El Levante UD continúa con sus buenas sensaciones en su retorno a la Primera División y se aupó a los puestos europeos de LaLiga Santander tras batir a la Real Sociedad por un claro 3-0, mientras que el Villarreal vio frenado su buen momento ante el Espanyol (0-0) y el Celta no pudo pasar tampoco del empate (1-1) ante el Getafe, en los partidos que completaban este jueves la quinta jornada liguera.
En el Ciutat de València, el Levante volvió a demostrar que tiene las ideas muy claras y goleó a una Real Sociedad discreta y que no pudo levantar el vuelo ni recuperar nada tras perder el pasado domingo en Anoeta ante el Real Madrid, sumando su segunda derrota seguida.
Los de Juan Ramón López Muñiz se situaron quintos en la clasificación y dentro de ese grupo de equipos invictos que forman el FC Barcelona, el Sevilla, el Atlético de Madrid y el Valencia, y lo hizo con otra muestra de solidez ante un rival que como le pasase al Real Madrid no fue capaz de superar su buen orden defensivo y donde sus rotaciones no funcionaron.
Además, el conjunto 'granota' encontró cierta dosis de fortuna en una primera parte donde llevó el dominio gracias a un gran gol de Chema. El central cazó acrobáticamente desde el borde del área una volea ante la que nada pudo hacer Rulli para hacer el 1-0 en el minuto 44.
En la reanudación, el Levante salió mejor, pero poco a poco la Real Sociedad fue apretando, aunque sin inquietar realmente la portería de Raúl Fernández. El equipo valenciano, cuando más agobiado se empezaba a encontrar, halló una 'contra' y Odriozola, de inicio en el banquillo, derribó en el área en su ímpetu a Morales.
El centrocampista no falló la pena máxima y sentenció la victoria 'granota' ante los de Eusebio Sacristán, aunque no fue el último gol de una noche redonda. Una falta que costó la segunda amarilla y la expulsión de Diego Llorente la ejecutó a la perfección el macedonio Enis Bardhi para firmar una dolorosa goleada.
VILLARREAL Y ESPANYOL NO ENCUENTRAN EL GOL, EL CELTA PAGA UN DESPISTE En el Estadio de la Cerámica, Villareal y Espanyol empataron sin goles en un partido con numerosas ocasiones en ambos bandos durante los primeros 45 minutos y mucha intensidad en la segunda parte, y que deja a los de Fran Escribá en la octava posición de la tabla y a los de Quique Sánchez Flores solo un punto por encima del descenso.
Tras el pésimo arranque de campaña, el Villareal llegaba lanzado al encuentro tras dos contundentes victorias en los dos últimos partidos ante Betis y Alavés. El Espanyol, por su parte, venía también de derrotar al Celta en la última jornada, y prometía un duelo emocionante entre dos delanteras atractivas, pero sin 'pólvora' en esta ocasión.
El duelo arrancó con los visitantes sorprendiendo al 'Submarino amarillo'. El equipo catalán salió en tromba, con dos buenas ocasiones en los primeros diez minutos, pero primero Leo Baptistao y después Pablo Piatti erraron sus remates.
Pasado el arreón inicial de los 'pericos', el Villareal se fue haciendo poco a poco con el control del partido, en gran medida gracias a un eléctrico Samu Castillejo, que reclamó un posible penalti en el minuto diez. Sin embargo, el Espanyol volvió a avisar con un remate del central Mario Hermoso a la salida de un córner que paró Mariano Barbosa de manera magistral. Manu Trigueros desde fuera del área y nuevamente Samu Castillejo al borde del descanso pudieron adelantar a los de Fran Escribá, pero el partido se marchó intermedio con el mismo resultado con el que empezó.
Aunque los locales mantuvieron el control del choque en su reanudación, la segunda parte tuvo más intensidad que fútbol, y las ocasiones de la primera mitad brillaron por su ausencia. Según avanzaron los minutos, el Espanyol se convenció de que el empate era un buen resultado, mientras que el Villareal se lanzó a por la victoria con más corazón que eficacia.
Finalmente, en Balaídos, el Celta continúa sin arrancar y sólo pudo sumar un punto ante su público tras empatar a un gol ante un Getafe de nuevo sólido y que supo sacar partido a un despiste defensivo para llevarse un punto que compensa en parte la derrota del pasado sábado ante el FC Barcelona.
El conjunto de Juan Carlos Unzué sigue de cerca en los puestos de descenso después de no firmar un buen encuentro ante el recién ascendido ante el que la mejor noticia fue Maxi Gómez. El delantero uruguayo, a la espera que despierte el olfato goleador de Iago Aspas, volvió a aparecer para hacer el 1-0 en el minuto 25.
El Getafe, que notó la ausencia del lesionado Shibasaki, no se descompuso y aunque no atosigó en demasía la portería de Sergio Álvarez fue despertando poco a poco en la segunda mitad. Emre Mor fue la solución de Unzué para intentar buscar el 2-0 que sentenciase, pero el turco, pese a sus ganas, no mejoró el aspecto ofensivo y al final los visitantes lograron el empate. En el minuto 86, Álvaro Jiménez envió un pase al área y la pasividad de la zaga celeste permitió que Ángel Rodríguez hiciese el 1-1 y mantuviese a los de Pepe Bordalás invictos a domicilio.
La gabarra "Athletic" está feliz, puesto que por fin verá finalizada su inactividad de tanto tiempo. Todo ello porque los bilbaínos pusieron fin a su maldición de cuarenta años sin ser campeones de la Copa del Rey, con seis finales perdidas, cinco en los últimos 15 años. El equipo de Valverde debió esperar a la tanda de penaltis para vencer a un combativo Mallorca y alcanzar la gloria, pero esta Copa, "su" Copa más deseada, por fin podrá lucirla ante su gente por la ría de Bilbao.
Una Copa para el Madrid, la 20ª de su historia; una Copa para Rodrygo Goes, MVP y autor de los dos goles que vuelven a dar el título copero a los blancos, nueve años después de aquel recordado triunfo en Mestalla frente al Barça. Y, a la vez, un subcampeonato, el segundo de su historia, con honores de campeón para Osasuna.
El Real Betis Balompié es el campeón de la Copa del Rey. El equipo verdiblanco, en su ciudad, delante de su gente que lo sigue sin rechistar, ha salido victorioso por tercera vez después de una nueva final épica, como todas las que disputa, y en la que un rival tan sumamente digno como el Valencia y que ha merecido la Copa tanto como él solo ha claudicado en la cruel tanda de penaltis.