| FICHA TÉCNICA | 73 - Real Madrid: Llull (16), Suárez (10), Singler (7), Velickovic (16) y Begic (2) -quinteto titular- Reyes (4), Pocius (0), Carroll (9), Mirotic (-), Tomic (6), Jorge Sanz (-) y Sergio Rodríguez (3).
64 - Caja Laboral: Prigioni (0), San Emeterio (10), Nemanja Bjelica (16), Milko Bjelica (1) y Lampe (3)-quinteto inicial- Pau Ribas (4), Heurtel (0), Van Oostrum (-), Oleson (14), Colbarro (-) y Teletovic (16).
Parciales: 13-20, 18-11, 23-16, 19-17.
Árbitros: Hierrezuelo, García Ortíz y Martínez Díez.
Incidencias: Segundo encuentro correspondiente a la serie de semifinales de los ‘play-off’ de la Liga Endesa, disputado en el Palacio de los Deportes (Madrid) ante 8.262 espectadores. |
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El orgullo nunca abandona al Real Madrid. Hubo momentos
francamente críticos, muy cuesta arriba en estas semifinales, alejándose de sus
manos. Este grupo, sin embargo, ha demostrado tener suficiente carácter como
para superar esos momentos terminales y acabar ganando cuando no hay otras
opciones. No sólo se reivindicó sino que mandó un mensaje a Caja Laboral. No
están muertos. Pueden ganarles en cualquier circunstancia. Lo deberán hacer
ahora en campo contrario, en Vitoria, adonde se marcha esta serie de semifinales.
El orgullo nunca abandona al Real Madrid. Hubo momentos
francamente críticos, muy cuesta arriba en estas semifinales, alejándose de sus
manos. Este grupo, sin embargo, ha demostrado tener suficiente carácter como
para superar esos momentos terminales y acabar ganando cuando no hay otras
opciones. No sólo se reivindicó sino que mandó un mensaje a Caja Laboral. No
están muertos. Pueden ganarles en cualquier circunstancia. Lo deberán hacer
ahora en campo contrario, en Vitoria, adonde se marcha esta serie de
semifinales.
Se plantó en zona de triples, solicitó el balón como si fuera el
último que tocaría en su vida y ejecutó un triple sobresaliente antes de alzar
los brazos al cielo y comprobar como el Palacio de los Deportes entraba en
estasis. El Real Madrid reafirmaba, con esa canasta, sus diez puntos de ventaja
sobre Caja Laboral cuando se alcanzaba el ecuador del último cuarto (65-55). No
sólo eso. El protagonista de la canasta redondeaba así una actuación magnífica
con 16 puntos tras el descanso. No sólo era anotación. Luchó, capturó rebotes,
ayudó, asistió… Estaba disfrutando del baloncesto después de muchas semanas de
amargura. Velickovic está de vuelta. Falta por comprobarse si ha vuelto para
siempre o se trata de un retorno esporádico.
Al balcánico le cuesta adquirir el tono físico, pero cuando lo
adquiere se convierte en una pieza indispensable en este equipo, máxime cuando
Mirotic aún no está recuperado para ayudar (aunque ya se vistiera de corto). Su
actuación fue determinante en el segundo tiempo, especialmente durante el
tercer cuarto, donde anotó diez puntos prácticamente consecutivos, donde sus
acciones encendieron la mecha ganadora del equipo: de un 36-40 se pasó a un
46-40 y se terminó, unos minutos después, en un 54-47. Los méritos no deben
recaer sólo en el balcánico. Sus compañeros estuvieron muy centrados en
defensa, cerrando vías de anotación a Caja Laboral y dominando el rebote. Esto
fue clave. Les permitió correr. Y ya se sabe qué pasa cuando este grupo entra
en combustión: son imparables.
Del miedo a la sonrisa Caja Laboral, poco después de ese triple de Velickovic, comprobó
que debía centrarse en Vitoria, donde contará con el factor ambiente a su
favor. Porque Llull aupó al Real Madrid con 12 arriba (67-55) tras finalizar su
jugada favorita: robo de balón, contragolpe y mate. Llull había descubierto
esas rendijas de la velocidad. Estaba como pez en el agua. Luego, el marcador
se equilibró en cuanto a las distancias, pero el Real Madrid había demostrado
qué sabe encontrar atajos a los problemas que les plantea Ivanovic.
Porque el técnico balcánico hizo lo mismo que en el
primer encuentro: evitar como fuera que el cuadro blanco tuviera velocidad en
su juego. Lo hizo hasta que perdió su superioridad en el rebote y sus hombres
empezaron a no moverse como un conjunto coral, a sobrevivir a base de
individualidades. Y también porque Lampe no fue Lampe. Esto ocurrió en el
tercer cuarto (31-20 en rebotes). No sólo ahí. También durante el primer cuarto.
Dejaron con vida al Real Madrid, muy timorato e indolente en el comienzo, como recordando
acontecimientos tristes del pasado más reciente. El trago fue amargo (13-20),
pero ese orgullo nunca les abandona. Se reivindicaron con una gran segunda
parte. Lo mismo hizo Velickovic.
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