen los medios de la policía, ni armas de fuego. No se encuentran con sus fuentes en oscuros aparcamientos, ni son perseguidos por asesinos en las calles de Bruselas. Sus armas son conferencias de prensa, un smartphone que recoge una confesión, una impresora que imprime un correo crucial...", afirma. Junto al citado Lanners, en el reparto, figuras europeas como los franceses Thomas Vandenberghe o Céleste Brunnquell, los portugueses Joaquim de Almeida y María de Medeiros, la noruega Lisa Loven o el islandés Arnmundur Ernst Björnsson, entre otros.
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