| FICHA TÉCNICA | 76- Real Madrid: Llull (7), Suárez (0), Singler (2), Velickovic (15) y Tomic (0) -quinteto titular- Reyes (10), Pocius (8), Carroll (11), Mirotic (10), Begic (2), Jorge Sanz (-) y Sergio Rodríguez (9).
69 - Caja Laboral: Prigioni (8), Teletovic (14), Nemanja Bjelica (2), Nocioni (9) y Lampe (10)-quinteto inicial- Pau Ribas (2), Heurtel (2), Van Oostrum (-), Oleson (12), Milko Bjelica (6), Colbarro (-) y San Emeterio (4).
Parciales: 14-24, 23-13, 16-14, 23-18.
Árbitros: Arteaga, Hierrezuelo y Conde.
Incidencias: Quinto encuentro correspondiente a la serie de semifinales de los ‘play-off’ de la Liga Endesa, disputado en el Palacio de los Deportes (Madrid) ante 13.109 espectadores. |
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La Liga Endesa está de enhorabuena. Ya cuenta con sus dos mejores
finalistas: Barcelona y Real Madrid. El vigente campeón de Liga contra su mayor
adversario histórico, el club con mayores entorchados en competición doméstica
(30), el actual campeón de Copa del Rey. Hacía cuatro temporadas que ambos
conjuntos no se citaban a estas alturas de temporada. Aquella ocasión coronó al
Real Madrid; desde entonces, agua. Los azulgranas vivirán su sexta presencia
consecutiva en una final de Liga Endesa. Llegan momentos para disfrutar del
baloncesto.
El Barcelona, tras sellar su serie en Valencia, esperaba
pacientemente a conocer el nombre de su desafiante. Será el Real Madrid. El cuadro madridista se impuso a Caja Laboral en
el colofón a una apasionante serie de semifinales. Hubo de todo, desde
magníficos momentos de baloncesto hasta esas necesarias dosis de emoción, y sin
olvidarse de esos roces a consecuencias de determinadas decisiones arbitrales. El
Real Madrid, por consiguiente, regresa a una final, algo que no vivía desde el
curso 2006-2007. Eran tiempos de Joan Plaza. Eran tiempos, como serán ahora, de
enfrentarse al Barcelona. Vuelven aquellos tiempos ya prehistóricos de hacer un
doblete. A la Copa del Rey ganada en febrero de este 2012, podría sumarse el
título de Liga. Es decir, 19 años después… está a tres victorias de un
histórico doblete.
Los encuentros tan ajustados suelen decantarse en pequeños
detalles. Lo marcan acciones no pensadas en las tácticas. Son jugadas a cargo
de héroes, de esos jugadores que serán recordadas dentro de unos cuantos
cursos. Este honor recayó en Sergio Rodríguez y en Jaycee Carroll. El primero
porque ejerció sobresalientemente como maestro de ceremonias, amén de mostrar
su buena puntería desde el exterior; el escolta estadounidense surgió en el
momento oportuno para exhibir su especialidad en el triple. Ambos acabaron con
un notable Caja Laboral. A falta de menos de cinco minutos, sus pases y
anotaciones encumbraron al Real Madrid. Se pasó de un apretado 59-59 a un
71-63. Madrid había recuperado el baloncesto. Y un hombre, además de contribuir a la causa y ser gran pareja de un notable Mirotic en zona, había hecho historia: Reyes (12 puntos y 9 rebotes) superó a Sabonis como máximo reboteador en unos 'play-off'
La serie donde sonrió el Real Madrid fue para enmarcar, puesto que ambos conjuntos
agotaron todos sus recursos y energías en búsqueda del triunfo. Éste recayó
en el Real Madrid. Lo hizo porque mostraron su orgullo en los momentos más
determinantes y encontraron cómo jugar y sobrevivir a toda la tensión que rodeó
a esta eliminatoria. Un cruce que se resolvió en apenas cinco minutos. Hasta
entonces, una auténtica batalla de poder a poder, donde nadie se dio por
vencido antes de tiempo. A ese cuarto final, a esos momentos de héroes, se
llegó tras un tercer cuarto altamente ajustado. Nadie deseaba despeñarse. Y
eso que el Real Madrid salió dormido de vestuarios (39-44), pero Caja Laboral
tampoco apretó el acelerador. En parte porque, nuevamente, Velickovic (otra actuación estelar) se encargó de resucitar a los suyos anotando 8 puntos casi consecutivos. Fue también un cuarto para el público. Ellos
también jugaron su partido: presionaron a los árbitros, disfrutaron con los
suyos e intimidaron a los vitorianos.
Un cuarto para cada uno Porque después de ocho meses de competición y cuatro enfrentamientos, nada
se decidió en los primeros veinte minutos. Al descanso se llegó con máxima
igualdad (37-37). La emoción estaba sintiéndose importante en esto del
baloncesto. Lo estaba siendo porque sobre el parqué estaban dos auténticos
campeones. Dos grupos con verdaderos ejecutores. Se demostró durante el primer
cuarto, cuando el Caja Laboral hizo lo que debe hacerse cuando el factor
ambiente está en contra: aplacarlo a base de puntos. Lo hizo, además, mostrando
estrellas. Teletovic y Nocioni acabaron con 11 y 7 puntos, respectivamente.
Oleson, en un visto y no visto, sumó otros 6. Consecuencia: de una ventaja
testimonial de 5 puntos al ecuador del cuarto se pasó a los 10 puntos
psicológicos (14-24). Ni siquiera Velickovic (7 puntos) evitó esto. El Real
Madrid, sencillamente, no defendía y estaba alterado en ataque.
Corría, por consiguiente, el peligro de irse del encuentro a las
primeras de cambio. No lo hizo. Ese orgullo siempre está presente. Renacieron.
Lo hicieron con un impresionante arranque de segundo cuarto, con un contundente
parcial de 11-2. No se debió a ninguna fórmula mágica elaborada desde el
banquillo. Fue suficiente con ajustarse en las marcas defensivas, ser más
solidarios en las ayudas, secar a las estrellas baskonistas (Teletovic, Nocioni
y Oleson no volvieron a sumar) y moverse con más agilidad en ataque. A esto
último contribuyó el jugar sin un referente en zona. Todo lo contrario que en
la dirección. Sergio Rodríguez -con un pase NBA a Mirotic- alteró también esos
biorritmos del encuentro. Remató su faena en esos cinco minutos mágicos en compañía de Carroll. Por entonces este Real Madrid era ya otro Real Madrid. Era un Real Madrid con instinto asesino. Era un Real Madrid con
sabor a final.
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