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Etiquetas | Fútbol / Liga BBVA

El Sevilla acaricia la gesta (2-1)

Estuvo cerca de remontar una eliminatoria que se le puso muy cuesta arriba con el gol de Soldado
Salvador Nieto
miércoles, 11 de enero de 2012, 23:42 h (CET)

Ficha técnica
Sevilla FC:Javi Varas (1), Cáceres (2), Fazio (1), Spahic (1), Navarro (1), Navas (1), Trochowski (1), Medel (2), Manu (1), Reyes (2) y Negredo (1)

Valencia: Diego Alves (1); Miguel (1), Rami (2), Víctor Ruiz (1), Jordi Alba (1); Banega (2), Albelda (1); Feghouli (1) Jonas (2), Mathieu (2); Soldado (2).

Cambios: En el Sevilla Rakitic (2) por Trochowski, Perotti (0) por Manu, y Kanouté (1) por Navarro; y en el Valencia Parejo (s.c) por Banega, Pablo (s.c) por Feghouli y Tino Costa (1) por Jonas

Goles: 0-1 Soldado (min.67); 1-1 Rakitic (min.70). 2-1 Victor Ruiz (pp) (min 92)

Árbitro:José Antonio Teixeira Vitienes (Comité Cántabro). Amonestó a los visitantes Miguel (m.13), Albelda (m.21), Ramis (m.37), Mathieu (m.54), Feghouli (m.82) y Alba (m.83) y a los locales Fernando Navarro (m.19), Cáceres (m.60) y Medel (m.82).

Incidencias: 25.000 espectadores en el estadio Sánchez Pizjuán. Terreno de juego en buenas condiciones.

Datos destacables
Lo mejor: Casta
El Sevilla cayó de pie en la Copa

Lo peor: nulidad de cara a gool
Incapacidad plena para traducir las ocasiones en gol.

El dato:derbi
El Valencia se encontrará con el vecino pro un puesto en semifinales.
El Sevilla se despidió anoche de la Copa del Rey con una inútil victoria ante el Valencia, fruto una vez más de sus propios errores a lo largo de la eliminatoria entera.

El equipo blanco no parece estar en condiciones de rememorar gestas que aún andan frescas en la memoria de los sevillistas, aunque al menos consiguió mantener viva la llama de la esperanza hasta el último segundo del partido; lo que, dadas las circunstancias a mediados de la segunda parte, es digno de reseñar.

Como también es digno de reseñar el fulgurante comienzo de los nervionenses en la noche de hoy. Revitalizados por el efecto Reyes, que hoy volvía a su hogar después de casi ocho años, los blancos ponían en práctica el ideario que se le debe suponer por categoría futbolística y el que su parroquia le demanda: presión coordinada y adelantada, toque preciso y a los espacios, y profundidad para crear verdadero peligro a la defensa rival y que no sean fuegos de artificio.

El utrerano, el mejor de su equipo esta noche, puso todo lo que tiene para intentar agradar a la desangelada grada sevillista, y fruto de su dinamismo llegaron varias llegadas peligrosas al portal defendido por Alves.

El Valencia, por su parte, aguardaba su momento, sabedor de que contaba con noventa minutos por delante para intentar marcar el gol que pusiera la eliminatoria casi imposible en sevillista. Aún así, jugó con fuego, porque Negredo y, sobre todo, Navas, tuvieron ocasiones clarísimas para haber cambiado el guión del partido.

Sin embargo no fue así, debido a la pertinaz impericia anotadora que asola a los sevillistas; y en el comienzo de la segunda parte el Sevilla lánguido y aguado que lleva sufriendo la afición desde hace demasiado tiempo ya fue poco a poco imponiéndose.

Y a esto contribuyó en gran medida el máximo responsable técnico en la dirección de la nave blanca; léase Marcelino. El entrenador desespera a todos con su incapacidad de pegar un timonazo en algún partido que haga virar el rumbo del mismo, y sólo es capaz de hacer cambios nominales de futbolistas que ya parecen programados de antemano; y encima, tarde.

El poco público presente hoy en el Pizjuán se desesperaba viendo calentar minutos y minutos a Kanouté con el chándal puesto, mientras entraban Rakitic y un inefable Perotti, cuyo estado de forma ya lo lastra hasta niveles inusitados.

De esta manera, no es de extrañar que en una contra valencianista, un pase aparentemente inocuo de Jonas, en el que la defensa sevillista tenía ventaja, habilitara a Soldado para quedarse solo ante Varas y definir con tranquilidad absoluta. Cero a uno y sensación absolutamente familiar en el Pizjuán. Sin embargo, al menos tuvieron los blancos vergüenza torera para no convertir los veinte minutos largos que quedaban en una tortura para su parroquia.

Rakitic empataba el partido a los tres minutos del gol valencianista, y aceleraba el pulso a la afición, que enfilaba camino a la bocana. Los nervionenses, con más corazón que cabeza y el depósito de gasolina en reserva, apretaron lo que pudieron hasta el final del partido, y encendieron la chispa que prendía el milagro en el minuto 92, en el que Victor Ruíz introducía el balón en su meta y ponía la clasificación sevillista a un solo gol.

Gol que cantaron todos los que sienten en sevillista cuando un minuto después Kanouté remataba forzado un pase en diagonal y mandaba el balón a medio metro del poste de Alves. No pudo ser, y el Sevilla se queda en enero sin más batalla que la Liga, donde debe dar un puñetazo en la mesa a la voz de ya si quiere seguir optando a lograr el objetivo.

El Valencia, por su parte, consigue una meritoria clasificación, se venga de la eliminación de hace tres años en este mismo estadio, y se jugará con su vecino el choque ante uno de los dos grandes en semifinales.

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