José Luis Izquierdo, más conocido por su nombre artístico de Mago More, podría considerarse como un auténtico polímata por la cantidad de disciplinas que domina.
Mago, empresario, formador, articulista, prologuista, presentador de eventos, guionista, actor, conferenciante, monologuista y colaborador habitual en Onda Cero.
Autor del libro “Superpoderes del éxito para gente normal”, al que prefiere calificarlo de autogestión y donde reivindica la importancia de la fuerza de voluntad.
Antes de comenzar con la entrevista, me gustaría felicitarlo, por la valentía que demostró al apostar por sus sueños, en contra de la opinión de aquellos que querían para usted, un “futuro mejor”.
José Luis, cuenta que cuando llegó a Madrid desde su Ávila natal, para estudiar Ingeniería Superior de Informática, uno de los primeros lugares que visitó en la capital fue una tienda de magia y quedó poco menos que hechizado con lo que allí vio ¿Qué fue lo que le causó tal efecto? ¿Previamente había coqueteado con la magia?
Pues mira … tenía un profesor que se llama D. Gregorio que nos hacía magia en clase y hace relativamente poco tiempo, quedé con él y le confesé que había sido una de las personas que me había cambiado la vida al hacer que yo comenzase a interesarme por la magia.
La magia me parecía fascinante y en la biblioteca de Ávila encontré un tesoro “El Gran libro de la magia para el aficionado y profesional” de Patrick Page. Cada vez que iba a la biblioteca y veía los secretos de los magos, me volvía loco, hasta tal punto que llegué a esconder el libro entre otros libros, para que nadie más lo pudiese coger.
En ese libro se presentaban artilugios que era imposible encontrar en Ávila y cuando llegué a Madrid, lo primero que hice fue coger las páginas amarillas (por aquella época no existía Internet), localizar una tienda de magia y allí que fui.
Al llegar a la tienda, me encontré con todo el material del que hablaba este señor en el libro y empecé a comprar cosas. Encarnita que era la dueña de esta tienda, muy famosa entre los magos, me dijo que había un club de magia y a partir de ahí entré en la Asociación Española de Ilusionismo, donde empecé a tener contacto con magos, entre otros Tamariz, lo que supuso para mí un cambio importante en mi vida.
Coincidiendo con la salida al mercado de “Superpoderes del éxito para gente normal”, puede presumir del lanzamiento del mismo a la estratosfera. ¿Cómo recuerda esa experiencia? Y ¿Cuál fue el motivo de trasladarse a la localidad alcarreña de Budia, para tal fin?
Desde el principio, quería hacer cosas distintas con el libro. Por una parte, ofreciendo algo más al lector, de ahí que incluyésemos una serie de videos en realidad aumentada.
Nos fuimos a Budia principalmente porque lanzar un cohete o una sonda estratosférica al espacio no es tan fácil. Hay que pedir espacio aéreo a AENA y no lo puedes lanzar desde cualquier sitio y Budia era uno de los lugares elegidos. Lo hicimos desde allí porque a pesar de que el objeto lanzado se mueve con el viento, AENA tiene la certeza de que no pasará en ese momento un avión con el que poder colisionar.
Además, Budia es un pueblo bien bonito y tan a gusto que estuvimos por allí.
Otro de los motivos de lanzar el cohete, fue porque tengo una empresa en la que nos dedicamos a lanzar productos al espacio y grabamos en un vídeo la cobertura la Tierra y es muy chulo, entonces por qué no íbamos a hacerlo con algo nuestro.
La verdad, causó bastante impacto el libro en la estratosfera y fue un buen presagio porque las ventas son estratosféricas. Va por la decimotercera edición y está teniendo una repercusión bestial. Por poner un ejemplo, en España ha superado en ventas durante dos meses, incluso de “Patria” de Aramburu, en Amazon.
Leyendo su libro se puede observar que es un afanado lector y que tiene verdadera devoción por los hermanos Cheap y Dan Heath, divulgadores en gestión del cambio y la toma de decisiones ¿Cómo se sintió cuando le ofrecieron prologar su libro “Decídete”? ¿A la hora de tomar decisiones, sigue algún proceso especial para tratar de que éstas sean las correctas?
Te cuento… Lo del prólogo fue un poco de casualidad. Estaba con Roger Domingo, mi editor y un día estábamos hablando sobre los autores que nos gustaban a ambos.
Personalmente me encantan una serie de autores estadounidenses como Dan Ariely, Malcolm Gladwell, Seth Godin o los propios Hermanos Heath, principalmente porque escriben con muchísimas referencias y tienen muchos estudios detrás que abalan todo lo que dicen, que es un poco la idea que yo quería conseguir con mi libro.
