La Real Sociedad no ha podido completar la remontada ante el RCD Espanyol (1-1) y alarga su mala racha en Anoeta, donde lleva sin ganar cuatro jornadas, mientras que el Girona sumó una importante victoria en Riazor tras imponerse al RC Deportivo de la Coruña (1-2) en el cierre de la novena jornada liguera.
Los pupilos de Eusebio Sacristán se hicieron los dueños del balón desde el inicio. Un dominio que no terminaba de traducirse en ocasiones claras de gol ante un Espanyol muy bien plantado y que ejercía una presión asfixiante en la salida del balón 'txuri-urdin'. Fruto de esta intensidad tan adelantada, los de Quique Sánchez Flores se adelantaron en la primera jugada trenzada que fabricaban. Leo Baptistao empujó a la red a los diez minutos un gran centro de José Manuel Jurado desde la derecha tras aprovechar la mala salida de Gerónimo Rulli.
La Real reaccionó y, de la mano de un sensacional Miker Oyarzábal, se volcó sobre la portería de Pau López. El canterano dispuso de las mejores ocasiones para adelantar a los suyos. En primer lugar, puso un exquisito centro a la cabeza de Carlos Vela, que el mexicano se topó con la defensa enpanyolista bajo palos. A continuación, con dos disparos, uno en la primera parte y otro en la segunda, que se encontraron con el portero perico, que estuvo muy seguro y no dio ninguna opción a los realistas en sus intervenciones.
La salida de Adnan Janujaz ya en la segunda mitad le dio aire fresco a los 'txuri-urdin', que continuaron el asedio sobre la meta del Espanyol. Precisamente, una jugada individual del belga por banda izquierda, en la que se fue de dos contrarios, acabó en el tanto del empate obra de Illarramendi a los 70 minutos. Tras el gol, el encuentro se niveló en el centro del campo y no hubo apenas ocasiones de peligro, aunque la Real lo intentó más en la creación aunque sin éxito para evitar lo que finalmente fue la cuarta jornada consecutiva sin ganar en Anoeta en un encuentro que acabó con la expulsión de Illarramendi por doble amarilla.
En el segundo duelo de la jornada de este lunes en Riazor, Deportivo y Girona firmaron un primer tiempo marcado por la igualdad en posesión y ocasiones. Aunque los de Pablo Machín golpearon primero a los 25 minutos tras un penalti cometido por Raúl ALbentosa sobre Kayode, que fue muy protestado por los jugadores de Pepe Mel. Aday Benítez cruzó el balón al meta Francis Uzoho y adelantó a los suyos en Riazor.
Los deportivistas dieron un paso adelante en juego y nada más comenzar la segunda parte se encontraron con el premio del gol en un nuevo penalti. Jonas Ramalho agarró ligeramente a Lucas Pérez y el árbitro señaló el segundo lanzamiento desde once metros de la noche. El propio Lucas Pérez se encargó de transformar la pena máxima y dar el empate a los suyos. Los de Pepe Mel continuaron dominando y apretando sobre la portería de Bono, que repelió un tiro de Adrián en la primera tocaba el delantero.
A falta de 20 minutos, Portu asestó el golpe definitivo a los coruñeses tras aprovechar un genial asistencia de Kyode con la cabeza. El Depor no pudo levantarse de ese segundo e intentó la igualada a la desesperada y sin éxito.
La gabarra "Athletic" está feliz, puesto que por fin verá finalizada su inactividad de tanto tiempo. Todo ello porque los bilbaínos pusieron fin a su maldición de cuarenta años sin ser campeones de la Copa del Rey, con seis finales perdidas, cinco en los últimos 15 años. El equipo de Valverde debió esperar a la tanda de penaltis para vencer a un combativo Mallorca y alcanzar la gloria, pero esta Copa, "su" Copa más deseada, por fin podrá lucirla ante su gente por la ría de Bilbao.
Una Copa para el Madrid, la 20ª de su historia; una Copa para Rodrygo Goes, MVP y autor de los dos goles que vuelven a dar el título copero a los blancos, nueve años después de aquel recordado triunfo en Mestalla frente al Barça. Y, a la vez, un subcampeonato, el segundo de su historia, con honores de campeón para Osasuna.
El Real Betis Balompié es el campeón de la Copa del Rey. El equipo verdiblanco, en su ciudad, delante de su gente que lo sigue sin rechistar, ha salido victorioso por tercera vez después de una nueva final épica, como todas las que disputa, y en la que un rival tan sumamente digno como el Valencia y que ha merecido la Copa tanto como él solo ha claudicado en la cruel tanda de penaltis.