Las autoridades de Sudán han instaurado una zona de exclusión aérea en un área fronteriza con Etiopía a causa de los recientes incidentes armados en la zona, que han llevado a ambos países a cruzar graves acusaciones y que han hecho temer una expansión del conflicto en la línea de demarcación entre ambos, que no ha sido claramente definida sobre el terreno. La Autoridad de Aviación Civil del país ha anunciado que la prohibición de vuelo afecta al área de Al Fashaga, situada al este de la ciudad de Gadaref y ha señalado que la medida estará en pie al menos hasta el 11 de abril, según ha informado la agencia estatal sudanesa de noticias, SUNA. La decisión ha llegado después de que el Ministerio de Exteriores sudanés denunciara el miércoles que un avión militar etíope había irrumpido en el espacio aéreo del país, si bien el ministro de Información de Sudán, Feisal Mohamed Salé, ha negado que Jartum y Adís Abeba estén sumidos en un conflicto. "Tenemos que hacer frente a nuestros asuntos pendientes y nuestros problemas intensificando los esfuerzos de paz, fundamentados en medios políticos y diplomáticos, en el diálogo y la negociación", ha argumentado, tal y como ha recogido la emisora Radio Dabanga. En este sentido, Salé ha hecho hincapié en que "Sudán no pretende llevar a cabo acciones militares a menos que sea vea forzado a ello y no se atrinchera en territorio etíope ni tiene intención de ello". "El despliegue de fuerzas militares y el control de tierras sudanesas en la frontera este es un asunto natural para proteger la frontera y la seguridad de los ciudadanos y sus tierras de cultivo", ha explicado. Ante esta situación, el presidente de Sudán del Sur, Salva Kiir, ha mostrado su disposición para llevar a cabo tareas de mediación entre Sudán y Etiopía, en el marco de una visita del asesor de Seguridad de la Presidencia sursudanesa, Tut Galwak, a Jartum. Los gobiernos de ambos países empezaron el 23 de diciembre los trabajos sobre la demarcación de su frontera tras los últimos incidentes, que giran en torno a la presencia de agricultores etíopes en territorios sudaneses, un hecho que fue tolerado de forma tácita por el expresidente Omar Hasán al Bashir. Las autoridades sudanesas surgidas del acuerdo tras el golpe de Estado que derrocó en abril de 2019 a Al Bashir mantienen una postura diferente y reclaman la salida de la zona de estos agricultores, lo que ha provocado un incremento de las tensiones con Etiopía. Asimismo, el área ha sido escenario de tensiones por la ofensiva contra el TPLF, lanzada el 4 de noviembre en respuesta a un ataque por parte del grupo, que entonces gobernaba Tigray, contra una base del Ejército etíope en la capital regional, Mekelle.
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