Como te digo, a mí los Heath me apasionan y ese día con Roger, me comentó que iba a publicar en español un libro de ellos, sobre toma de decisiones y me invitó a escribir el prólogo. Imagínate, yo que soy super fan de ellos, que venden millones de libros en Estados Unidos, para mí prologar su libro en castellano fue un auténtico regalo.
Respecto a la toma de decisiones, toda la vida me he basado en la razón y he cometido muchos errores. Un día leyendo el libro de Malcolm Gladwell “Decídete”, me di cuenta de que debemos dejarnos llevar más por la intuición. A veces no sabes por qué, te dejas llevar por la razón, cuando la intuición te avisa mucho más rápido. Si te das cuenta, tenemos dos cerebros el emocional y el racional y siempre elegimos emocionalmente, para después justificar racionalmente.
Y a veces tomemos decisiones racionales, pero el instinto nos está diciendo que no deberíamos tomarlas, pero nos dejamos llevar por las circunstancias, o porque ya lo hemos planificado así y no nos parece adecuado echarnos atrás.
Últimamente me fio bastante más por la intuición, porque creo que aciertas más. Está muy bien analizar racionalmente todo, pero si tu estómago te dice que no lo hagas, hazle caso.
En uno de los pasajes del libro, nos habla de las estrategias que determinadas empresas ponen en marcha para sabotear nuestro pensamiento racional, favoreciendo la compra compulsiva. Para evitar caer en la tentación consumista, y más en las próximas fechas navideñas ¿Podría darnos algunos consejos para no bajar la guardia?
Te voy a dar el mejor consejo que yo utilizo, que es reprimir el primer impulso de compra.
Todo está hecho para que compremos con un clic, como el famoso “One Clic” de Amazon. Tú lo ves y tu elefante, como digo en el libro, lo quiere y lo quiere ya, y tu misión como jinete es sujetar al elefante.
Si te ofrecen algo que te gusta, es necesario imponerte la frase “Me lo pienso” como un hábito. De este modo al día siguiente, ya en frio, la mayoría de las veces (En mi caso en el 90 %) ni te vas a volver a acordar de que querías compras algo.
Por eso, siempre la estrategia en los supermercados es poner en primera línea de caja una serie de productos “de picar” como chicles o chuches, porque es tan corta la distancia desde que lo ves en la línea de caja y lo pones en la cinta, que no te da tiempo a decirte “Me lo pienso” y ya lo estás pagando.
A Abraham Lincoln se atribuye el dicho “Si tuviese 8 horas para cortar un árbol… emplearía 6 para afilar el hacha”, dándole más importancia a la preparación que a la propia ejecución de una tarea. José Luis, ¿Cuál es su particular lima para afilar el hacha? ¿Afila su hacha con regularidad, sin esperar a que la parte cortante del hacha esté roma?
Como informático de la Politécnica, a mí esto me lo metieron en el ADN cuando estudiaba. Si un profesor nos mandaba hacer un programa en el lenguaje que fuese, con el fin de ejecutar cierta tarea, lo hacía y el profesor, por ejemplo, me lo evaluaba con un 5. Entonces, le pedía explicaciones de por qué me ponía una nota tan baja, si el programa hacía lo que nos había pedido que hiciese y siempre alegaba que se podía hacer de una manera más eficiente. Esa respuesta me la dieron muchos profesores sobre todo en temas de programación hasta que aprendí que no solo era cuestión de hacer las cosas bien, si no que además había que optimizarlas.
Y ahora, siempre me hago esta pregunta ¿Se puede hacer de una manera más eficiente?
Otro error que suele cometer la gente es que no sabe delegar, porque delegar exige perder tiempo al principio para ganarlo después. Digamos que afilar el hacha es delegar en uno mismo, es decir primero pierdo el tiempo en mí mismo, pero luego lo voy ganando.
Yo estoy todo el día afilando el hacha, creo que es un error absoluto estar cortando árboles continuamente y me desespera cuando alguien para ejecutar una tarea emplea 1 hora, cuando podía hacerla en 5 minutos.
El mal endémico que tenemos es que no solemos leernos las instrucciones. Te diría como dato, que solo aprovechamos el 5% del potencial que nos ofrecen las herramientas de Office (PowerPoint, Word, Excel…), lo cual es un drama pues las usamos a diario y con poco más que aprendamos de ellas, nos permitiría optimizar nuestro tiempo. Aunque a priori parezca que es mínimo el tiempo que ahorramos, a la larga supone mucho, debido a las tareas repetitivas que realizamos.
