El Sófbol fue elegido por el programa de televisión "Hermano Mayor" para ayudar a una joven valenciana a solucionar sus problemas de conducta adolescente, provocados por su actitud agresiva, egocéntrica, intolerante e irrespetuosa. Trastornos comportamentales que le han impedido socializarse por la falta de una serie de valores, que finalmente sí ha entendido practicando Sófbol.
Vanessa Gallego, psicóloga experta en comportamiento adolescente, y según su opinión, ha sido un acierto que el equipo de Cuatro escogiera el Sófbol para que la protagonista del programa entendiera que sentirse parte de un grupo, la colaboración, el compañerismo, la cooperatividad, el sentido del esfuerzo, el trabajo individual para el bien del grupo o aprender a ganar y a perder son “objetivos muy importantes que hay que integrar en nuestra personalidad desde el primer momento de la socialización”.
La psicóloga explica que hay que entender la adolescencia como un periodo de grandes cambios, de frustraciones y de búsqueda de la propia identidad, y que una manera de ayudar a resolver estas dificultades es potenciar el trabajo en equipo, y “el Sófbol es un deporte que ayuda a entender e integrar valores como el compañerismo, la lucha, la frustración, el afecto, el esfuerzo, el autocontrol”, y añade que “todos ellos pueden adquirirse a través de este deporte para la correcta evolución de uno mismo”.
Hasta ahora sólo se había hablado de la vertiente deportiva del Sófbol, y de las muchas capacidades y habilidades físicas que desarrollan sus practicantes. Pero ahora, también sabemos que desde el ámbito de la Psicología, el Sófbol tiene un potencial humano, tanto personal como grupal.
Vanessa Gallego explica que las características del Sófbol hacen que sea fácil desarrollar un correcto autocontrol personal, el respeto por el otro, por el equipo, y con las instrucciones bien dadas del entrenador, conseguir objetivos muy satisfactorios. Y añade que ayuda a aprender a manejar el temperamento, y el estrés; a canalizar la agresividad y liberar tensiones porque “hay veces que se gana y otras, no; veces en las que hay que aceptar la frustración y asumir los errores; y veces en las que se disfruta de un trabajo bien hecho”.
Tanto el club Fènix València como Gallego comparten la idea de que incorporarse a un equipo deportivo potencia valores, cuyos beneficios pueden ser aplicados en cualquier ámbito de la vida de las deportistas.
Pese a que el Sófbol es un deporte minoritario en nuestro país, la psicóloga Gallego, al término de la entrevista, no sólo apuesta por esta disciplina deportiva sino que cree que “debería jugar un papel más importante para niños, jóvenes y adultos que quieran desarrollar unos principios sanos y una socialización adecuada”.
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