Caen chuzos de punta entre la prima de riesgo y su horripilante familia y la desesperación o resignación se apodera de mentes y cuerpos, viendo como se nos va condenando a la proletarización. Y todo ante la incapacidad manifiesta de la política -de los políticos mediocres- sobre la economía. La crisis que padecemos y que amenaza con terminar con los derechos pero no con los privilegios, puede arrastrar, en el desconcierto general, las conquistas sociales tan arduamente conseguidas. Las agresiones verbales desde los púlpitos deben ser contestadas sin paliativos. Si sujetos de la jerarquía de cualquier creencia está en su derecho de opinar y como no, impartir doctrina entre sus feligreses, nosotros lo tenemos de opinar sobre los pronunciamientos de hechiceros o de castas sacerdotales de cualquier religión excluyente. Y como creo en el ciudadano, y como tal me considero, no hablo exclusivamente de España, hago extensiva la llamada al mundo que dícese regir por el Estado de Derecho. En nuestro país ni un paso atrás en lo conseguido con sangre, sudor y lágrimas. Y seguir caminando en la construcción de una sociedad de ciudadanos libres, educados en la tolerancia, en el respeto, en la solidaridad.
El colectivo LGTB debe exigir de sus administradores y de sus conciudadanos tolerancia cero hacia cualquier tipo de manifestación homófoba. En estos tiempos en que se pide ejemplaridad en nuestros gobernantes, la visibilidad es una ayuda inestimable en la aceptación e integración, cívica y armónica, de la diferencia por la sociedad. Por lo tanto sería de agradecer un gesto por parte de primeros espadas del PP, partido que en 2012 aún se refugia en el léxico para ocultar su conservadurismo contra el matrimonio igualitario. Un gesto que bien pudiéra traducirse en una salida de sus cómodas. Por descontado en el caso de que dentro del PP hubiese gays, lesbianas o transexuales. Así, fácilmente, ante sus correligionarios defender sin ambigüedades la conquista social del colectivo LGTB. Eso también alejaría al partido conservador de ser señalado como la eterna derecha hipócrita y retro.
Pero ciudadanas y ciudadanos, hay sociedades, países donde la realidad que vive, o mejor dicho malvive el colectivo LGTB merece nuestra atención, ayuda y solidaridad. Escalofriante es constatar que aún son siete, siete los países donde por motivo de orientación sexual aplica a sus súbditos la pena de muerte. Países en los que una persona como yo sería ahorcada, enterrada viva y/o sufriría torturas atroces. En 78 países la homosexualidad es ilegal y en un número desorbitado la homofobia no está penalizada, y en consecuencia los ataques hacia nuestro colectivo quedan repugnantemente inmunes. Los frentes son amplios y no podemos caer en el desánimo. Por eso apelo a la ayuda y solidaridad con los colectivos LGTB que son sometidos a segregación, marginación, persecución y muerte o todos ellos en uno.
Por dignidad, por justicia y por deber. Podemos y debemos terminar con la lacra de la homofobia, cada una, cada uno en la medida de sus posibilidades. Es un compromiso de las sociedades que se dicen civilizadas hacia seres humanos que sufren la barbarie. Los fríos datos estadísticos que arrojan diversos organismos, ONG,s o asociaciones solidarias son palmarias. Y casi todas, como la ILGA (Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersexuales) inciden en destacar un dato estremecedor y alarmante: que la homofobia patrocinada por los Estados sufre un incremento en África. Y cierto es, que son precisamente países con regímenes teocráticos y/o totalitarios, sociedades que dicen tan cerca de Dios, las que más alejadas están de los hombres. Pero, con toda humildad, permitidme una corrección: la ignominia no es exclusiva de Asia o África. No tenemos más que alzar los ojos y mirar más allá del Vístula para comprobarlo. O en su aspecto más grotesco observar el apéndice heleno. Ad portas, y en casa. Ciudadanos, esto es lo que hay. Debemos estar alerta y no bajar la guardia. Nos va la dignidad en ello, nos va la vida. 17 de Mayo, es el Dia Internacional contra la homofobia.
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