Luego la gente se queja de estar muy estresada, pero nadie se plantean la siguiente pregunta, ¿Puedo rebajar mi estrés haciendo mejor las cosas?
Para mí eso que acabas de decir es uno de los puntos clave. A mi hijo Dani, que tiene 16 años, siempre me gusta decirle cosas que he aprendido para que le sirvan a él y recientemente le comentaba que una de las cosas más importantes que he aprendido es a afilar el hacha, le dije la frase y le expliqué el por qué.
En su opinión, ¿Cree que nos han educado, en la falsa “seguridad”, cuando la propia vida es incierta?, ¿Cómo podemos erradicar creencias del tipo “¿Más vale … que …”, que lo único que hacen es anclarnos en el conformismo?
Creo que vivimos en un país absolutamente conformista y funcionarial. Siempre nos han educado en la creencia de colócate bien y para toda la vida.
En un futuro próximo, gracias a que la tecnología avanza tan rápidamente, lo que se avecina es incertidumbre absoluta, por eso creo que hay que estar moviéndose continuamente en ese proceso de cambio.
A mi hijo Dani, le he dicho que estudie lo que le dé la gana, pero que una de las cosas que quiero que aprenda es que hay que estar todo el rato cambiando.
Creo que eso de “más vale pájaro en mano que ciento volando” es un refrán completamente erróneo, igual que ese otro que dice “Aprendiz de mucho, maestro de nada” porque hay que estar todo el rato aprendiendo cosas de un montón de disciplinas.
José Luis, como estudiante de Ingeniería Informática que fue, ¿No cree que a los estudiantes de disciplinas científicas se les debería dotar también de “una mochila de Humanidades”, con el fin de ser mejor profesionales más completos? En su caso, ¿Cuándo y sobre todo por qué, su interés por reforzar estas otras habilidades?
Estoy totalmente de acuerdo contigo. Es cierto que deberían entrenarnos en una serie de habilidades como filosofía, psicología, inteligencia emocional o las llamadas “Soft Skills” para saber relacionarse, aprender a negociar o trabajar en equipo, porque al salir al mercado laboral harás buenos circuitos, o sabrás mucho algebra, no obstante, no sabes cómo enfrentarse al mundo real.
El otro día estuve visitando Google y comentaron que para ellos es más importante saber programar, que saber idiomas y estoy muy de acuerdo con ellos porque la programación al final te vertebra el pensamiento de una manera distinta y la considero una asignatura muy importante, con independencia de si estudias letras.
La formación debería ser más integral y lo que hacen es especializarnos. Salvador de Madariaga recoge el peligro de la especialización en la siguiente frase “Un experto es alguien que sabe cada vez más sobre cada vez menos, hasta llegar a conocer todo sobre nada”, con la que estoy muy de acuerdo. Nos especializan tanto, que se nos olvida mirar el mundo de manera más amplia.
Me ha gustado leer mucho desde siempre. Me gustan mucho los experimentos sociales y prácticamente todo de lo que hablo en el libro. Creo que lo que nunca hay que perder es la capacidad de aprender y de empaparse de todo lo que te viene, porque conozco a mucha gente que estudió una cosa y se dedica a otra muy distinta.
En mi caso, tengo la ventaja tener las dos partes del cerebro bien desarrolladas. Por una parte, como ingeniero me gustan y disfruto mucho de las matemáticas y la programación, pero además también me gustan mucho todo lo relacionado con las artes, el humor, el teatro y considero que ninguna es más importante que la otra.
En su perfil de Twitter se define como Knowmad (Nómada del conocimiento). Para sobrevivir laboralmente en entornos tan cambiantes como el actual ¿Qué mentalidad adoptan los Knowmads?
El movimiento Knowmad es totalmente altruista. En España y bajo el lema “Porque el mundo está cambiando rápido, muy rápido”, pertenecemos a él aproximadamente 200 personas y los requisitos necesarios son los siguientes: Tiene que ser alguien solidario, que destaque a nivel empresarial o artístico y que además haga deporte. Pero en general gente que quiera cambiar el mundo.
Por ejemplo, un Knowmad es José Manuel, de Palma de Mallorca, que ha hecho la hazaña de participar en 30 Ironman (4 km nadando, 180 Km en bici y un maratón) durante 30 días seguidos ¿Por qué lo hace? Para recaudar fondos para escuelas en Guatemala. ¿Qué hacemos los demás? Le echamos una mano.
El montañero Alex Txikon también es Knowmad y ha intentado subir al Everest, en invierno, sin oxígeno y por la cara más difícil.
Un par de veces al año nos solemos reunir, damos charlas y contamos un poco nuestra experiencia. Este año vino María Blasco, la directora del CNIO (Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas) para hablarnos sobre el trabajo que desarrollan en el centro. Son reuniones muy interesantes y poco a poco vamos incorporando a gente, que digamos bebe de esta filosofía.
Con respecto a la mentalidad que debe caracterizar a alguien Knowmad, destacaría que, debe estar muy abierto al cambio, con ganas de aprender nuevas cosas, que le guste experimentar y lanzar nuevos proyectos o nuevas ideas. Aparte de eso, súmale que sea buena persona, solidaria y deportista.
Para nosotros, la importancia que le damos a la práctica deportiva nos ha llevado a poner en marcha el proyecto “59 minutos” para acercar el deporte a empresas o colegios y demostrar que una hora de deporte al día cambia tu vida radicalmente.
Personal-mente
Con el fin de conocerle un poco mejor, me gustaría respondiese a estas preguntas algo más personales.
En palabras de José Saramago, la vejez comienza en el momento que finaliza la curiosidad, en su caso ¿Continúa siendo joven?
Me considero más joven que nunca. Cada día creo que soy más joven. Tengo 46 años y tengo libros para leer y listas de sueños y metas como para tres vidas. Estoy constantemente aprendiendo cosas nuevas.
Hay una frase de Paulo Coelho que me gusta y dice así: “La posibilidad de realizar un sueño es lo hace que la vida sea interesante”.
Creo que cuando uno pierde la capacidad de aprender está muerto. Conozco a gente con 20 años, que directamente ya son viejos porque no tienen ningún tipo de objetivos y conozco a otros con 80 que están todo el rato con proyectos y es lo que les mantiene vivos. Mientras hablamos por ejemplo me viene a la cabeza el Sr. Garrigues, al que conozco bien, es un hombre admirable porque a sus ochenta y tantos tiene una vinculación con las nuevas tecnologías, una curiosidad, unas ganas de aprender y eso hace que no haya edad para este tipo de gente. Son Inmortales.
La enfermedad que padece, artritis psoriásica, en cierto modo ¿Le obligó a dejar de ejercer profesionalmente la magia, o solo fue cuestión de reinventarse?
Algo, sí tiene que ver, pues magia de cerca he dejado de hacer, porque hubo una temporada que me dolían mucho las manos y los pies y quitarse una camisa de fuerza con artritis psoriásica es muy complicado. También tenía ciertas dificultades para coger una baraja y no me encontraba cómodo manipulando cartas.
Ahora lo que ocupa casi el 80 % de mi tiempo son las conferencias, porque conjugan un par de cosas que me encantan como son hacer reír a la gente, que se lo pasen muy bien y luego que aprendan. Siempre he creído más en el “Infotainment” como una mezcla de las palabras inglesas information y entertainment.
Cuando doy clases a ejecutivos sobre como hablar en público, siempre les digo lo mismo. Lo que tienes delante es un público, no gente de tu empresa, olvídate de que eres el jefazo y si se entretienen captarán el mensaje y si no se entretienen no lo captarán.
Las actuaciones me encantan, yo vengo de ahí y me apasionan y suelo hacer mucho de maestro de ceremonias, para empresas durante una jornada entera, donde presentan sus estrategias o su cuenta de resultados.
También procuro actuar una vez al mes, sobre todo actuaciones benéficas porque me divierte mucho y no puedes perder ese pulso con el público.
Ahora la verdad es que la vida me ha llevado por otros derroteros y me gusta más hacer otro tipo de cosas como leer mis libros o preparar una conferencia sobre decisiones, que ensayar nuevos trucos.
José Luis, ¿Le resulta fácil compartir con su mujer relaciones laborales?, ¿Tienen alguna táctica para que sus vidas personales no interfieran con la profesional?
Tengo la oficina en mi casa. La vivienda en la planta de abajo y la oficina en la de arriba y la verdad es que no nos interferimos en absoluto. Ella se ocupa de los temas contables y ni ella se mete en mi trabajo ni yo en el de ella. La verdad es que lo llevamos bastante bien.
Lo mejor es que ella ya me conoció siendo artista y eso es muy importante porque ya estaba acostumbrada a ciertas cosas, como por ejemplo no tener unos horarios “normales”, pasar muchas noches fuera de casa o frecuentes viajes fuera de España.
Estos horarios tan poco convencionales, tienen también sus ventajas porque trato de compaginar la visita a algún cliente en el extranjero para que me acompañe y hacer turismo durante algunos días.
- Su amigo Anxo Pérez, comenta que usted posee una biblioteca mayor que la de algunos colegios ¿Nos puede recomendar algún libro de los últimos que ha leído?
Tim Ferriss lo recomiendo mucho. Me encantan su podcast y su Blog y me parece que es un hombre que predica con el ejemplo y que siempre experimenta con el mismo. Todos sus libros son magníficos. De hecho, a Anxo le recomendé su libro ”La jornada laboral de 4 horas semanales” que creo que no tiene desperdicio.
Otro que suelo recomendar a todo el mundo es “cambia el chip” de los hermanos Heath.
Me gusta mucho “Las trampas del deseo” de Dan Arieli y últimamente estoy leyendo “El arte de Pensar” de Rolf Dobelli, que es una delicia porque habla de los sesgos cognitivos y por qué muchas veces tomamos determinadas decisiones y la cabeza nos engaña.
También suelo leer muchos libros de alimentación, de cómo funciona el intestino o la microbiota, porque no en vano este tipo de libros me han cambiado mucho la vida.
Como experto tecnológico, conoce tanto los beneficios como los perjuicios que puede ocasionar su mal uso ¿Suele practicar la abstinencia tecnológica con regularidad?
Pues fíjate tengo una sección en Onda Cero y uno de los temas que voy a tratar es precisamente el de la adicción al móvil. Me he dado cuenta de que estoy bastante “enganchado” pero es verdad que como usuario avanzado que soy, lo tengo todo en el móvil y utilizo un montón de aplicaciones por lo que mi productividad depende bastante del móvil.
Lo que si hago es no tocar el móvil, nada más levantarme, si no que procuro dejarlo un poco ahí y hacer otras cosas antes de entrar en lo que yo llamo el infinito.
También he delegado bastante todo el tema de llamadas, pero sí es cierto que como no seas consciente, la tecnología te llena de distracciones y eso es la muerte de la productividad.
En mi caso, suelo dejar muchas veces el móvil en modo avión, y no dejo que me molesten. No hacerlo es un error absoluto porque te empiezan a llamar y son un montón de distracciones y cuando te quieres dar cuenta, se te ha pasado el tiempo y no has hecho nada.
Por último, ¿Qué enseñanza ha extraído de su último reto, al participar y completar el reciente maratón de Nueva York?
Ha habido muchas enseñanzas y debo decir que lo mejor para mí no ha sido la maratón propiamente dicha. Lo mejor han sido los entrenamientos, sobretodo porque los he compartido con mi mujer y eso ha sido fantástico porque nos ha unido más todavía, porque correr con tu pareja es maravilloso.
Parecía un reto imposible porque empecé a correr en marzo, y si le preguntas a cualquier runner te dirá que es imposible, ya que, si bien un corredor experimentado se lo prepara en 4 meses, yo que no había corrido en mi vida, prepararme en solo 8 meses tiene un mérito espectacular.
¿por qué he corrió el maratón? Pues porque como cuento en mi libro yo ya tenía desarrollada la fuerza de voluntad. Durante tres o cuatro años había construido fuerza de voluntad para enfrentarme, no a un retorno mediano, si no a un reto grande o de largo plazo que llamo.
Una de las claves, es lo que cuento en el libro, que consiste en hacer las cosas “al merme”, todos los días un poquito.
Un día sí y un día no entrenaba, pero sin ningún tipo de excusa. Para mí los continuos viajes no han sido excusa para no correr. Me he llevado las zapatillas y he corrido en todos los lugares a los que viajaba por motivos laborales.
Otra cosa que he aprendido es a renunciar, porque cuando tienes una meta tan poderosa como esa y no puedes fallar, hay que ser capaz de renunciar a otras cosas. Como consejo, ten una única meta larga y cuando la hayas cumplido, te puedes dedicar a otra, es decir ser mono-meta en lugar de multi-meta.
También y a colación de lo de afilar el hacha, la clave no es correr más rápido, es correr mejor y muchas veces nos afanamos en correr más rápido cuando lo que tenemos que ver es como damos la zancada.
A la hora de entrenar, tampoco hay que descuidar por ejemplo hacer abdominales y ejercicios de flexibilidad para minimizar dolores en las caderas. Es decir, hay ciertas cosas que a priori no parecen importantes, pero son el sustento de esta actividad.
En resumen, para mí estas pueden ser las enseñanzas del maratón:
- La preparación es importante.
- Hay que disfrutar del camino.
- Ir poco a poco.
- Ejercita tu fuerza de voluntad antes de fijarse una meta a tan largo plazo.
- No corras más rápido si no corre mejor.
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